Dos bombas de hidrógeno cayeron sobre la ciudad de Goldsboro desde un bombardero de las Fuerzas Aéreas estadounidenses
Un documento secreto estadounidense al que ha tenido acceso el diario británico The Guardian revela cómo Estados Unidos estuvo a punto detonar por error una bomba atómica sobre Carolina del Norte en 1961. El artefacto era 261 veces más potente que el que estalló sobre Hiroshima en 1945 forzando la rendición japonesa en la II Guerra Mundial.
El desastre estuvo cerca de producirse cuando dos bombas atómicas de hidrógeno modelo Mark 39 cayeron accidentalmente en la localidad de Goldsboro después de que el bombardero B-52 que las transportaba experimentara problemas. Al caer las bombas se activaron como estaba previsto para un caso de guerra. Los paracaídas se abrieron y los artefactos quedaron “armados”, es decir, listos para detonar. A pesar de ello, las bombas llevaban cuatro interruptores de seguridad cada una encargados de impedir el comienzo de la reacción nuclear. En una de las bombas tres de estos interruptores fallaron.
Cada bomba portaba una carga de cuatro megatones, el equivalente a cuatro millones de toneladas de TNT. Si hubieran explotado es posible que material radiactivo hubiera alcanzado en Washington, Filadelfia, Baltimore e incluso el norte de Nueva York, poniendo en riesgo las vidas de millones de personas. El documento llega a la conclusión de que “un simple interruptor de bajo voltaje se interpuso entre Estados Unidos y una catástrofe gigante”.
Las bombas cayeron apenas tres días después de que el presidente John F. Kennedy pronunciara su discurso inaugural como inquilino de la Casa Blanca.
El episodio quedó recogido ocho años después del accidente en un informe secreto escrito por, Parker F. Jones, ingeniero encargado de la seguridad en artefactos nucleares. Jones asegura en el texto que una pequeña descarga eléctrica podría haber activado el único interruptor que prevenía el desastre. “Habría sido una mala noticia… con creces”, señala.
Jones tituló el documento “Goldsboro revisado o cómo aprendí a desconfiar de la bomba H”, parafraseando “Dr. Strangelove or How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb” el título en inglés de la película rodada por Stanley Kubrick en 1964 que en español pasó a ser “¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú”.
Fuente: Elpais.com (21/9/13)
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