Hace años que vemos en todas partes a gente con botellas de agua en la mano, en la mesa de trabajo o incluso en casa. Estamos acostumbrados a consumir el líquido más saludable y necesario para el cuerpo humano en botellas de plástico (y a pagar por ello). Una práctica que se entiende muy bien en aquellas zonas de la geografía española con escasez de recursos hídricos o donde el sabor del agua (que no su salubridad) deja mucho que desear. Pero que, analizado fríamente, resulta todo un logro desde el punto de vista empresarial y marketiniano en regiones como por ejemplo la Comunidad de Madrid, en la que el agua del Canal de Isabel II que alimenta los grifos es de una calidad excelente… y tiene un precio irrisorio.
Cronología
1898. Jaumet del Flabiol reparte agua de la Font Vella entre los veraneantes de Sant Hilari Sacalm (Girona). Se convierte en el primer distribuidor de estos recursos hídricos.
1917. Se realizan los primeros análisis bacteriológicos del agua, a la que se califica de “purísima e inmejorable”.
1918. El agua de Font Vella se empieza a comercializar en Barcelona. En un principio se vende a domicilio en garrafas de ocho litros.
1957. Se declara la condición de minero-medicinales (esto es, que tienen propiedades terapéuticas) para las aguas del manantial Font Vella.
1974. La marca entra a formar parte del grupo BSN, que es absorbido a su vez por la francesa Danone en 1994.
1997. Se inicia la gestión común de Font Vella y Aguas de Lanjarón, también propiedad del grupo Danone.
2001. Font Vella adquiere Fuentes de Cutamilla. Ese mismo año arranca también un proyecto multimanantial: se comienza a envasar bajo la denominación comercial de Font Vella dos aguas de mineralización débil, la del manantial de Sant Hilari Sacalm (Girona) y la de Sigüenza (Guadalajara).
2006. Fusión administrativa: la compañía pasa a llamarse Aguas Font Vella y Lanjarón.
2009. Lanzamiento de Font Vella 1,5l, primer envase en España de agua mineral natural con un 25% de plástico reciclado. Un año más tarde se hace lo propio con una garrafa de 6,25l (25% reciclado).
2011. Lanjarón comercializa la primera garrafa con un 20% de plástico de origen vegetal.
2013. Lanzamiento de Font Vella Levité, una bebida que une el agua mineral natural y el zumo de frutas.
Hace un par de décadas las botellas de agua no estaban tan presentes en nuestra vida diaria como ahora: se pedían en los restaurantes o incluso en los bares, pero la gente no las llevaba a todas partes. ¿Cómo se ha llegado a esta situación sin que haya empeorado (de hecho ha mejorado) la calidad del agua del sistema de abastecimiento público?
El cambio en los hábitos de consumo experimentado en Occidente en las últimas décadas, que ponen mucho más énfasis que antes en los productos saludables, es una parte de la respuesta. La otra mitad tiene que ver con el marketing. Font Vella, el agua mineral más bebida de España, ha sido pionera en este proceso. Desde los años noventa, sus campañas de publicidad asocian el consumo del producto con los hábitos saludables. Una serie de spots nos mostró el método Font Vella (beber dos litros de agua diarios, una costumbre recomendada por todos los médicos), que seguía una chica preocupada por su peso. El agua ligera, su primer eslogan, resumía las propiedades del producto (baja en sodio) y lo asociaba a las dietas (en todas se recomienda beber mucha agua).
Antes de capitanear la conquista del consumidor doméstico, la de Font Vella era un agua que bebían los turistas de un pequeño pueblo gerundense. Se atribuye a Jaumet del Flabiol, un conocido personaje de Sant Hilari Sacalm, la villa de las 100 fuentes, en el Parque Natural del Montseny, el haber empezado a distribuir agua del manantial Font Vella en 1898 a los veranenates de la zona. Por aquel entonces ya se decía que sus aguas tenían propiedades mineromedicinales. Mucha gente se acercaba a curarse y descansar en sus fuentes, un concepto de turismo muy extendido en la época.
La alta calidad del agua quedó certificada por una serie de análisis bacteriológicos conducidos en 1917, que en 1957 se verían complementados al ser declarada agua con propiedades medicinales.
La potente y efectiva estrategia de comunicación de Font Vella ha venido acompañada de una pionera política de I+D encaminada a reducir el impacto ambiental de sus envases, uno de los puntos negros que se le suele achacar al sector. La compañía presentó en 2009 la primera botella elaborada con un 25% de plástico reciclado y diseñada para poder ser comprimida con facilidad, y en 2011 lanzó la primera garrafa con un 20% de plástico de origen vegetal.
Fuente: Cincodias.com (27/7/14)
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