España ya es el séptimo exportador mundial de armas

España adelanta un puesto en el ranking internacional de la industria armentística y ya es el séptimo exportador mundial de armamento, por delante de potencias como Israel, Italia o Suecia. El valor de estas ventas se ha multiplicado por tres en los últimos cincos años.La crisis no ha hecho mella en la industria de defensa española. España escala un puesto en el top ten mundial de los países vendedores de armas y ya es el séptimo suministrador mundial de armamento tras desplazar a Holanda y acercarse a China. El país mantiene una cuota del 2,6% en el mercado mundial y se sitúa por delante de potencias como Israel, Italia o Suecia, según los datos del último informe anual del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (Sipri), hechos públicos hoy.

El Sipri cuenta con una de las bases de datos más amplias sobre el comercio mundial de armas. Para poder analizar los flujos comerciales de armamento de forma equilibrada y homogénea, compara periodos de cinco años y usa como indicador cifras de ventas a precios constantes, no el coste financiero real de las operaciones.

Según los datos actualizados, en el periodo 2007-2011 España exportó armas convencionales por valor de 3.408 millones de dólares (a precios constantes de 1990), tres veces más que los 1.284 millones de dólares que movió en los cinco años inmediatamente anteriores (2002-2006).

¿Cuáles fueron los sistemas más vendidos? Por un lado, los buques de Navantia, que concentraron el 66,5% del valor de las exportaciones del periodo, y por otro, los aviones de Airbus Military, que supusieron un 30% de las ventas.

Países clientes

Por países, los contratos más importantes del último lustro se han firmado con Noruega, con la venta de cinco fragatas en un acuerdo valorado en 1.500-2.500 millones de dólares; con Malasia, que ha comprado submarinos Scorpene en un acuerdo en que también participaba Francia valorado en 1.200 millones de euros; y con Venezuela, tras el acuerdo para el suministro de ocho buques (patrulleros oceánicos y de vigilancia) por otros 1.200 millones.

Resulta llamativo que, el año pasado, en plenas revueltas de la Primavera Árabe, España decidiera vender a Yemen un avión CN-235 para “acciones antiterroristas” con financiación de EE UU, así como entregar tres unidades del avión de transporte militar C-295 a Egipto.

La lista de clientes de la industria de defensa española incluye también otros países africanos como Mauritania, Ghana, Ruanda o Senegal, o latinoamericanos como Colombia, Brasil o Chile.

A nivel mundial, el informe de Sipri constata que, en el periodo 2007-2011, el volumen de grandes armas convencionales que se ha puesto en el mercado ha crecido un 24% respecto a los cinco años precedentes. A ello contribuyó que el año pasado se cerrara la mayor operación de compraventa de armamento de los últimos 20 años: la adquisición por parte de Arabia Saudí a EE UU de 154 aviones de combate (nuevos y modificados) F-15SG Strike Eagle.

Las cinco grandes potencias exportadoras de armas siguen siendo las habituales: Estados Unidos, Rusia, Alemania, Francia y Reino Unido. Entre todos, controlan el 75% de las ventas mundiales, aunque las distancias las siguen marcando estadounidenses (con una cuota de mercado del 30%) y rusos (24%).

Por el lado de los receptores, India (que concentra el 30% de las importaciones de armamento), Corea del Sur, Pakistán, China y Singapur acumulan el 30% de las compras. En el caso chino, el país ha perdido peso como importador (ha pasado de ser el mayor comprador mundial en el periodo 2002-2006 a ocupar el cuarto puesto) pero se han hecho fuerte como suministrador de armas. Pekín ha duplicado sus ventas, que van dirigidas en buena parte (64% del total) a Pakistán, con quien mantiene un acuerdo de colaboración militar a largo plazo.

Fuente: Cinco Días (20/3/2012)

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