En apariencia, los seguros del hogar son de lo más sencillo y barato que hay en el mundo del seguro. por una cantidad bastante modesta –entre 100 y 200 euros al año– podemos asegurar nuestra casa de pequeños y grandes percances.
Nuestros cálculos mentales muy básicos: si damos, por ejemplo, 150 euros al año durante 20 años, eso serán unos 3.000 euros. En ese tiempo hay bastantes probabilidades de que un ladrón entre en casa y nos robe nuestros más preciados bienes. El valor de esos bienes siempre será superior a esos 3.000 euros del coste del seguro en ese periodo. con lo cual vale la pena.
Lo mismos cálculos se nos ocurren con los incendios y con las vías de agua, como grifos abiertos o lavadoras que se estropean. ¿Y ahí queda todo? no, hay más cosas que deberíamos meter en el contrato y que no se nos pasan por la cabeza.
Por ejemplo, el seguro de ‘defensa jurídica’. Hagamos la siguiente pregunta: ¿Qué probabilidades hay de que, a lo largo de nuestra vida, nos veamos envueltos en un juicio? Es decir, alguien nos demanda, o nosotros demandamos a alguien por cualquier motivo? Muchas
Entonces llamamos a la compañía de seguros (porque nos suena que en los seguros del hogar existe el servicio de ‘defensa jurídica’) y, ¡susto! no lo habíamos contratado. Tendremos que pagar a un abogado que, como mínimo, nos va a cobrar más de lo que cuesta un seguro del hogar en 10 o 20 años.
Un seguro de defensa jurídica asume el gasto del abogado, aunque puede que haya una cantidad máxima que suele estar dentro de las tarifas que cobran los abogados. Pero si dejas que la compañía de seguro ponga sus abogados y letrados, entonces quizá no haya límite.
A veces sucede algo peor: que sí teníamos contratado este seguro pero no sabíamos que eso entraba dentro del seguro del hogar. nos enteramos al cabo de los años y ya no lo podemos recuperar.
Cosas a tener en cuenta
Otro de los olvidos insólitos es que muchos seguros no solo cubren el robo dentro de casa sino fuera de casa, aunque con límites: suele tenerse en cuenta sobre todo los bolsos de las mujeres que contienen móviles y carteras.
Por supuesto, nos olvidamos de que el seguro puede cubrir la rotura de aparatos que antes no existían: el ipad o los costosos teléfonos inteligentes. Hay personas que han recuperado su inversión por haber verificado que se pusiera esta cláusula dentro del seguro.
y, por último, el seguro de responsabilidad civil, es uno de los más valiosos pues nos defiende de indemnizaciones, fianzas y costas judiciales derivadas de un accidente en nuestra casa. por ejemplo, si se nos cae una maceta sobre la cabeza de una persona que pasa bajo nuestra casa, y esa persona nos demanda, estaremos cubiertos, incluso, en caso de que sea un accidente muy grave.
Pero aquí viene una confusión: muchos clientes creen que en la responsabilidad civil también entra la ‘defensa jurídica’ y no es así. Son dos cosas diferentes.
¿Y es que los seguros del hogar no son todos iguales? ni mucho menos. Para no llevarse sustos lo mejor es contratar un seguro que cubra todo. Es más caro, por supuesto, pero nadie sabe qué contrariedades se va a encontrar en la vida.
En el fondo, a pesar de que nos quejemos mucho, los seres humanos somos muy optimistas y seguimos pensando que las calamidades solo les pasan a los demás. Pero basta echar un vistazo alrededor para saber que una familia normal, a lo largo de su vida va a sufrir roturas de grifos, robos, accidentes a terceros y juicios.
Si estamos bien asegurados, podemos salir hasta de situaciones crudas como sufrir enfermedades en países lejanos durante un viaje. Un buen seguro nos cubriría los gastos médicos, de desplazamiento (y al acompañante), y hasta nos pondría un avión gratis. ¿no has visto la última escena de ‘lo imposible’?.
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