La Comisión Europea trata al Gobierno de Mariano Rajoy con un palo y una zanahoria. El palo es exigirle más ajustes por considerar insuficientes los hasta ahora ejecutados. En la lista de exigencias de Bruselas figura subir el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), las ecotasas, la edad de jubilación y hasta el recibo del agua. La zanahoria sería permitir que se retrase de 2013 a 2014 la imposición de rebajar el galopante déficit público hasta un nivel equivalente al 3% del Producto Interior Bruto (PIB).
Además de aplicar más tijeretazos, el Gobierno de España debe ganarse la confianza de Bruselas presentando desde ya duros y convincentes planes presupuestarios para los años 2013 y 2014. Y garantizando que ha atado en corto los presupuestos de las comunidades autónomas.
Las citadas recetas figuran en la batería de informes y recomendaciones económicas destinadas a los veintisiete países del club comunitario, batería ayer presentada en Bruselas por el conservador portugués José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, y por el liberal finlandés Olli Rehn, vicepresidente del Ejecutivo comunitario y titular de la cartera de Asuntos Económicos y Monetarios.
España, igual de mal que Chipre
Los documentos desvelados retratan y sacan los colores a España y a Chipre. Sus economías son las únicas que, según los expertos de la UE, están lastradas por desequilibrios económicos muy serios que precisan de tratamiento urgente. El resto de países del club o tienen desequilibrios serios (pero ni muy serios ni necesitados de tratamiento urgente, a diferencia de España y Chipre), o simplemente tienen desequilibrios o nada en absoluto. Bien es cierto que la peor posición la siguen acaparando Grecia, Portugal e Irlanda, los tres Estados sometidos a las intervenciones de rescate de Europa y del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El retraso de un año en la fecha para dejar el déficit embridado, la única aportación que Bruselas ofrece para no terminar de hundir en una depresión a la atribulada economía española, no sólo está condicionado a más medidas de austeridad, sino que se reduce a una mera posibilidad. El poder de la Comisión Europea se reduce a proponer tal balón de oxígeno.
Pero son los ministros de Economía y Finanzas europeos los que tendrán la última palabra. Dicho de otro modo, el presidente Rajoy y su ministro de Economía Luis de Guindos tendrán que ablandar el corazoncito no sólo del Ejecutivo comunitario para que plantee tal propuesta, sino también el de los Ejecutivos de Alemania, Austria o Finlandia para que no la tumben.
El Ejecutivo de Rajoy no convence
La Comisión Europea volvió ayer a la carga con su recomendación para que España rebaje los impuestos que gravan y, por tanto, penalizan el empleo (las cotizaciones sociales) y compense la pérdida de recaudación fiscal con un aumento del IVA y de las ecotasas o impuestos con fines de protección medioambiental. También instó al Gobierno de Rajoy a que acelere el retraso de la edad de jubilación hasta los 67 años para garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas a largo plazo. La edad debería seguir subiendo a medida que aumente la esperanza de vida.
El aumento del IVA, sugiere Bruselas, podría lograrse suprimiendo gran parte de los tipos reducidos (8%) y superreducidos (4%) que se aplican a algunos productos. Los ingresos por IVA de España ascendieron al 5,5% del PIB en 2010, el porcentaje más bajo de toda la UE. Y el tipo normal del impuesto (18%) está entre los más bajos de los Estados miembros, según destacó Bruselas.
«Debido a la amplia aplicación del tipo reducido y el superreducido y a la cantidad de exenciones, el ingreso real por IVA alcanzó únicamente el 42% del nivel teóricamente posible», puntualiza el informe del Ejecutivo comunitario, que también lamenta la «falta de eficacia de las medidas para reducir el nivel de evasión del IVA».
Contraria a la subida del IRPF
Otra carga de profundidad contra el sistema impositivo español fue ayer que Bruselas calificara la reciente subida del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) como lo contrario de lo que ella misma y el conjunto de Estados de la UE habían recomendado.
Y puestos a disparar contra todo lo que se mueve, Bruselas reclamó la supresión de la deducción por vivienda que ha reintroducido el Partido Popular, recordando que contribuyó a crear la burbuja del ladrillo cuyo estallido dio al traste con el milagro económico español.
Bruselas indicó que la recaudación de los impuestos especiales sobre el tabaco y el alcohol en España son «relativamente bajos». E invita a impulsar tasas que fomenten el reciclaje de residuos, y un aumento del precio del agua para reducir los regadíos.
Subir los impuestos y la edad de jubilación no fueron los únicos mantras que ayer entonó por enésima vez una Bruselas que no oculta su desconfianza hacia el rigor presupuestario de las comunidades autónomas. El Ejecutivo comunitario lamentó este miércoles que sea insuficiente, aunque positiva, la ley de estabilidad presupuestaria presentada por el Gobierno para controlar el gasto regional. Gasto al que desde Madrid y desde Europa se le atribuye el grueso de la responsabilidad de los desvíos en materia de déficit público de España en 2011.
«La ley prevé un periodo de transición muy largo, hasta 2020. Es más, las partes preventiva, correctiva y coercitiva del nuevo marco presupuestario incluyen plazos relativamente largos y podrían ser insuficientes para garantizar una corrección a tiempo de desviaciones presupuestarias», subrayó ayer el Ejecutivo comunitario, antes de lamentar que no se haya contemplado la creación de una oficina presupuestaria «independiente». Los eurócratas se felicitan por la reciente reforma laboral en España, pero apuntan a que hay aún margen para avanzar en la modernización del mercado de trabajo.
Reforma bancaria
Y como no podía ser menos dada la candente actualidad, Bruselas alertó ayer de que las reformas bancarias aprobadas por el Gobierno español cubren únicamente la depreciación de los activos inmobiliarios pero no tienen en cuenta posibles pérdidas por hipotecas y créditos a las pymes.
En sus recomendaciones de política económica a España, Bruselas dice que «teniendo en cuenta el riesgo de estrés en la financiación bancaria, es necesario continuar reforzando la base de capital de los bancos». «Las medidas de reforma adoptadas en febrero y mayo de 2012 afrontan el legado de activos inmobiliarios, pero las vulnerabilidades relacionadas con otras exposiciones como créditos a pymes e hipotecas residenciales no se han abordado», destaca el Ejecutivo comunitario.
Bruselas pide además al Gobierno que garantice que su respuesta política sea «coherente» con «las discusiones en marcha sobre nuevas propuestas para recapitalizar el sector financiero en la Eurozona», pero no da más precisiones sobre si se refiere al fondo de rescate.»Los bancos españoles todavía tienen una gran exposición a los sectores de la construcción y la vivienda», apostilla.
Fuente: Eleconomista.es (25/6/12)
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