Se puede crear empleo, si se quiere. ¿Dónde? En cualquier sector, incluso los más tradicionales, miren sino empresas españolas como Inditex y Mercadona.
Pero los grandes nichos de empleo futuro son los servicios sociales (sanidad, educación y dependencia) y las tecnologías de información y comunicación (TIC), sobre todo el mundo digital, que todo lo atraviesa, todo lo revoluciona, y se configura como un mundo en sí mismo: también para el empleo.
La gente busca empleo a través de las redes sociales, en buena parte sustitutas de la familia y amigos directos en este afán. Muchas de las nuevas empresas nacidas bajo el designio del autoempleo se crean en la Red, desde la Red y para la Red.
Sabemos por la estadística que Europa gasta más en TIC que en el conjunto de hierros, automóviles, barcos y aviones, como nos advirtió hace tiempo Joan Majó (Luz al fin al del túnel, RBA, Barcelona, 2011). Y que las TIC son el sector que genera más empleo nuevo.
Prevemos que desde 2006 hasta 2020 se habrán creado en la UE unos 20 millones de empleos netos, sobre todo cualificados, aparte de los 85 millones para la sustitución de vacantes, según las mejores proyecciones (Future skill needs in Europe, focus on 2020). Esos 20 millones incluyen pérdidas de empleo en agricultura y manufacturas, y aumentos en los servicios (sobre todo en los vinculados a la industria) que supondrán tres cuartos del empleo europeo para final de década. Entre medio millón y un millón de empleos en las TIC quedarán sin cubrir.
De modo que las TIC siguen constituyendo un gran nicho de empleo. No el único. Pero quizá el clave. La necesidad empuja. En España hay una brecha digital enorme entre grandes y pequeños. Así, solo un 34% de las microempresas del sector transporte disponen de Internet, frente al 97% de las grandes, y solo el 75% de los pequeños hoteles tiene página web, frente al 95% de los grandes (Informe ePyme 2012, www.fundetec.es).
Hay, pues, mucho por hacer. El reciente Programa Nacional de Reformas (segunda versión) del Gobierno busca aumentar en un punto la participación de España en el Programa Marco europeo de I+D, que supondría duplicar el dinero recibido de la UE por ese concepto hasta 5.369 millones, gracias a que el nuevo presupuesto de los Veintisiete es en esto algo más futurista que en el resto. Bien. Pero el Gobierno se propone un buen fin, pero inconcreto, para aumentar los empleos en la Red: Promover la inclusión y alfabetización digital y la formación de nuevos profesionales TIC (página 71 del programa). ¿Cómo? Silencio absoluto.
Pues aquí van un par de ideas-regalo al Gobierno, para beneficio de nuestros parados. Multiplique (por ejemplo, por 10) el nivel de ayuda al capital (créditos blandos, capital riesgo) de las iniciativas que lanzan los jóvenes emprendedores. Las presta con bastante eficacia la Empresa Nacional de Innovación (ENISA, creada en 1982), del Ministerio de Industria: por favor, esa, no la cierren.
Y multiplique, digamos por 100, los cerca de 1.000 alumnos adiestrados al año por las 10 mejores escuelas privadas de TIC, en programación, contenidos y ebusiness, y también las universitarias: las matrículas de sus másteres cuestan desde unos 10.000 euros, que se los pagan los que se lo pueden pagar. Una masiva política de becas públicas de cofinanciación podría fabricar al año 100.000 jóvenes profesionales innovadores, despiertos y dispuestos a crear todo tipo de proyectos, también empresas lucrativas. Con 1.000 millones de euros anuales (el coste de las inútiles y caciquiles diputaciones, insistamos) bastaría para una primera fase.
Fuente: Elpais.es (9/5/13)
Dejar una contestacion