Empresarios que pierden sus negocios y sus casas porque las tenían como aval. Padres que se quedan sin el «hogar para el que han trabajado durante años» por figurar como avalistas de sus hijos, también desahuciados… Esta es la imagen de España que hoy reproduce la agencia de noticias Bloomberg.
El recrudecimiento de la crisis económica y financiera y el deterioro del mercado laboral están haciendo crecer el número de ejecuciones hipotecarias a niveles nunca vistos.
Empresarios que pierden sus negocios y sus casas, que tenían como aval. Padres que se quedan sin el «hogar para el que han trabajado durante años» por figurar como avalistas de sus hijos, también desahuciados… Esta es la imagen de España que reproduce la agencia de noticias financieras Bloomberg, que destaca además que el fenómeno se está desplazando también desde la periferia hasta el centro de las principales ciudades. Los perfiles En su informe, AFES, una asociación de asesoramiento a embargados, destacaba cómo ha evolucionado el perfil de afectados por un proceso de ejecución hipotecaria y ponía de manifiesto que mientras antes eran los inmigrantes los que copaban la mayor parte de impagos, ahora el problema se da también en familias de rentas altas.
En concreto, afirmaba que el número de empresarios y familias de rentas altas que han tenido que afrontar un desahucio de sus bienes se incrementó en un 200% en los seis primeros meses del año.
«Han podido resistir la pérdida de empleo de uno o más miembros de la familia durante algún tiempo gracias a su solvencia económica o venta de propiedades, pero han acabado por agotar sus recursos», apuntaban desde AFES. De esta forma, ya representan el 60% del total, frente al 40% que supone la población inmigrante. Hace tres años, los inmigrantes copaban el 80% de las ejecuciones.
Carlos Baños, presidente de AFES, destaca que los casos «más tristes» son los de los padres avalistas. «Los hijos pierden su casa y se van a vivir con sus padres, que también pierden su casa porque respaldaron las deudas de sus hijos», explica. «Bomba de relojería» La solución de la «crisis hipotecaria», como la denomina Bloomberg, parece difícil, teniendo en cuenta que Rajoy tiene que aunar la lucha contra el déficit presupuestario con una recesión y con las consecuencias del estallido de la burbuja inmobiliaria.
«La mezcla de subidas de impuestos con la desaparición de incrementos salariales y el encarecimiento de la energía y los alimentos hace mella en la renta disponible de las familias y representa un riesgo creciente a la hora de pagar los créditos», explica a la agencia Raj Badiani, economista de IHS Global Insight. De acuerdo con los últimos datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), hasta junio de este año se firmaron 23.421 ejecuciones hipotecarias, 257 sentencias cada día. Además, el número de lanzamientos (procedimientos de desahucio, posteriores a la ejecución hipotecaria) alcanzó los 18.668, un récord histórico.
Pero las cifras pueden ir a peor. «Las recientes medidas de austeridad, que incluyen dos reformas laborales que abaratan el despido de trabajadores tradicionalmente seguros aumentarán el número de impagos de hipotecas», concluye el experto de IHS Global Insight.
Desde Idealista detectan un agravante más: los tipos de interés. Según Juan Villen, responsable de hipotecas del portal inmobiliario, el bajo nivel en el que se encuentran ahora está ayudando a retrasar ejecuciones hipotecarias, pero es una «bomba de relojería» que estallará cuando la recuperación comience en otros países de la zona euro y los intereses vuelvan a elevarse.
Fuente: Eleconomista.es (09/10/12)
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