Diez puestos de trabajo con fecha de caducidad

Revelar fotos, alquilar una película o acudir a una agencia de viajes se han convertido en tareas propias del siglo pasado. La tecnología ha relegado ciertas profesiones a la categoría de ‘especie en extinción’.

Algunas de ellas son ya la sombra de los que llegaron a ser y otras están, directamente, al borde de la desaparición. Muchos profesionales han visto como poco a poco la tecnología les ha ido comiendo terreno sin poder hacer nada para remediarlo.

Un informe de Ciphr, empresa que lleva desde 1982 proporcionando soporte tecnológico a firmas mundialmente conocidas como Volkswagen o Asos, ha recopilado los empleos que se encuentran hoy en día a punto de caer en el olvido. Si tu trabajo figura en la lista, quizás sea el momento de replantearte tu futuro laboral.

1. Encargado de videoclub

En los años 80 y 90 las tiendas de alquiler de VHS parecían haber llegado para quedarse, pero la facilidad para obtener copias ilegales y el visionado legal online de películas, series o videojuegos ganó la batalla y los videoclubs pasaron de ser un establecimiento habitual en cualquier barrio a una rareza digna de coleccionista.

El estudio destaca el declive y cierre en noviembre del año pasado de Blockbuster, la que parecía la cadena insumergible del alquiler de películas, como ejemplo del fracaso de este modelo de negocio.

2. Trabajador de línea de montaje

Lo que antes era un trabajo eminentemente manual está cada vez más y más robotizado. Es cierto que alguien de carne y hueso tiene que estar manejando todos esos ingenios mecánicos, pero las tareas están prácticamente automatizadas y las fábricas ya no necesitan tantos empleados.

Los hechos son que desde 2008 a 2018 este tipo de puestos sufrirán una caída del 32%. En este desplome tienen también su parte de culpa los componentes extremadamente pequeños de algunos dispositivos tecnológicos que inhabilitan a los humanos para participar en las tareas de su montaje.

3. Agente de viajes

A muchos les cuesta recordar cómo planificaban sus vacaciones en la era pre-Internet. Buscar alojamiento o vuelos por cuenta propia era prácticamente una misión imposible y recurrir a una agencia de viajes resultaba inevitable. Pero las webs de reserva de hoteles, billetes o packs vacacionales al estilo ‘hágalo usted mismo’ están acabando poco a poco con este tipo de servicio.

Seis de cada 10 viajeros españoles prefieren organizar sus próximas vacaciones a través de Internet. Este boom de las resercvas virtuales ha tenido sus consecuencias y grupos nacionales, como Halcón viajes, o internacionales, como Thomas Cook , se han visto obligados a recortar su personal y cerrar muchas de sus oficinas.

4. Cajeros de supermercado

Aunque resulte increíble también este tipo de empleo corre peligro. La llegada a los grandes supermercados de cajas automáticas en las que el propio cliente pasa los códigos de barras por el lector y paga su compra como si se tratara de una máquina expendedora sitúa en una posición un tanto incómoda a los cajeros.

Aun así, el elevado coste de estas máquinas demorará su llegada a todas las grandes superficies y hará que los encargados de cobrar las compras tarden bastante tiempo en decir definitivamente adiós.

5. Empleados de tiendas de fotografía

Cuando las cámaras funcionaban con carrete, era necesario recurrir a un profesional para recuperar las instantáneas de las últimas vacaciones o celebraciones familiares. La llegada de los dispositivos digitales acabó con los negativos y convirtió el revelado en algo tan sencillo que podía hacerse en casa. Además ya no tenía sentido acumular álbumes en las estanterías: con un simple click podíamos almacenar todas las instantáneas en el ordenador o en las redes sociales y verlas cuando quisiéramos.

Este apogeo de los dispositivos digitales no sólo ha repercutido en las tiendas de fotografía de menos envergadura, sino que gigantes como Kodak o Polaroid han estado al borde de la bancarrota.

6. Carteros

El estudio sitúa a los carteros dentro de la zona de peligro, pero informan de que este empleo sobrevivirá unos años más. La proliferación de los mails y otras comunicaciones gratuitas ha hecho que las cartas queden para nostálgicos, comunicaciones más oficiales y seguras (como las cartas certificadas) o para facturas (si no se opta por una versión electrónica).Eso sí, la paquetería es otra historia: la tecnología aún no ha podido sustituir a los repartidores ni ha encontrado una manera ‘virtual’ de transportar las mercancías, por lo que esta parte del negocio aún no se ha visto afectada (si acaso favorecida por el auge del comercio online).

Los efectos de la tecnología ya han comenzado a lastrar las empresas dedicadas a la mensajería provocando EREs en compañías como Chronoexprés, filial de Correos, o reduciendo la facturación de firmas como Seur.

7. Operadores telefónicos

Los robots que identifican las frases de sus interlocutores y les responden en consecuencia van ganando terreno, pero los operadores siguen siendo aún necesarios en muchos casos, por lo que se calcula su extinción definitiva también tardará en llegar.

Eso sí, cada vez son más las compañías que acceden a los usuarios a través de aplicaciones de mensajería, emails o herramientas tipo chat (de hecho, este tipo de atención al cliente ha aumentado un 46% el último año) por lo que la profesión de telefonista tal y como la conocemos puede estar tocando a su fin.

8. Taxista

Aunque parezca mentira, los conductores de taxi comienzan a tener su propia competencia tecnológica. Grandes empresas como Apple o Google trabajan ya en la creación de coches inteligentes que puedan moverse por las carreteras sin necesidad de un piloto. De hecho, Google ya se ha aventurado y ha lanzado su vehículo autónomo a sortear el tráfico de la gran ciudad. Los expertos calculan que los coches dejarán definitivamente de necesitar un conductor en 2020.

Otra amenaza es la de aplicaciones como Uber, una herramienta parecida a Blablacar destinada a trayectos dentro de una misma ciudad, cuyo uso ya ha sido vetado en Cataluña y que el gremio de taxistas esperan prohibir en el resto de España.

9. Oficinista

Los administrativos también corren peligro porque, como ocurría con los operadores de la de montaje, la tecnología ha facilitado tanto su trabajo que cada vez hacen falta menos personal para llevar a cabo las mismas tareas.

No sólo se trata sólo de una cuestión lógica, las cifras lo respaldan: de 2004 a 2009 se perdieron cerca de 300.000 puestos de administrativo y se estima una caída del 23% de las ofertas de trabajo de este tipo en los próximos años.

10. Community manager

Es, quizás, el más sorprendente de los puestos en vías de extinción, ya que todo lo que ‘huele’ a social media parece estar de moda. El informe recalca que ahora es un trabajo muy demandado, no paran de crecer las ofertas que buscan este perfil, pero que pronto muchos empleados complementarán sus tareas habituales con la gestión de redes sociales. La especialización en esta área, consideran, es algo pasajero.

Por tanto, esto no significa que las redes sociales vayan a dejar de ser una parte fundamental de cualquier negocio, sino que cualquier trabajador podrá mantener los perfiles de Facebook o Twitter al día.

Fuente: Expansion.com (18/5/14)

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