QE. Siglas en inglés de expansión cuantitativa (quantitative easing). Consiste en la compra por parte del banco central de activos en el mercado, que paga con dinero nuevo que emite (y, así, se amplía el balance, tanto activos como pasivos, del banco). El efecto es doble: al comprar los activos sube su precio y rebaja los tipos de interés. Además, introduce dinero en el sistema financiero. Se usa cuando las bajadas de tipos clásicas dejan de tener efecto. Normalmente se asocian las siglas QE a la compra de deuda pública, aunque la compra de deuda privada también es QE.
ABS Asset backed securities, activos respaldados por deuda. Son los valores que comprará el BCE en el mercado. Son titulizaciones, es decir, paquetes que agrupan préstamos, como créditos a empresas, créditos de automóvil, de tarjetas… Al agruparse los intereses de estos préstamos los recibe el propietario de la titulización, que también asume el riesgo de impago. Al comprar el BCE estos activos la banca reduce su riesgo (los saca de su balance), por lo que puede volver a hacer girar la rueda de los préstamos.
RMBS. Es igual que un ABS, pero ligado al mercado residencial. Son, pues, paquetes de hipotecas agrupados en un solo activo.
Cédulas hipotecarias. Es un tipo de paquetes de hipotecas distinto, con un menor riesgo. Si en una titulización normal (como un RMBS) el comprador asume el riesgo de que las hipotecas no se paguen en una cédula son todas las hipotecas emitidas por el banco las que respaldan este activo. En otras palabras, las cédulas tienen prioridad en el cobro y por lo tanto tienen menos riesgo. Es un activo de mayor calidad.
Mezzanine. Tramo de una titulización que concentra mayores niveles de riesgo. El BCE podría comprar estos tramos de mayor riesgo si están garantizados por los Estados. Hacerlo de este modo estimularía aún más la concesión de crédito, especialmente en los países más castigados por la crisis.
Esterilización. Es una operación destinada a sacar dinero del sistema financiero para compensar otra operación que ha inyectado liquidez. Se puso en marcha entre 2010 y 2012 cuando el BCE compraba deuda pública: después de comprarla captaba en el mercado interbancario depósitos por una cantidad equivalente al dinero que gastó en las compras. El objetivo es más político que económico: evitar las acusaciones de imprimir dinero.
Tipos de interés negativos. Se trata de cobrar por pedir prestado dinero. Desde mayo el BCE cobra a los bancos por el dinero que dejan en su cuenta en el BCE y, en general, por todo aquel dinero que, más allá de las reservas legales exigibles, permanece inmóvil, sin dedicarse al préstamo o la compra de activos. Actualmente esta tasa está en el -0,2%. Estos tipos se trasladan a otros activos, como la deuda pública más segura, donde los bancos “sufren” un tipo negativo menor. Las letras alemanas a un mes están en el -0,12%.
Eonia. Tipo de interés del mercado interbancario a un día. Es el interés que pagan los bancos por pedir prestado dinero de un día para otro. Como los tipos de referencia del BCE son negativos, éstos tipos también lo son: los bancos pagan a otros bancos para que se queden con su dinero y no pagar al BCE.
TLTRO. Siglas en inglés de targeted long term refinancing operations, u operaciones de refinanciación a largo plazo dirigidas. Fue la medida estrella en la reunión de mayo, y consiste en préstamos a tipo bonificado (un 0,15%) a los bancos, pero condicionados a que este dinero se use para prestarse en la economía real. A diferencia de los LTRO de 2011, donde había barra libre, ahora los préstamos están limitados en su cantidad.
Colateral. Son los activos que se depositan como garantía en el BCE cuando se pide dinero al banco central, ya sea en las operaciones normales o en las extraordinarias, como el TLTRO.
Mandato del BCE. El BCE actúa condicionado por su mandato fundacional que, a diferencia de otros bancos centrales, tiene un único objetivo: mantener la inflación cerca, pero por debajo, del 2% en el largo plazo. Así, el empleo, la estabilidad financiera, el crecimiento o el tipo de cambio son solo factores que el BCE tiene en cuenta como componentes de la inflación. En paralelo, dado que se trata de un objetivo de largo plazo, que la inflación esté actualmente en el 0,5% no rompe, legalmente, el mandato del banco.
Expectativas de inflación. Es el gran argumento del BCE cuando se trata de hablar de inflación. Los precios se pueden desviar del objetivo nominal de la entidad, pero lo relevante es que las expectativas de los agentes económicos estén «firmemente ancladas», en el lenguaje del BCE: que no se prevean periodos prolongados de inflación alta o precios planos, dado que estas dinámicas tienen la capacidad de autoalimentarse. Al igual que el concepto de largo plazo, las expectativas son un elemento que el BCE usa para tener más margen de maniobra. De hecho, cuando Mari Draghi dijo en agosto que las expectativas de inflación habían caído, el mercado dio por hecho que habría medidas por parte del banco.
Inflation swap. Es una medida que usa el BCE para sus previsiones de inflación, además de los más tradicionales paneles de economistas. El 5Y5Y inflation swap es un contrato derivado que mide las expectativas de inflación a largo plazo: concretamente refleja lo que piden los inversores por cubrirse de la inflación dentro de cinco años para los cinco años próximos. Se desplomó durante el verano, pero repuntó a medida que se hacía más verosímil la acción del BCE.
Slack. Un concepto novedoso que se ha puesto de moda entre los banqueros centrales, que se refiere a la capacidad productiva que no se concreta por culpa de la crisis, de la falta de crédito o de las expectativas. Tanto Draghi como Yellen han usado el concepto de slack o desviación de la economía respecto de su potencial como argumento para tomar decisiones de política monetaria en el último año.
Non standard measures. Medidas no convencionales. Se trata de todas aquellas decisiones tomadas por el BCE que se salen del mecanismo tradicional de subir o bajar los tipos de interés. Las compras de deuda o las subastas extraordinarias de liquidez son algunos de los ejemplos.
OMT. Outright monetary transactions. Son las operaciones de compra de deuda pública a gran escala que el BCE anunció en 2012 como mecanismo de último recurso para evitar la ruptura de la unión monetaria. El mecanismo no ha sido puesto en marcha, pero su mero planteamiento acabó con la crisis de deuda de la zona euro y evitó el rescate de España e Italia.
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