Llamar desde otro país de la UE no será ya una pesadilla para el consumidor. El llamado roaming tienen los meses contados: 20. El Parlamento Europeo ha votado este jueves el final de los costes de itinerancia, los recargos que cobran las compañías a sus clientes por el uso del móvil desde un país de la Unión distinto al del usuario y que desaparecerán completamente el 15 de diciembre de 2015.
Se pone así fin a una larga batalla entre las autoridades comunitarias y las más de 100 compañías de telefonía móvil que operan en la Unión Europea, que se han opuesto siempre a eliminar estos recargos desde que en 2008 la Comisión Europea comenzara a legislar la reducción del llamado roaming, mediante la imposición de precios máximos.
Finalmente, la Comisión,con el respaldo del Parlamento Europeo -por 534 votos a favor, 25 en contra y 58 abstenciones- ha conseguido eliminar estos recargos, tanto para llamadas como para datos, en toda la Unión, aunque con un año de retraso sobre la previsión inicial que era su desaparición a lo largo de este año. Las grandes compañías, entre ellas Telefónica, Vodafone y Orange que operan en España, sostienen que el fin del roaming les acarreará fuertes pérdidas económicas que se traducirán en la reducción de inversiones. Según sus cálculos, las operadoras europeas perderán el 2% de sus ingresos, es decir, unos 5.000 millones de euros.
No obstante, un informe de la Comisión señala que las operadoras de telecomunicaciones ganarán 300 millones de clientes cuando se suprima el roaming, según una encuesta realizada a 28.000 ciudadanos de la Unión Europea (UE).
«Se trata precisamente de la razón de ser de la Unión: hacer la vida de los europeos más fácil y más barata», dice Neelie Kroes.
El roaming es el principal obstáculo para el uso del móvil en la UE. Según el último Eurobarómetro, el 70% de los europeos limita el uso del móvil cuando sale de su país y hasta el 94% cierra su servicio de datos y no se conecta a Internet por el móvil por los costes extras de la itinerancia.
De acuerdo con la encuesta, con los actuales recargos por itinerancia, el 47% de los usuarios no utilizaría nunca Internet en el móvil en otro país de la UE, mientras que un 10% usaría los mensajes de correo electrónico del mismo modo que cuando están en su país. Además, un 25% de los ciudadanos europeos apaga el teléfono móvil cuando viajan a países de la Unión Europea y un 20% prefiere enviar SMS que llamar por teléfono, si bien un 25% no enviaría nunca mensajes de texto desde otro país de la Unión.
Las operadoras anuncian pérdidas de 5.000 millones, pero la comisión dice que aumentarán sus ingresos
La vicepresidenta de la Comisión Europea, Neelie Kroes, que ha hecho de este asutno casi una batalla personal, se mostraba eufórica con la decisión del Parlamento: “Este voto es la respuesta que da la UE a las expectativas de los ciudadanos. Se trata precisamente de la razón de ser de la Unión: hacer la vida de los europeos más fácil y más barata. Casi todos dependemos en nuestra vida diaria de las conexiones a las redes móviles y a Internet. Debemos por tanto saber lo que compramos, sin que se nos engañe, y tener la posibilidad de cambiar de opinión. Las empresas, por su parte, han de tener la oportunidad de dirigirse a todos y cada uno de nosotros, y este nuevo Reglamento se lo pone más fácil. Todo el mundo sale ganador”.
Kroes recordó que en 2010 prometió acabar con los costes de itinerancia antes de finales de 2015, “y ahora estamos a solo un paso de lograrlo”.
La medida forma parte de un Reglamento que se propone crear un “continente conectado” en el ámbito de las telecomunicaciones, que fue propuesto por la Comisión en septiembre de 2013. Los Estados miembros de la UE van a continuar ahora la revisión de la propuesta de Reglamento, de forma que la Comisión espera obtener su acuerdo final antes de que concluya 2014.
Su objetivo es acercar a los ciudadanos a un verdadero mercado único de las telecomunicaciones en la Unión y, para ello, acaba con los costes de itinerancia, garantiza una Internet abierta a todos, prohíbe el bloqueo de la red y la degradación de su contenido, coordina para los servicios de banda ancha inalámbrica los procedimientos de concesión de licencias de espectro, aporta a los clientes un mayor nivel de transparencia en sus contratos de Internet y de banda ancha y les permite cambiar de proveedor con más facilidad.
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