El río Rin, uno de los principales ríos europeos y que es una de las vías fluviales más caudalosas y utilizadas de la Unión Europea, se encuentra en sus niveles más bajos de agua, tal y como recoge el portal ‘Bloomberg’.
La falta de agua, según informa el medio citado, ha comenzado a provocar problemas en el suministro de productos productos petrolíferos en Suiza y para el suministro de carbón de las centrales eléctricas alemanas. El nivel de agua en uno de los puntos clave del río para el transporte de materias primas y suministros, como es Kaub, era de unos 71 centímetros, el nivel más bajo en verano desde el año 2007 en este mismo punto del país.
Las autoridades han alertado sobre las consecuencias de un nuevo descenso del caudal del Rin. Según el representante del Instituto Federal de Hidrología alemán, Joerg Belz, en caso de que el nivel del agua descienda 37 centímetros más, dejará de ser rentable para los barcos transportar productos por el río. Una situación que comprometería el transporte de millones de productos y materias primas desde países como Suiza hasta el Mar del Norte, donde desemboca el río.
Después del Danubio, el Rin es el segundo río más largo de Europa central y occidental con una longitud aproximada de 1.230 kilómetros, y con una descarga promedio de aproximadamente 2.900 metros cúbicos. “El bajo nivel de agua en el Rin significa que los barcos no pueden cargar de carbón a plena capacidad”, explicó a ‘Bloomberg’ Guillaume Perret, de la consultora Perret Associates.
Se trata de una de las rutas fluviales más importantes de toda Europa ya que, además del transporte de suministro energético, sirve para el transporte de mercancías desde los puertos de Ámsterdam, Rotterdam y Amberes a diferentes puntos del interior de Europa. Para Alemania, por ejemplo, es vital que el caudal del río se mantenga en niveles promedio, ya que le permitiría garantizar el suministro de material energético en un periodo en el que Europa debe buscar una alternativa al gas ruso.
El plan de Alemania ante la falta de gas
Tras las sanciones decretadas por la Unión Europea a la economía rusa y el anuncio del Kremlin de reducir el aprovisionamiento de gas a través del gasoducto Nord Stream I, ha cambiado el panorama del país germano, que ya ha encontrado una primera alternativa para solventar este problema.
Además de la apuesta por el uso del carbón como solución, Berlín anunció la puesta en marcha de un sistema para subastar el gas empleado en la industria y así crear incentivos para el ahorro con dos gestos. Uno de ellos es carse duchas más cortas, y con un aumento del uso de agua fría. De esta manera, se obtendría un ahorro de un 10% respecto a otros veranos. El otro método consiste en una reducción de la temperatura de las calefacciones.
Fuente: as.com (20/7/22) pixabay.com
