El rival chino de Tesla (y de parte del Ibex) que ya se mueve por las calles de Madrid

A mediados de la pasada semana, Cepsa, la segunda gran petrolera española, lanzaba una alerta a sus bonistas. Hay una amenaza que sobrevuela el negocio del oro negro y el lucrativo ecosistema que se alimenta de esta materia. Ese peligro real contra sus intereses y por tanto también contra los de una de las grandes cotizadas del Ibex como es Repsol venía de Silicon Valley. Philippe Boisseau, mandamás de la compañía, señalaba a Tesla, Google o Apple.

Y lo hacía porque estaban explorando terrenos como la automatización y electrificación de los automóviles, algo que podía impactar de lleno en la demanda de crudo y sus derivados. Quizás este gerifalte debería haber girado la vista 180 grados y haber apuntado también a Asía. Concretamente a BYD. Aunque quizá ni le suene el nombre, debería saber que tras estas siglas se esconde un gigante chino de la automoción que se ha propuesto desalojar a Elon Musk del trono oficioso que ostenta sobre la industria del coche eléctrico a día de hoy. O por lo menos disputárselo.

A principios de mayo, cuando aún Europa no quería ni respirar por miedo a la pandemia, BYD anunció que llegaba al Viejo Continente. La puerta de entrada será Noruega, donde comercializará Tang, un SUV de 7 plazas con 500 kilómetros de autonomía, que en China salió por unos 34.000 euros al cambio, en su versión básica. Así, discretamente, aterrizaba este fabricante asiático por estas latitudes. También lo hará con el Hang, una berlina que costará 45.000 euros. Esas serán sus dos grandes armas en este nuevo abordaje.

BYD hizo bolos en el pasado por Europa, un territorio que ahora pretende abordar claramente

Anteriormente, solo había hecho ‘bolos’ no oficiales gracias a distribuidores que vendían modelos como el BYD E6, un modelo cien por cien eléctrico que no tuvo apenas recorrido por diferentes problemas. Entre ellos la imposibilidad de hacer cargas rápidas, una cosa que Tesla, con sus Super Charger, ha dejado claro que es esencial en su estrategia. En el pasado también intentaron vender algunos de sus modelos de combustión e híbridos en el mercado patrio.

La multinacional de Shenzen no ha sido la única que ha anunciado su intención de aparecer oficialmente en territorio comunitario en este tiempo. La ‘startup’ Aiways abrió hace tiempo las reservas en Alemania y Noruega. Ahora en julio empezará la venta abierta, incluyendo otros lugares como Francia o Suiza. «Con nuestro U5 hemos fabricado un modelo como el Audi eTron, pero por la mitad de precio», afirmó Alexander Klose, vicepresidente internacional, a la agencia AFP. ¿Les suena el mensaje? Básicamente estas empresas chinas pretenden hacer lo que sus compatriotas de Xiaomi, Oppo o Huawei hicieron con los ‘smartphones’. «Hay desconfianza hacia los productores chinos», explicó el directivo. «Pero miren la mayoría de móviles que utilizamos a día hoy en Europa».

El pulso con Tesla

Pero volvamos a BYD, que es la que se está jugando la supremacía del incipiente mercado del coche eléctrico con Tesla. Por cierto, si se lo están preguntando, las siglas responden a Build Your Dreams (construye tus sueños). Esta compañía, que tuvo su germen en otra fundada en 1995, ha estado protagonizando un pulso con la firma de Elon Musk por ver quién vendía más en los últimos años. En 2018, por ejemplo, fueron los asiáticos los que se coronaron con 247.811 de estos vehículos más vendidos. Fue una victoria de ‘photo finish’, que la empresa californiana vendió 245.240. Ese fue el último curso en el que mantuvo ese primer puesto ya que el pasado curso, gracias al Model 3, Tesla logró superarle en ventas. Sea como sea, ambos están a la zaga. En un suspiro.

Cabe hacer varios matices. El más importante es el modelo de negocio. La empresa estadounidense tiene siete modelos en el catálogo (Model S, 3, X, Y, Cybertruck y Roadster) completamente eléctricos. BYD, en cambio, ha sido un fabricante tradicional que ha conseguido posicionarse para este nuevo negocio. Durante muchos años, tiempos nada lejanos, el grueso de sus ingresos procedía de coches de gasolina o híbridos.

Un diseño un tanto polémico

La comparativa con los móviles chinos no viene tan mal. Durante años, el gremio de la electrónica de consumo miraba con desconfianza a los fabricantes de aquel país, a los que acusaba de clonar sus innovaciones. BYD también se ha visto en estos fregados, aunque ha conseguido salir indemne en la gran mayoría de casos. Toyota (con quien se ha acabado aliando para una nueva línea de producto), Lexus o Mercedes han sido algunos de los que tomaron iniciativas legales por esto.

El argumento que esgrime la compañía es que la inspiración es la competencia, pero que no copian, sino que lo adaptan y lo crean bajo sus cánones de diseño. Hablando de diseño, hay un español de renombre que milita en esta multinacional: Juan Manuel López, en cuyo currículum se cuenta experiencia en marcas del nivel de Audi o Ferrari.

BYD Hang.
BYD Hang.

Este asunto, el de los diseños, y su rivalidad con Tesla se cogen la mano en uno de las últimas creaciones de la compañía: el BYD Hang. Una berlina que traerá a Europa hecha para competir directamente con el Model 3. Tanto el exterior como el interior, presidido por una enorme pantalla táctil, evocan ese estilo. En el plano técnico, prometen una aceleración de cero a cien en 3,9 segundos y una autonomía de más de 600 kilómetros bajo ciclo NEDC. No es ni mucho menos el primer intento de este tipo. En 2019, en el salón del automóvil de Shanghái, presentaron el E-SEED GT, un concepto de deportivo eléctrico que imitaba en ese caso al Model X. No es ni mucho menos el único campo donde se verán las caras. BYD hace, entre otras cosas, carretillas, autobuses y camiones propulsados por electricidad, algo que Tesla empezó a explorar hace dos cursos ya con su primera creación de este tipo.

Sea como sea, los mercados han bendecido las estrategias de ambas compañías. En el caso de la firma de Elon Musk cabe decir que cotiza en máximos históricos con una valoración de 185.000 millones de dólares. En el caso de BYD, la revalorización de los últimos 12 meses ha sido del 20%. Sea como sea, estas empresas están despuntando en los parqués de medio mundo y ya superan a sus homólogas del coche tradicional. En el largo conglomerado de accionistas que maneja, BYD cuenta con Warren Buffet, que en su momento adquirió el 10% de la compañía, o Samsung, que adquirió una participación menor en su día.

… También por las baterías

Conviene en este punto dar un salto atrás en el tiempo. BYD no nació como una compañía de coches eléctricos. Ni como un fabricante de automóviles de combustión. Se fundó hace un cuarto de siglo para hacer baterías para teléfonos móviles, mercado que ocho años más tarde llegaría a liderar con acuerdos con marcas como la propia Samsung. Wang Chuan-Fu es el padre de esta multinacional, que aún persiste como el socio mayoritario del accionariado.

El salto a lo de los coches empieza en 2003, cuando compran un pequeño fabricante local y aprovechan su infraestructura. Fueron uno de los primeros en lanzar un eléctrico 100%. Lo hicieron en su China natal, donde el Gobierno lleva una larga temporada incentivando el cambio del parque de vehículos.

Todo el conocimiento adquirido con los ‘smartphones’ lo están aplicando, salvando las diferencias, a la industria automotriz, por ejemplo, con soluciones compactas. El Hang que antes mencionábamos estrenará su batería ‘Blade’ (que en español significa folio). Se trata de un diseño ultrafino y alargado (1,35 cm de altura y 96 de largo) de litioferrofosfato que prescinde de los módulos y que consigue aumentar la eficiencia energética y la seguridad de versiones anteriores. También prescinden del cobalto, lo que abarata notablemente el precio de su producción. Se estima que el precio estaría por debajo de los 100 dólares por Khw, un objetivo en lo que también anda Tesla. El reto ahora parece adaptarlo a los diferentes formatos, desde gran vehículo hasta coches urbanos más reducidos. Muchos reciben con optimismo estos avances y ya hay grandes marcas que van a confiar sus baterías a esta empresa, entre ellas Ford o Jaguar Land Rover.

Gigafactoría de Tesla en Nevada. (Reuters)
Gigafactoría de Tesla en Nevada. (Reuters)

En la hoja de BYD está tener la fábrica de baterías más grande del mundo. Hace dos años, en la provincia de Qinghai, inauguraron una planta de un tamaño similar al de 140 campos de fútbol. La capacidad teórica entonces era de 24GWh anualmente y sus planes pasan por escalarlo a lo largo de este año hasta los 60GWh. Por hacerse una idea, la gigafactoría de Tesla en Nevada, manejaba en mayo de 2019, unas posibilidades de 35GhW.

Aquí, BYD no solo pugna con Tesla, sino también con sus compatriotas de CATL, que cuentan con tres plantas en el país que tienen una capacidad de 31,7 GWh, lo que supone más de la mitad de la producción en aquel país.

Ya rueda por la Península

Puede que todo esto le suene lejano. Le suene a la enésima empresa china que intenta emular el éxito de una gran tecnológica occidental, donde desembarca ‘dopada’ por las ventajas que le proporciona, en materia de costes laborales o de adquisición de materias primas, su lugar de nacimiento. Le puede sonar también a algo de futuro y que no sabe bien cuando se tope con uno de ellos por la calle o vaya a uno de sus concesionarios.

Pero nada de eso. Si ha estado moviéndose por Madrid estas últimas semanas, quizás ya se haya topado, sin saberlo, con uno de los vehículos de BYD. Y es que la EMT incorporó 15 de sus autobuses 100% eléctricos a su flota, otro de los grandes negocios de la compañía, líder en esta materia. Se trata de vehículos de 12 metros de largo que prestarán servicio, de momento, en dos puntos clave: la Ruta 52, una línea de ‘alta frecuencia’ entre Sol y Santamarca; así como en un nuevo servicio perimetral por el centro de la ciudad.

Almeida y Carabante, con los autobuses de BYD. (EMT)
Almeida y Carabante, con los autobuses de BYD. (EMT)

La capital, no es ni mucho menos la única que ha hecho encargos a esta firma en España. Barcelona, Valencia o Badajoz, también cuentan con algunos. Fuera de las fronteras patrias, han hecho entregas recientes en lugares tan dispares como Brasil, Reino Unido, Portugal o Estados Unidos —en California o Washington—, entre muchos otros. No es de extrañar, es la empresa que más autobuses eléctricos produce en el mundo. Precisamente allí fue donde desvelaron, el pasado mes de enero, el BYD C10MS, el bus eléctrico más grande del mundo. Cuenta con dos plantas, casi 14 metros de largo, más de 4 de alto, capacidad para 77 personas con equipaje y autonomía de 400Km. A pesar de haber clavado picas, comercialmente hablando, por todo el mundo, el grueso de su negocio también en autobuses se concentra en China. Un informe de Bloomberg estimaba que prácticamente la totalidad de autobuses 100% eléctricos que operaban a nivel global estaban en aquel país.

Fuente: Elconfidencial.com (29/6/20)

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