Jack Nicklaus se acercó ayer en persona al green del hoyo 18 para felicitar a Jon Rahm. El organizador del Memorial Tournament, ganador de 18 ‘majors’, tendió la mano al jugador español, que respondió con un choque de nudillos, con el puño cerrado, y una confesión: «Aún no puedo creérmelo. No te voy a mentir». En junio de 2016, en esas mismas instalaciones de Muirfield Village, Rahm había charlado por primera vez con el Oso Dorado, que le hizo entrega del premio al mejor jugador universitario. Hoy, cuatro años después, Rahm es número uno del golf mundial.
Desde su salto al profesionalismo, hace sólo 49 meses, el jugador de Barrika ha conquistado 11 victorias, cuatro de ellas en el circuito PGA. Su formidable regularidad a lo largo de estos 85 torneos, en los que sólo falló 11 veces en el corte, le ha permitido escalar hasta la cima. No sólo fueron los triunfos, repartidos en cuatro temporadas consecutivas, desde el Farmers Insurance Open de 2017 hasta el de ayer en el Memorial. También los 37 top-10, incluidos cinco segundos puestos y seis terceros.
«Son muchos logros en un solo día y siendo aún muy joven», balbuceó ayer Rahm, aún incrédulo ante lo conseguido. A los 25 años y ocho meses es el quinto jugador más joven de la historia en alcanzar la cima, sólo superado por Tiger Woods, Jordan Spieth, Rory McIlroy y Justin Thomas. McIlroy, al frente de la clasificación desde el pasado 9 de febrero, se rindió anoche ante la evidencia. «Se lo merece. Ha estado jugando muy bien durante mucho tiempo. Y esta semana simplemente ha estado increíble».
Equilibrio emocional
La defensa de la corona no será nada sencilla, por supuesto. Desde octubre de 2010, cuando terminó la monstruosa racha de Woods, con 281 semanas al frente, se sucedieron 39 cambios en la primera posición del ránking. Si sirve de ejemplo, Seve Ballesteros, el gran ídolo de Jon, jamás pudo mantener el cetro durante más de 20 semanas consecutivas.
La clave del éxito será mantener el equilibrio emocional, entre su volcán interior, que le ha permitido extraer lo mejor en los momentos más difíciles, y el aplomo que termina distinguiendo a los elegidos. «El sábado jugué una de las mejores vueltas de mi vida y hoy he terminado con dos grandes recuperaciones. Como español me hace muy feliz esto», resumió sobre el fin de semana. El torbellino de pasiones incluía desde la ira con la que arrojó el palo contra el suelo tras mandar al agua una bola en el hoyo 11, hasta la euforia tras su épica salida del ‘rough’, directa al ‘green’ del 16.
Las técnicas de meditación, trabajadas desde hace tiempo con Joseba del Carmen, su preparador mental, dieron otra vuelta de tuerca en los últimos meses. «Intento irme a la cama hacia las nueve y media para despertarme un poco antes de las seis de la mañana», explicaba durante una videollamada con su amigo Adri Arnaus. «Me levanto, enciendo la cafetera y me pongo a escribir. Luego medito. Por las noches, un poco de meditación y me meto a dormir con unas gafas que bloquean la luz», añadía sobre su método, destinado a una mejor adaptación para los momentos críticos.
Dos pérdidas muy sentidas
Durante lo más duro de la pandemia, desde su casa en Phoenix (Arizona), Jon profundizó en el diario que había comenzado a escribir unos meses atrás. «Escribir mis pensamientos, mis sentimientos, lo que sucede… Me ayuda realmente a equilibrarme. Creo que he mejorado mi comportamiento en el campo. Y diría que en gran medida lo he logrado gracias a la escritura», reveló.
Desde luego, el frenesí futbolero por el Athletic y su devoción por figuras como Kobe Bryant, Michael Jordan o Barack Obama, han seguido muy presentes. Como el contacto diario con la familia en Bilbao, desde donde terminaron llegando muy malas noticias.
El 24 de junio falleció su abuela materna, una de las personas más importantes de su infancia. También tuvo que llorar a una tía de su madre. Ambas, ingresadas en residencias. «No murieron por el virus, pero sí por el peaje que debieron pagar por el confinamiento», explicó ayer. Con todo esto sobre la mesa, el choque de nudillos con Nicklaus, que ha superado el Covid-19 tras su positivo en marzo, adquiría pleno sentido.
Fuente: Elmundo.es (20/7/20) Pixabay.com