El proceso de renovación de Cristiano Ronaldo por el Real Madrid está estancado. Así lo reconoció este martes el propio delantero portugués en declaraciones a Marca. «Por mí me retiraba en el Bernabéu, pero hay cosas que depende de otras personas», comentó en un mensaje que apuntaba al propio club blanco y también a sus agentes. Ambas partes se encuentran enzarzadas en un farragoso proceso con un nuevo elemento como caballo de batalla: los derechos de imagen del luso.
Actualmente Cristiano Ronaldo tiene cedidos, al igual que resto de sus compañeros, el 50% de sus derechos de imagen al conjunto merengue. De esta forma, los blancos se aseguran parte de los beneficios que sus futbolistas generan lejos de los terrenos de juego aprovechando, en parte, lo que ganan dentro con la camiseta merengue.
Sin embargo, en el caso del portugués hay un problema: su contrato fija que el Real Madrid no percibirá nada de los acuerdos ya suscritos antes de su fichaje. Sólo aquellos que haya firmado desde junio de 2009 estarán sujetos a la cláusula del reparto equitativo.
Desde entonces, el delantero apenas ha llegado a ningún acuerdo con nuevas compañías, sino que ha reforzado los que ya tenía. Es decir, que el Real Madrid apenas ha podido sacar partido a su futbolista en este plano, en el de los ingresos directos por nuevos contratos suscritos.
Además, para compensar la pérdida de la mitad de los derechos de imagen del jugador, la empresa que gestiona los contratos de Cristiano y que dirige Jorge Mendes, firmó una cláusula especial en el contrato del futbolista. La compañía percibirá un porcentaje elevado de cualquier nueva renovación que firme. Es decir, que Gestifuse recibirá un buen pellizco en caso de que el delantero acabe firmando su continuidad con los blancos.
Renovación más cara que su fichaje
Éste será un nuevo gasto que añadir a los 155 millones mínimo que deberá invertir el Real Madrid si quiere retener a su estrella. Tal y como contó EcoDiario.es, la subida del IRPF impuesta por el Gobierno de Mariano Rajoy dispara el sueldo del futbolista que será, en cantidades brutas, de algo más de 30 millones de euros por temporada.
Tanta acumulación de gasto no apasiona en las oficinas del Bernabéu. La directiva merengue quiere alguna contrapartida por semejante dispendio económico, mayor, incluso, que lo gastado hasta ahora en el fichaje del portugués. Cristiano Ronaldo ha supuesto, desde 2009, una inversión de unos 145 millones entre fichaje (96 millones) y sueldo (45 millones), casi diez menos que lo que plantea esta renovación.
Las exigencias blancas
Una de las exigencias de los gestores blancos es que el luso comparta con el Real Madrid parte de los beneficios que ingrese por sus antiguos contratos de publicidad, al tiempo que reclama que se pueda revisar ciertas fórmulas excluyentes que impiden a los blancos firmar acuerdos publicitarios con empresas del mismo sector que las que ya patrocinan al delantero.
El jugador y Gestifuse parecen no estar dispuestos a renunciar a tan suculentos recursos y por ello, se niegan por ahora a firmar las condiciones que le ofrece el equipo blanco, pese a que el Real Madrid está dispuesto a subirle en unos tres-cuatro millones de euros limpios su salario actual. Pasaría a cobrar casi 15 millones de euros por campaña.
Fuente: Eleconomista.es (6/6/12)
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