Hágase un favor y apague los datos de su móvil cuando visite Andorra. El operador local cobra a los españoles 160 veces más caro sus datos móviles que el resto de Europa. Enviar un simple ‘selfie’ por correo electrónico cuesta 16 euros.
El móvil puede ser el peor enemigo de los más de 600.000 españoles que cada año visitan Andorra. A todos ellos, la factura del teléfono les puede propinar serios disgustos si no reprimen sus hábitos cotidianos de telecomunicaciones. Según informan a elEconomista fuentes del sector, el precio mayorista de los datos móviles en itinerancia en Andorra es 160 veces más elevado que el que se aplica en países como Francia, Italia, Portugal o Alemania.
A modo de ejemplo, con una tarifa de 10 euros por cada mega en roaming desde Andorra (incluído impuestos), el usuario que se atreva a compartir un selfie por correo electrónico -para lo que se requiere alrededor de 1,6 megabytes- debe saber que el capricho le costará alrededor de 16 euros.
Si en lugar de por correo electrónico lo hace por Whatsapp, con el sistema de compresión propio de la plataforma, entonces la misma foto costaría dos euros. Según indican fuentes del mercado, un megabyte de consumo permite enviar cinco o seis fotos por Whatsapp desde Andorra a España a través del móvil o, bien descargarse un vídeo de unos 15 segundos con una calidad media en las mismas condiciones anteriores.
Este riesgo a sufrir sorpresas desagradables por el coste del roaming de datos y de llamadas de voz preocupa especialmente a los operadores españoles. Algunos de ellos se reconocen «impotentes e indefensos» ante los precios abusivos que aplica el monopolio sectorial de aquel país, Andorra Telecom.
La desproporción entre los precios del roaming de Andorra y el de otros países genera entre las telecos unos costes que no pueden trasladar en idéntica proporción a los clientes. Por ese motivo, las compañías españolas de telefonía comienzan a considerar planteamientos insólitos en su negocio: recomendar encarecidamente a sus clientes que no utilicen el teléfono.
Según indican fuentes del sector, el precio de roaming que cobra Andorra Telecom a los operadores españoles ronda los 1,25 euros por minuto para las llamadas de voz, mientras que cada mega de datos asciende a 8,11 euros. En el caso de las llamadas de voz desde los países europeos, el precio regulado ronda los 0,5 euros por minuto de voz y de 0,5 euros por cada mega consumido.
Si por la propia industria dependiera, de buena gana sugerirían a sus usuarios que desactiven los datos del smartphone nada más cruzar la frontera, para dejarlos pagados hasta volver a pisar suelo español. Debido el dispendio de los datos móviles andorranos, la conexión WiFi se perfila como el único sistema de acceso a la Red, una vez que se toma conciencia de que Andorra no se considera Europa en términos de telefonía móvil.
Según explican fuentes del sector a elEconomista, los precios de roaming que aplica Andorra a los operadores -y que en parte repercuten a sus clientes- es comparable a los que existen en Yibuti, Sudán o Bután. Únicamente esos tres países en el mundo ofrecen tarifas más altas para los españoles que las que se aplican en Andorra. Eso significa que resulta más barato compartir un mensaje por Whatsapp en Gambia o en Ruanda antes que en el país vecino.
El roaming también juega malas pasadas a los usuarios de móviles españoles en Cuba, cuyo precio por minuto de voz es 35 veces más caro que en Europa, y en Túnez, país en el que sus tres operadores han concertado unas tarifas abusivas para el resto de las compañías de telecomunicaciones del mundo.
«El precio mayorista que tienen los operadores es muy caro, lo que hace que las tarifas de los clientes también sean muy elevadas. No obstante, existe una propuesta que está estudiando la Unión Europea para que Andorra, Suiza y San Marino se integren en el espacio europeo en cuanto a servicios de roaming, lo que puede provocar cierta rebaja de los precios mayoristas y que estas se trasladen a los usuarios», explican fuentes del sector.
Los servicios de atención al cliente de los operadores suelen recibir decenas de quejas de usuarios afectados por sobrecostes excesivos, incluso de aquellos que no han hecho uso de los datos. «Basta con tener el móvil encendido, con los datos habilitados en itinerancia, para que se generen gastos continuos por servicios de geolocalización, actualizaciones de software o aplicaciones y otros servicios invisibles para el usuario», explican.
La comparaciones para Andorra Telecom deben resultan odiosas. A modo de ejemplo, los españoles pueden contratar un gigabyte de datos en el mercado libre (1.000 megabytes), lo que supone un coste por mega de 1,1 céntimos. El coste del mismo mega enviado por el móvil español desde los principales países europeos y en Estados Unidos asciende a 24 céntimos (incluidos impuestos), mientras que Andorra oscila entre 6 y 10 euros, en función del operador.
En esos casos, el precio del megabyte andorrano para los españoles resulta entre 550 y 900 veces más caro que pocos kilómetros más al sur, ya en territorio español. A partir del próximo abril, la regulación europea establece que el precio de un mega en roaming europeo solamente podría cobrarse con un incremento de 0,06 euros el MB sobre el precio del mega nacional.
La liberalización de las telecomunicaciones no ha calado en el Principado y no tiene visos de hacerlo en los próximos años, a pesar de que existiría hueco para nuevos jugadores en el negocio del móvil. Andorra Telecom es el operador público que desde hace 41 años gestiona en exclusiva los servicios de telecomunicaciones en el Principado, lo que incluye conexiones fijas, móviles, acceso a Internet fijo y móvil, transmisión de datos y otros servicios auxiliares y complementarios en las comunicaciones internacionales y en la gestión de las infraestructuras técnicas de radio y TDT. El consejo de administración de la teleco depende completamente del Gobierno de Andorra.
El consumo de datos oculto
No hace falta navegar a través del smartphone, actualizar las redes sociales o enviar un whatsapp para consumir datos. Basta con tener la conectividad encendida para que se produzcan ciertos consumos ajenos a la voluntad del propio usuario. De hecho, cada cierto tiempo y de forma automatizada, los dispositivos móviles actualizan su software y aplicaciones, lo que en algunos casos puede generar un consumo de datos considerable.
Si eso ocurre cuando el usuario se encuentra en Andorra, el disgusto al ver la factura será inolvidable. El riesgo de que eso ocurra ya que la percepción del usuario al visitar el Principado es que se encuentra en Europa, protegido por los precios regulados del roaming. Sin duda, la mejor recomendación puede ser apagar los datos y olvidarse por un tiempo de ellos.
Fuente: Eleconomista.es (16/2/16) Pixbay.com
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