Los días en que ciudadanos de más de 60 países pueden entrar a la Unión Europea sin autorización previa están contados. Una decisión que ha levantado polvo en muchos de ellos, especialmente en Estados Unidos y el Reino Unido. A partir de 2024, unos 1.400 millones de personas necesitarán el visto bueno del Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (Etias, por sus siglas en inglés) para acceder al espacio Schengen. Un trámite de siete euros, frente a los 21 dólares que requiere Washington a los visitantes europeos.
La medida ha desatado la ira del expresidente de EEUU Donald Trump. «Wow. Los ciudadanos estadounidenses tendrán que pagar por una visa para viajar a Europa a partir de 2024. Pensad en ello. Les damos todo: incluyendo protección militar y comercio, y ahora tenemos que pagar por ir allí. No respetan los Estados Unidos. Como presidente, no permitiré que esto pase. Lo pararé inmediatamente», ha proclamado el republicano a través de la red Truth Social —de la que es propietario—.
El nuevo requerimiento afectará también a los ciudadanos británicos, excepto aquellos perfiles amparados en el Acuerdo de Salida. Algo que ha provocado la histeria de los tabloides anglosajones. «Vacaciones de caos sobre las visas Gran Hermano de la UE», titulaba The Mail, que alega los múltiples datos que se requieren. Para acceder a Etias, los solicitantes deben incluir la información habitual de nacimiento, lugar de residencia, edad y el historial penal. No obstante, según detalla la embajada de Estados Unidos en España, los solicitantes que quieran acceder al sueño americano deben aportar historial, empleador, persona de contacto en Estados Unidos o la información de su tarjeta de crédito. Además de responder a preguntas de elegibilidad como enfermedades transmisibles o antiguas deportaciones.
Más allá va Nile Gardiner, un comentarista conservador habitual que fue consejero de la ex primera ministra Margaret Thatcher. «Lo veo como una extralimitación. Es bastante orwelliano si tienes en cuenta la cantidad de información que pide la UE», aseguró recientemente en la cadena Fox News. «Temo que la UE utilice este método para dejar fuera a personas procedentes de Estados Unidos que no compartan sus ideas políticas», agregó.
Siete euros que han desatado la histeria
Hasta ahora, los ciudadanos de más de 60 países podían acceder a los países europeos durante 90 días sin ningún documento previo. Además de EEUU y Reino Unido, destacan una mayoría de Estados latinoamericanos como México, Colombia, Argentina o Venezuela, aunque también otros como Japón, Australia o Emiratos Árabes.
¿Qué cambia a partir del próximo año? Todos ellos tendrán que emitir una solicitud de entrada a través del servicio Etias, una herramienta que la Comisión Europea presentó en noviembre de 2016 y que ha estado en desarrollo hasta ahora. Siete años después de su nacimiento, su puesta en marcha se ha retrasado en numerosas ocasiones, la última con motivo de la crisis sanitaria del coronavirus. El nuevo sistema está pensado para reforzar los controles de seguridad y reducir el trámite burocrático en las denegaciones de acceso que se producen en los cruces fronterizos, para proteger la salud pública y prevenir la inmigración ilegal.
«En más del 95% de los casos, dará lugar a una respuesta positiva»
«Defenderemos nuestras fronteras con controles estrictos de todo el que las cruce, que se adoptarán antes de finales de año. Cada vez que alguien entre en la UE o salga de ella, quedará registrado cuándo, dónde y por qué. Propondremos un sistema automatizado para determinar quién está autorizado a viajar a Europa. De esta manera, sabremos quién viaja a Europa, incluso antes de llegar aquí». Así lo justificó el expresidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker en su discurso sobre el estado de la Unión en 2016.
Uno de los detonantes para la puesta en marcha de un mayor control de las fronteras comunitarias, según explicaba la propia Comisión, respondía a «los problemas en torno al terrorismo y la crisis migratoria». Por aquel entonces, el Viejo Continente protagonizaba el mayor éxodo en sus fronteras desde la Segunda Guerra Mundial. Bautizada como crisis de refugiados, Europa vio llegar a su territorio a más de un millón de personas, que en su mayoría huían de la cruenta —y todavía en marcha— guerra en Siria.
En paralelo, las huestes de Estado Islámico se hacían fuertes en su autodenominado califato, donde tenían asentado el centro neurálgico para acometer atentados en Niza, Bruselas o París. «Nos permitirá estar en mejores condiciones de detener a aquellos que puedan plantear una amenaza para nuestros ciudadanos», celebró la presidencia búlgara de turno, tras el acuerdo interinstitucional definitivo alcanzado en 2018.
El documento ni siquiera es una visa convencional. «Etias no es un visado. Es un sistema simple, rápido y cómodo para los visitantes. En más del 95% de los casos, dará lugar a una respuesta positiva», aclara el Ejecutivo comunitario. No será necesario acudir a consulados ni se requerirán datos biométricos. Las personas que lo soliciten tendrán el documento a su disposición en menos de 10 minutos, aunque el visto bueno podría prolongarse cuatro días, previo pago electrónico de siete euros, que se aplicará a todos aquellos viajeros que oscilen entre los 18 y los 70 años.
«No será complicado. Es solo molesto. La mayoría de los americanos no están acostumbrados a hacer esto para ir a Europa»
«No será complicado. Es solo molesto. La mayoría de los estadounidenses, de hecho, todos ellos, no están acostumbrados a hacer esto para ir a Europa. Habrá muchos sorprendidos en las puertas de embarque durante las primeras semanas de aplicación», aventura Peter Greenberg, el editor de la sección de viajes de la cadena CBS. No obstante, se establecerá un periodo de gracia y de transición de seis meses en el cual no sería obligatorio.
El ‘huracán’ Trump
A pesar de la indignación de muchos estadounidenses como Donald Trump, la medida es puramente recíproca. Estados Unidos aplica a unos 40 países, entre ellos España, las mismas condiciones de entrada. Solo que lo hace desde 2009 y con un coste multiplicado por tres. Los viajeros exentos de visados que cruzan el charco están obligados a obtener un ESTA (sistema electrónico para la autorización de viaje) cuyo trámite asciende a los 21 dólares, cuatro por solicitud y 17 extra en caso de validación.
El mensaje de Trump es ya un aviso a navegantes de la tormenta perfecta que llegará si el republicano regresa a la Casa Blanca tras las elecciones del próximo año. El «no nos respetan» ya fue articulado para desatar la guerra arancelaria que los dos bloques vivieron durante su mandato y que dejó la relación transatlántica en mínimos históricos. Todavía resuenan en la capital comunitaria sus palabras refiriéndose a la Unión Europea como un «enemigo» y la respuesta del por entonces presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk: «Aprecia a tus aliados. Al fin y al cabo, no tienes demasiados». Tras el aterrizaje de Joe Biden, las palabras que más se repitieron en Bruselas fueron «alivio» y «nueva era» en la relación euroatlántica.
Fuente: elconfidencial.com (1/8/23) pixabay.com