«Esto no le queda bien ni a Antonio Banderas» o «Pedirle a un rival que te cambie la camiseta y ver el pánico en su cara» son las frases que han desatado los españoles en las redes sociales tras conocer cuál será la equipación española en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Lo que muchos desconocen es que esta equipación, elaborada por la marca ítalo-rusa Bosco Sports, tendrá la patente hasta el 2016. Y es que, según el secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, «la indumentaria que vestirán los deportistas en los Juegos responde a un acuerdo suscrito por el Comité Olímpico Español (COE) en 2009». Además, el secretario ha advertido que incumplir el contrato con esta compañía supondrían unas «severas penalizaciones».
Por otra parte, el presidente del COE, Alejandro Blanco, restó importancia a la polémica suscitada por el uniforme y recordó que no sólo tendrá coste cero sino que, además, aportará financiación. Así mismo, Blanco ha destacado que en otras circunstancias la ropa para estos Juegos, exactamente mil equipaciones, habría costado 1,7 millones de euros a las arcas del Estado.
Críticas
Pese al posible dinero que se haya ahorrado el Estado en plena crisis económica, las críticas no han parado. Ya se han unido a ellas algunos deportistas españoles como Cesc Fàbregas, mediapunta del F.C Barcelona, quien ha declarado sobre el chándal: «Sobran los adjetivos». Otros, sin embargo, han preferido retratar este momento como es el caso del piragüista Saúl Craviotto, oro en Pekín, o el jugador de hockey sobre hierba Alex Fábregas, que animaron las redes sociales con sus posados.
Pero, pese a las duras palabras que ha recibido la equipación española, en Londres ya se pelean por conseguir tener entre sus manos un ejemplar.
Según una entrevista realizada por Efe a Henry Hatton, dependiente de la tienda, la indumentaria española es la más vendida del local. Una de sus compañeras está de acuerdo y declara que «el problema es la mala prensa que se está haciendo de él en España, porque a la gente que no vive allí le gusta y lo compra».
Y es que ya son muchos los españoles que entran en los locales y cierran los ojos mostrando su rechazo. A este factor se une su elevado coste, ya que no todos los bolsillos podrán optar a ellas. Concretamente, en esta tienda, los precios oscilan entre los 38 euros para las gorras o los bañadores hasta los 140 euros por la compra de una chaqueta, ó 165 euros, cifra demasiado elevada para tener en el armario el uniforme completo.
No obstante, a favor de la empresa diseñadora hay que decir que sí ha sabido mantener los colores representativos del país y, dato impotante para las arcas españolas: ha proporcionado los uniformes de manera gratuita. Además, ha patrocinado al COE con una cantidad anual que va directamente a la oficina de atención al deportista, algo que ninguna firma española se ha mostrado interesada.
Pese a ello, y como si el diseño no hubiese sido supervisado, los españoles competirán por la equipación más fea, con Rusia y Ucrania, a los que casualmente los ha patrocinado la misma marca.
Fuente: Eleconomista.es (23/7/12)
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