El FC Barcelona decidió rescatar la reforma del Espai Barça con el fin de los tipos al 0% de interés. Después de tener durante 15 años el proyecto sobre la mesa -el primer boceto data de 2006-, el conjunto azulgrana decidió iniciar en 2023 su construcción. Y al escenario macroeconómico adverso se le sumó su maltrecha economía, con una deuda neta de 608 millones y la necesidad de vender activos para cuadrar cuentas. El club pretende financiar la obra con lo que genere el propio estadio, pero a los 1.500 millones de euros de la construcción se le sumarán alrededor de 1.000 millones en intereses; un combo que subirá de precio porque los asesores financieros de la entidad ya advierten que habrá que refinanciar en los próximos años, con la consecuente extensión de las tasas.
Como avanzó elEconomista.es, la organización plantea ahora pagar el nuevo Camp Nou con cinco emisiones de bonos, repartidas de la siguiente manera: 100 millones a pagar en 2028, 250 millones a pagar en 2030, 350 millones a pagar en 2032, 400 millones a pagar de manera periódica hasta 2044 y otros 200 millones a repartir en diferentes pagos hasta 2047. Para alcanzar los 1.500 millones necesarios, la entidad presidida por Joan Laporta recurrirá a un crédito de 200 millones con la banca que deberá devolver también en 2028.
Esta nueva hoja de ruta choca con la intención inicial, que preveía solamente tres emisiones: una que vencía en junio de 2032 y debía pagarse de manera íntegra entonces, una segunda emisión que terminaba en junio de 2045 a través de diferentes pagos y una tercera que terminaba en 2052 y por la que el club solo debía pagar intereses hasta 2045 y a partir de esa fecha devolver el principal.
Sin embargo, para acceder a los deseados 1.500 millones, el conjunto azulgrana deberá desembolsar bastante más dinero. Según las fuentes consultadas, el interés medio de la financiación rondará el 6% -puede variar en cada caso al tratarse de una colocación de bonos privada-. De este modo, con la nueva estructura financiera, el Barcelona tendrá que afrontar el pago de al menos 934 millones en intereses.
El Barça deberá pagar 900 millones en nueve años si quiere cumplir con la nueva financiación del estadio
Se dan casos como el de la quinta emisión de bonos, para la que el club deberá enfrentarse a 12 millones de euros en tasas al año hasta 2045, cuando comenzará a devolver el principal.
La cifra será a la práctica superior. La razón: el club debería pagar hasta 900 millones de euros en solo nueve años, entre 2023 y 2032, con un pico de 404,7 millones en 2032, algo que se antoja inasumible visto que el conjunto azulgrana jugará sus partidos como local en el Estadi Olímpic -con la consecuente merma de ingresos- como mínimo hasta noviembre de 2024, según el club, o febrero de 2025, según la agencia de calificación KBRA. Por ello, la firma asume que el coste de la deuda subirá en un 2%, pues habrá que refinanciar las emisiones de deuda que vencen en 2028, 2030 y 2032. De ahí que rebajase la nota de la estructura de BBB+ a BBB, pues los intereses subirán con el aplazamiento de las cantidades.
La anterior estructura de financiación también despertaba dudas. Al ser diseñada antes del caso Negreira, la tasa que asumía el mercado era del 5%. Por ello, los intereses totales ascendían a 1.087 millones de euros, según los cálculos realizados por elEconomista.es. También se dan casos como el de la tercera emisión de bonos, que no se comenzará a repagar hasta 2045, pero por lo que generará 25 millones en tasas al año hasta la fecha.
No obstante, KBRA también advertía de que el club probablemente no podría hacer frente al vencimiento de la primera emisión de bonos, de 500 millones, que debía devolver en 2032. Por ello abría la puerta a retornarla con una segunda emisión de bonos de 525 millones, que alargaría los pagos hasta 2057 y también encarecería la construcción del Espai Barça.
La imposible comparativa con el Real Madrid
Las fuentes consultadas señalan que obtener los 1.500 millones a un interés del 6% es incluso un cálculo optimista dentro de las oficinas azulgranas. La entidad aspira a financiarse más barato de lo que ocurrió en la última emisión de bonos acometida en La Liga: la que hizo CVC en mayo de 2022 para dotar de liquidez a la mayor parte de clubes de la competición a cambio del 8,2% de sus derechos televisivos. Se cerró al 7%, por lo que -visto que los tipos de interés no han dejado de subir- sellar el instrumento por debajo sería un éxito.
El conjunto azulgrana sí asume que será imposible acercarse al 2,5% de interés que logró el Real Madrid en la emisión de 575 millones de euros para el nuevo Santiago Bernabéu, que lanzó el programa en 2019, con los tipos al 0%. Para conseguir ese 6%, el club contrató a Goldman Sachs y JP Morgan, que son los que actúan en su nombre para encontrar inversores.
Por mucho que logren su objetivo, parece complicado que el Barça pueda hacer frente a los 2.500 millones en tiempo y forma sin ayuda externa. Y allí como solución aparecen la Superliga o la transformación en SAD.
¿A qué se destinarán los 1.500 millones?
Con los 1.500 millones conseguidos, el conjunto azulgrana pagará las obras del estadio, que ascenderán a 850 millones. Usará el resto para los fees de la turca Limak, otros costes de la construcción y seguros (58 millones), repagar un préstamo puente concedido por Goldman Sachs del que hay dispuestos 145 millones, guardará 150 millones para contingencias y reservará 133 millones para el resto del Espai Barça.
Legends, que asesora a la entidad catalana, calcula que, una vez a pleno rendimiento, el nuevo Camp Nou reportará 50,2 millones procedentes de los abonados, 73,8 millones con la venta de entradas, 79,7 millones del museo y los tours, 18,8 millones de ingresos ‘extra’, 76,5 millones de palcos VIP y 47,2 millones de patrocinadores. En total, la facturación será de 346,5 millones de euros por temporada.
La organización tiene en mente crear un fondo de titulización. Será el vehículo que devolverá el dinero a los acreedores, teóricamente con el dinero que genere el propio recinto. Aunque la facturación total de la infraestructura por temporada será de 346 millones, los primeros 100 millones de euros de ingresos generados por el recinto quedarán fuera del alcance de los bonistas. Así, el pastel al que podrían aspirar es de 246 millones de euros cada temporada.
Fuente: eleconomista.es (23/3/23) pixabay.com