Un grupo de ingenieros del NICT, en Japón, ha conseguido una velocidad de transmisión de 319 terabits por segundo, prácticamente el doble de rápido que el anterior récord mundial establecido en 2020. Lo más interesante es que esta velocidad se ha logrado sobre una red que es compatible con la actual fibra óptica, lo que significa que se podría llegar a adaptar en la mayoría de las casas.
Según un estudio presentado en la Conferencia Internacional sobre Comunicaciones por Fibra Óptica del mes pasado, los investigadores japoneses consiguieron llegar a esta velocidad sobre una linea de fibra óptica de 3.001 kilómetros de largo parecida a las que utilizamos actualmente, pero con alguna modificación.
Los investigadores utilizaron cuatro «núcleos» —unos tubos de vidrio alojados dentro de las fibras que transmiten los datos— en lugar del núcleo estándar convencional. Luego, usando una técnica de multiplexación por división de longitudes de onda, descompusieron las señales en varias longitudes de onda enviadas al mismo tiempo. Los investigadores utilizaron una tercera «banda», que no se suele emplear habitualmente, para transportar una mayor cantidad de datos y se sirvieron de varias tecnologías de amplificación óptica para aumentar la distancia.
“Más allá del 5G, se espera un aumento explosivo de los nuevos servicios de datos y, por tanto, es crucial demostrar cómo las nuevas fibras pueden satisfacer esta demanda”, afirman los investigadores del NICT. “De ahí que se espere que este resultado ayude a la realización de nuevos sistemas de comunicación que puedan soportar nuevos servicios hambrientos de ancho de banda”.
Para poner en contexto lo que significan 319 terabits por segundo, se podría decir que con un internet a esta capacidad podríamos descargar en un segundo unos 319.000 capítulos de una hora de una serie en Netflix en calidad estándar. De acuerdo con el análisis de Reviews.com, Netflix cuenta con unos 5.500 títulos, así que con este internet a ‘velocidades hiperlumínicas’, que diría Antonio Escohotado, nos daría para bajarnos todo el contenido de Netflix, Disney +, HBO y el resto de plataformas en un solo segundo.
La velocidad de transmisión de este nuevo método es realmente impresionante. El anterior récord del mundo se consiguió el año pasado y estaba 178 terabits por segundo. Y el anterior a ese, establecido con un chip fotónico experimental, estaba en 44,2 terabits por segundo.
España cuenta con una velocidad de descarga media de 126 Mbps, aunque hoy en día casi todos los proveedores de internet ofrecen velocidades de 300 megabits por segundo, aproximadamente un millón de veces más lenta que la que propone el NICT.
Según los investigadores japoneses, su intención es seguir desarrollando nuevos sistemas de transmisión de banda ancha a larga distancia, y ver maneras de aumentar aún más la capacidad de transmisión de las fibras multinúcleo. Su objetivo es poder ampliar el alcance de la transmisión a distancias transoceánicas.
Para qué necesitamos un internet más rápido
Cualquiera que haya vivido este horroroso año pandémico habrá visto la cantidad de cosas que se pueden hacer por internet. Además del teletrabajo y la enseñanza online, nos hemos tomado cañas virtuales, hemos hecho ejercicio siguiendo al profesor a través de una pantalla o hemos tenido las sesiones de terapia sentados en un diván digital a kilómetros de distancia de nuestro psicólogo.
Al hacer todas esas cosas nos hemos dado cuenta también de que la red falla más de lo que debería. Los cortes en las videollamadas son habituales y las pérdidas de velocidad pueden hundir una reunión de trabajo o fastidiar la experiencia de reencontrarte con tus amigos y tu familia aunque sea virtualmente.
Aun así, eso es solo el principio y necesitamos un internet más rápido y fiable. Dentro de nada tendremos la casa llena de electrodomésticos inteligentes que chuparán internet mientras también nosotros estamos navegando. Probablemente en poco tiempo veamos un aumento de la telemedicina que se apoyará en los aparatos inteligentes que llevaremos encima y que medirán nuestras constantes vitales en todo momento.
Además, los videojuegos, las películas o las series de las plataformas seguirán aumentando su calidad de imagen. Igual que hemos pasado del HD al 4K y del 4K al 8K, pronto llegaremos a una resolución de 16K o 34K que necesitará más velocidad de transmisión de datos.
También estamos a punto de zambullirnos de cabeza en los metaversos y realidades virtuales, que necesitarán un buen ancho de banda para darnos experiencias con una buena definición de imagen y sin cortes. Las grandes compañías tecnológicas como Google, Apple o Facebook están invirtiendo millones de dólares para hacer estos universos paralelos posibles. Cuanto más rápida sea nuestra conexión más cerca estaremos de tener encuentros virtuales que sean totalmente indistinguibles de realidad.
Fuente: elconfidencial.com (16/7/21) Pixabay.com
