El coche eléctrico, desde los comienzos con su inicial y tímida primera implantación, hasta el momento actual en el que ya es algo totalmente convencional, lleva enfrentándose a problemas todo el tiempo, como la autonomía o la recarga , de manera continua. Y es que, cuando solventa uno, siempre queda otro con el que bregar: este es nuevo el gran problema del coche eléctrico.
Y es muy sencillo: una de las materias primas en su construcción está aumentado su precio de manera realmente acusada. El litio, componente indispensable para crear sus baterías, está en una escalada de precios que va a llevar, al menos a priori, a que los modelos a pilas sean más caros.
Según los datos facilitados por Bloomberg, en 2022 se han más que triplicado los precios del carbonato del litio, hasta llegar al punto de que la tonelada cuesta 71.315 dólares (500.500 yuanes), lo que ha establecido un nuevo récord.
De hecho, si se amplía el análisis hasta 2020, en estos dos años el precio del material ha aumentado un 900%, como apuntan desde Benchmark Minerall Intelligence.
Las causas
Es algo que puede venirse a la cabeza con solo pensar un poco: durante los últimos años la producción y demanda de coches eléctricos ha aumentado de manera considerable, algo que ha tenido una repercusión directa sobre el precio de los materiales necesarios para fabricarlos.
Ateniendo a las gráficas de Bloomberg se puede observar como, desde 2017, la evolución de las ventas globales de eléctricos y del precio del litio ha sido prácticamente un calco: empujón en 2017, un breve estancamiento justo después y, a partir de comienzos de 2021 un crecimiento salvaje.
Es lógica que a mayor demanda de la materia, si la oferta es la misma, el precio de esta aumente, puesto que se convierte en algo más preciado. Además, durante este verano China, el principal productor, se ha enfrentado una de sus mayores oleadas de calor y de sequía d ellos últimos años, lo que ha impactado de manera muy negativa.
La mala noticia está en que no parece que la producción de litio vaya a superar la demanda del mismo a corto plazo.
Según las previsiones de Benchmark Minerall Intelligence, el suministro de litio crecerá en torno a un 33% durante lo que queda de año, pero durante ese tiempo la demanda de baterías de litio crecerá más, un 36%, hasta una cifra de 610 gWh.
Con esta tendencia, seguirá habiendo escasez del material, así que su precio seguirá subiendo, hasta un punto que será prácticamente insostenible.
Un futuro bastante negro
Hay que tener en cuenta que se ha llegado a este punto en un momento bastante temprano de la electrificación del parque automovilístico mundial. A día de hoy el porcentaje de coches eléctricos e híbridos enchufables que hay sobre el total de los automóviles del globo es ínfimo y, aún así, la industria de las materias primas para producirlos ya está sufriendo.
Y es un proceso que a priori solo irá haciéndose cada vez más y más grande, puesto que desde instituciones y naciones se presiona por la transición a un vehículo eléctrico que, a todas luces, no puede llevarse a cabo a gran escala como se pretende.
Valga como ejemplo la Unión Europea, que ya ha anunciado la prohibición de vender coches de combustión a partir de 2035. El objetivo (conseguir una contaminación cada vez menor) es loable, pero poco realista.
En primer lugar, no todo el mundo va a poder permitirse dar el salto a los coches eléctricos, puesto que son caros y, si sus materias primas no dejan de subir de coste, seguirán siéndolo dentro de 10 años.
En segundo es que la cantidad de coches que hay que reemplazar es enorme, hasta un punto en el que parece que la industria no va a ser capaz de producirlos, simple y llanamente, porque no van a tener el material necesario para ello.
Fuente: autobild.es (22/9/22) pixabay.com