En un supermercado todo está pensado, expuesto y diseñado para que el cliente gaste mucho más.
Incluso si usted hace la compra en el Alcampo de Vigo, el establecimiento más barato de España en 2013, según la OCU, es conveniente que tenga en cuenta una serie de recomendaciones si lo que desea es ahorrar en su factura. Consejos para quienes no quieren pagar más – Planifique sus compras, trate de hacerlas una vez al mes, o una vez a la semana, y acuda al supermercado con una lista de lo que necesite.
¿Para qué exponerse al peligro más veces de lo estrictamente necesario?
-Evite tentaciones y, sobre todo, distracciones y cíñase al plan escrito, ese que ha elaborado con frialdad en su hogar.
– Si la planificación no es su fuerte, es incapaz de ir a comprar con lista y tampoco lo hace una vez al mes o una vez a la semana, sino que su visita al supermercado es más bien uno de sus quehaceres diarios, al menos evite acudir a la cita cuando falte muy poco tiempo para que el comercio cierre.
-Las prisas no son buenas y evitarán que compare productos y precios, una de las reglas básicas que todo consumidor debe tener interiorizadas.
– A la hora de mirar lo que cuesta un producto, fíjese en el precio por kilo del mismo, ese que figura en pequeñito en el cartel que corresponde a lo que usted desea y cuyos números tienen, por lo general, un tamaño 50 veces menor que el de la cifra que deberá pagar por lo que se lleve a su paso por caja.
– Desconfíe de los descuentos que desde los pasillos y lineales de los supermercados tratan de llamar su atención. Un descuento sólo podrá ser considerado como tal si se aplica al producto que usted ya tiene idea de comprar o a otro que sin ser el de su marca habitual puede ser sustitutivo de éste. Tenga en cuenta que toda aquella oferta que le lleve a comprar una cosa que no preveía adquirir antes de entrar en el supermercado supondrá un gasto extra para usted. En cualquier caso, sepa que, según la OCU, los descuentos que se ofrecen en el supermercado sólo suponen un 2% de ahorro en la cesta de la compra.
– Fíjese muy bien en la fecha de caducidad de lo que compra y calcule cuándo tiene usted pensado consumir lo que adquiere. Aquellos bienes con una fecha de caducidad más próxima siempre están colocados en los primeros puestos de la pila de idénticos productos que abarrotan las estanterías de los establecimientos. Del mismo modo, muchas de las ‘extraordinarias’ ofertas tienen que ver con alimentos de muy cercana caducidad, a los que el supermercado prefiere aplicar un drástico recorte de precio antes de tener que tirarlos el día siguiente. Pese al chollo que se presenta ante los ojos del consumidor, si finalmente éste no lo consume a tiempo, quien habrá tirado a la basura el producto habrá sido el comprador.
– Ni carro grande ni tarjetas de crédito. Si no confía en su capacidad de resistirse a las múltiples tentaciones que desde un supermercado se le pondrán al alcance de la mano, pruebe a acudir a hacer la compra con dinero en efectivo en lugar de con tarjeta de crédito. El límite de lo que gaste lo determinarán los billetes que lleve en la cartera. Del mismo modo, si entra en un supermercado con la intención de comprar un máximo de 10 productos, no coja un carro para ir recopilándolos: le bastará con una pequeña cesta, cuyo límite físico jugará a su favor.
– No vaya a comprar con el estómago vacío. Si tiene hambre, todo lo que vea ante sus ojos se le antojará mucho más apetecible y, por lo tanto, será más fácil que usted sucumba a la tentación de saltarse la lista que ha elaborado y en la que figura todo lo que realmente necesita.
– Recuerde que los productos presentados en los estantes situados a media altura son los que más le interesa vender al supermercado y tratarán de que, literalmente, les entren por los ojos. Lo conveniente para el súper no tiene por qué ser conveniente para el consumidor, por lo que se hace necesario insistir en lo indispensable que es comparar entre la oferta existente.
– Los niños son un encanto, pero en el supermercado son un auténtico peligro. Llevar colgado en la boca un perpetuo ‘No’ es difícil y todo crío guarda en su interior una carita entre mimosa y lastimera capaz de desarbolar la voluntad más firme de cualquier adulto. Las galletas que llevan los dibujos de esa serie de la televisión que tanto gusta a los pequeños pueden tener los mismos ingredientes que las de la marca blanca de su súper habitual, pero cuestan dos veces más.
– El ir de compras como efecto placebo es algo sobre lo que se ha estudiado mucho e, incluso, se ha comprobado científicamente su utilidad. Sin embargo, aunque funcione en el corto plazo, no es una buena idea. Evite ir de compras como sustitutivo de algún tipo de carencia que pueda sufrir.
Ahorrar según dónde y cómo se compre
Según la OCU, el gasto de un hogar medio de tres miembros en la cesta de la compra supone unos 5.000 euros al año. La organización ha elaborado un informe comparando precios de 1.165 establecimientos de toda España, en 63 ciudades distintas y en Internet. El establecimiento más barato de España en 2013 fue el hipermercado Alcampo de Vigo, seguido de los supermercados Dani de Granada y Jaén.
Por el contrario, los más caros son los supermercados Sánchez-Romero, en Madrid, Covirán en Pamplona y el supermercado El Corte Inglés de Santa Cruz de Tenerife. Dependiendo de dónde se compre, la OCU estima que se puede lograr un ahorro de hasta 929 euros anuales de media, una cifra que en Madrid se eleva hasta los 3.322,82 euros al año. Dependiendo de cómo se compre, el ahorro puede ser aún mucho mayor.
Fuente: Eleconomista.es (14/11/14)
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