El incremento de tres puntos del tipo general del IVA que aprobó el Ejecutivo de Mariano Rajoy representa el aumento más drástico llevado a cabo por un Gobierno en España y, además, supone la mayor subida registrada en 2012 en todo el mundo, según un estudio de KPMG. El tipo general pasó del 18% al 21% en septiembre, acercándose a la media europea (21,13%).
Subir de golpe tres puntos el IVA no es habitual. En 2012, ningún país lo hizo, salvo España, que lidera este ranking elaborado por KPMG que ha recogido datos de 156 países. En cualquier caso, la crisis económica y la caída de ingresos públicos ha llevado a muchos países a recurrir al aumento de los impuestos indirectos. De los 27 miembros de la Unión Europea, 17 han subido el IVA desde que se inició la actual crisis.
«Cabe esperar que la media global de impuestos indirectos siga aumentando en 2013, puesto que son cada vez más los Gobiernos que continúan por este camino para incrementar sus ingresos y encaminarse hacia la recuperación económica, señal Celso García Granda, socio responsable del área de tributación indirecta de KPMG. Europa es, con diferencia, la zona del mundo que mantiene un gravamen sobre el consumo mayor. El tipo medio alcanza el 20% en Europa y aumenta hasta el 21,13% si se tiene en cuenta solo a los países que forman parte de la UE. En Asia o Latinoamérica, el porcentaje no supera el 13% y, en Norteamérica, es del 5%. Hay que tener en cuenta que en Estados Unidos no existe un impuesto análogo al IVA para todo el país, aunque los distintos Estados sí que aplican gravámenes al consumo en sus respectivos territorios.
España, históricamente, ha sido un país con un impuesto bajo sobre el consumo bajo en comparación con el resto de Europa. De hecho, fue una directiva europea la que obligó a elevar, en 1992, el tipo general del 13% al 15% en dos tandas. Y, hasta 2010, España mantuvo un gravamen del 16%, uno de los más bajos de la UE. Con la crisis todo cambió y el IVA aumentó al 18% con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y, en septiembre del año anterior, el nuevo Ejecutivo de Mariano Rajoy, presionado por Bruselas, fijó el tipo en el 21% vigente, en línea con la media europea.
Una de las particularidades españolas es que se ha ajustado al promedio comunitario en un espacio de tiempo muy corto para paliar la drástica caída de los ingresos públicos que siguió al fin del boom inmobiliario. No hay precedentes cercanos de un incremento tan drástico del IVA. Es cierto que Alemania elevó también tres puntos el gravamen, del 16% al 19%, sin embargo, el aumento se aprobó antes de que estallara la actual crisis financiera y, por lo tanto, la medida tuvo un impacto menor para los contribuyentes y empresas.
El informe de KPMG augura que los países mantendrán la tendencia de elevar los impuestos sobre el consumo a la par que rebajan el impuesto sobre sociedades. El temor a la deslocalización de empresas ha provocado una competencia a la baja en el tributo que grava los beneficios empresariales. Salvo en África, en el resto de zonas del mundo se ha registrado una reducción de este impuesto aunque, en el caso europeo, ha sido mínimo.
Tipo efectivo y nominal
España mantiene uno de los gravámenes en Sociedades más altos de Europa. Asciende al 30% y las pymes aplican un 25%. Sin embargo, el elevado número de deducciones permite que, en realidad, el tipo efectivo que aplican las grandes multinacionales se sitúe en niveles muy bajos. El último dato publicado por Hacienda indica que, en 2011, las grandes empresas pagaron en España por el impuesto sobre sociedades el 5,1% de su beneficio.
Esta situación ha empezado a cambiar después de que el Gobierno aprobara una batería de medidas para elevar el tipo efectivo. Entre ellas, destaca que, por primera vez, España establecerá un límite a la deducibilidad de los gastos financieros y endurecerá la posibilidad de aplicar este beneficio en préstamos entre empresas de un mismo grupo.
Fuente: Cincodias.com (3/2/13)
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