Abril de 1995. Una modesta plataforma de libros efectúa su primera venta por internet. Apenas tres años después, pasa a comercializar CD de música o vídeos para terminar vendiendo todo lo imaginable en cualquier rincón del planeta. Hoy, Amazon alcanza el billón de dólares en capitalización bursátil, coronándose como la segunda empresa estadounidense en conseguir este hito (después de Apple).
El fundador de la ‘criatura’ ha aprovechado la buena nueva para romper su silencio en una entrevista con ‘Forbes‘ esta semana, una iniciativa poco común, dado su carácter discreto y prudente. Jeff Bezos maneja su patrimonio —es el hombre más rico del mundo— y mueve los hilos de Amazon desde la sombra, con una exposición pública muy limitada.
Eso no impide que tenga a una docena de industrias atemorizadas, preguntándose cuál será el próximo disparo de Amazon. «Si tengo una semana sin lluvia de ideas, me quejo y pido a los muchachos de la oficina que me ayuden», explica Bezos a ‘Forbes’.
Su ambición ha servido para despertar a muchos ‘empresarios durmientes‘ de su letargo en incontables sectores: libros, electrónica, entretenimiento, juguetes, alimentación, cosmética, ropa o cualquier otro producto de consumo. Si se puede comprar en tiendas físicas, está en Amazon. Y si no, también.
¿Por qué aspirar a ser la primera librería digital del mundo cuando puedes serlo todo?, se preguntó. Pero no se conformaba con vender desde medias hasta portátiles, champú, carne, muebles, aspiradoras, videojuegos, comida para perros o robots en cualquier parte del mundo. Amazon comenzó a explorar otras vías de negocio —véase Echo, el primer altavoz inteligente que puso en guardia incluso al sector del turismo— y no se lo pensó dos veces cuando tuvo la oportunidad de dar el salto al formato físico.
Lo hizo con la compra de la cadena de supermercados estadounidense Whole Foods, una operación valorada en 13.700 millones de euros con la que terminó de descolocar a sus competidores. Más tarde abrió el primer súper sin colas ni cajeros del mundo, Amazon Go. «Bezos sabe que no puedes inventar o experimentar sin ningún fracaso», opina Jeff Wilke, responsable de operaciones de ‘retail’ y consumo en la compañía. Habrá que ver si esta prueba de fuego le sale bien o se queda en un mero intento por conquistar también el espacio físico.
El multimillonario ocupa su tiempo en definir la estrategia a largo plazo, dejando el día a día en manos de sus subordinados. Es un firme defensor del sí, y ha estructurado la compañía de manera que «cualquier ejecutivo júnior» pueda sacar adelante una idea sin necesidad de «convencer a su jefe, al jefe de su jefe y al jefe del jefe de su jefe». En Amazon hay muchos caminos hacia el sí, defiende. Pero eso no impide que haya trabajadores descontentos con sus condiciones laborales en países como España, donde los repartidores se rebelaron contra la empresa y convocaron una huelga con gran repercusión este año.
A Bezos no le basta con ser ‘uno más’ en el mercado. Busca ideas diferenciadas, economía de escala y rentabilidad para los inversores. «No podemos concentrar nuestras energías en negocios pequeños», dice. Por eso apunta alto, tan alto que su próximo reto es poner una pica en un sector que representa un 18% del PIB estadounidense.
Amazon pone ojitos al sector sanitario
Hasta los farmacéuticos se han puesto nerviosos al ver que Amazon se ha hecho fuerte en cremas, tiritas, champú, pañales, cosméticos o vitaminas, una categoría que ya reporta casi el 50% de las ventas a sus establecimientos. Por si eso fuera poco, el gigante del ‘e-commerce’ ha comprado la mayor farmacia ‘online’ de Estados Unidos para distribuir medicamentos a domicilio, Pillpack.
Los seguros sanitarios tampoco escapan a la caña de pescar de Amazon. Bezos, Warren Buffet y JP Morgan crearon en enero una compañía paraabaratar la cobertura sanitaria a los casi 600.000 empleados de Amazon, una iniciativa «sin ánimo de lucro para ofrecerles mejores cuidados a un precio más bajo», pero con idea de replicar y escalar el modelo, de modo que otros trabajadores estadounidenses puedan verse beneficiados en el futuro.
Sea como fuere, la irrupción de Amazon en este sector causó un terremoto en bolsa con pérdidas millonarias para las aseguradoras y distribuidoras farmacéuticas de Estados Unidos. Máxime en un país donde la sanidad pública tal y como la conocemos en España es una utopía.
Bezos presume de ser un hombre paciente, pues solo con paciencia es posible aprender nuevas destrezas y aplicarlas en futuros proyectos. Basta con repasar las herramientas que Amazon está estudiando en estos momentos para hacerse una idea de lo que estará vendiendo (o comprando) en el futuro. «Cuando mis amigos me felicitan por los ingresos del último trimestre, les digo que son fruto del esfuerzo de hace tres años. Ahora mismo estoy trabajando en los resultados del primer trimestre de 2021″, zanja el empresario más temido del mundo.
Fuente: Elconfidencial.com (9/9/18) Pixabay.com