¿Premio por denunciar un fraude para sangrar a empresarios chinos? 10,2 millones de euros. ¿Por sacar a la luz un plan del mayor banco suizo, UBS, para evadir impuestos? 76 millones de euros. ¿Por contar a las autoridades cómo una gran empresa industrial ha eludido parte del pago del Impuesto Sociedades? 1, 5 millones de euros.
En Estados Unidos, defraudar o estafar puede ser rentable. Pero denunciar el fraude o la estafa puede serlo todavía más. Primero, fue la Hacienda de ese país la que empezó a desarrollar un sistema de recompensas a quienes denunciaran el fraude. Pero la reforma de Wall Street aprobada en junio de 2010 ha extendido esa potestad a los dos principales reguladores de los mercados financieros: la SEC (el equivalente de la CNMV española) y la CFTC, que regula los mercados de derivados.
En noviembre pagó 10,2 millones a una fuente que protege como anónima
La SEC, en particular, se ha sumado con entusiasmo a la iniciativa. Desde que en agosto de 2011 empezó a poner en práctica el sistema, ha pagado cinco recompensas de 225.000 dólares (casi 165.000 euros) cada una a otros tantos denunciantes de diferentes fraudes. Pero en noviembre del año pasado, el regulador pagó 14 millones de dólares (10,2 millones de euros) a la fuente anónima que le ayudó a detectar un fraude que había estafado 155 millones de dólares (113 millones de euros) a 250 ciudadanos de la República Popular China. Los damnificados recibieron en total 147 millones de dólares (107 millones de euros) todo su dinero. Ni uno solo de ellos era estadounidense.
El caso acaba de ser desvelado por el diario The Wall Street Journal, dado que la SEC no había informado, cuando anunció el premio, de qué fraude se trataba. Era, de todas formas, un ejemplo eximio de cómo explotar a los inversores extranjeros: el espabilado estadounidense Anshoo R. Sethi había creado dos sociedades fantasma para construir un hotel de 1.100 millones de dólares (800 millones de euros) en Chicago.
De hecho, el anónimo informante puede quejarse de la que la SEC le ha tratado de la forma más tacaña posible. Los 10,2 millones de euros son sólo la cifra mínima del premio. Si las autoridades hubieran sido más espléndidas, le podría haber caído el 30% de la cantidad recuperada en el fraude: 33,9 millones de euros.
Ofrece hasta el 30% de la cantidad que se recupere tras la denuncia recibida
Eso es lo que le pasó a Bradley Birkenfeld, un directivo del gigante de la banca suiza UBS. Birkenfeld se llevó a casa 76 millones de euros, o sea, 104 millones de dólares, en septiembre de 2012, por denunciar un sistema de evasión de capitales de esa entidad que permitió a la Hacienda estadounidense recuperar nada menos que 780 millones de dólares (570 millones de euros). A Birkenfeld, sin embargo, la jugada no le salió perfecta: aunque formuló su denuncia en 2007, justo un año después de que se hubiera sido aprobada una ley que permitía a los denunciantes obtener hasta el 30% de los que Hacienda recuperara, no logró que el Departamento de Justicia le diera inmunidad legal.
La consecuencia es que el ex banquero tuvo que pasarse 30 meses en la cárcel, de la que salió justo a tiempo para recoger sus 76 millones de euros, un bonus mucho mayor de lo que hubiera ganado en UBS. La decisión de poner al ex banquero entre rejas ha sido muy criticada, dado que puede hacer que los denunciantes se lo piensen un par de veces antes de ir a contar los trapos sucios de las empresas si saben que, además de dinero, su acción les va a proporcionar una temporada en la cárcel y antecedentes penales por el resto de sus días. Claro que otros pueden pensar que, por 76 millones, dos años y medio en una prisión de seguridad mínima, es un precio aceptable.
Fuente: Elmundo.es (1/3/14)
Dejar una contestacion