De la naranja al mango y el aguacate: España se convierte en una potencia europea en la producción de frutas tropicales

Hace apenas una década, el aguacate y el mango eran percibidos en España como productos exóticos que apenas despertaban el interés de unos cuantos adeptos a las frutas tropicales. Para encontrarlos había que acudir a tiendas o fruterías gourmet y su introducción en la cocina mediterránea era muy escasa. Sin embargo, actualmente todo esto ha cambiado y su consumo crece año tras año a doble dígito. Es más: el país se ha convertido en el principal productor de estos frutos a nivel europeo principalmente por sus condiciones climáticas.

Tal es su consumo que, en 2020, solo en supermercados e hipermercados se vendieron en España mangos y aguacates por valor de 292 millones de euros, un 23,9% más que un año antes, según datos de Nielsen. Es cierto que fue un año en el que, en general, el consumo de frutas en España creció un 17%, pero tanto las ventas de mango como las de aguacate aumentaron casi ocho puntos por encima de la media.

Ignacio Biedma, ejecutivo de servicios al cliente en Nielsen, achaca el boom de estos productos a que se asocian a un estilo de vida sana en un momento en el que «la salud es una de las máximas prioridades del consumidor». De hecho, según cuenta, son frutas con un precio medio superior a otras comparables, pero el consumidor está dispuesto a asumirlo. En ese sentido, el precio de venta del aguacate en grandes superficies ha descendido en el último año un 8%, pero sigue rondando los cuatro euros el kilo; el del mango, se ha mantenido más estable, en torno a los 2,9 euros por kilo. Esta diferencia de precios respecto a otras frutas más clásicas, como las manzanas o las naranjas, se debe a que su cultivo requiere de mucha agua y, durante gran parte del año, los aguacates y los mangos que consumimos son importados, sobre todo de Perú, México, Israel y Brasil.

Además, también ayuda a su crecimiento la promoción que han hecho de los mismos algunos influencers y cocineros españoles, junto al hecho de que su consumo se ha diluido en el tiempo. «Son productos que cada vez se incorporan más a nuestros hábitos alimentarios. Se ha popularizado tomarlos en el desayuno, pero también incorporarlos en ensaladas o en otros platos que gozan de una gran popularidad hoy en día, como el sushi o el poké», añade Biedma.

España, principal productor europeo

Aunque ambas frutas son originarias de países tropicales, en las últimas décadas España se ha convertido en un gran productor. Son muchos los agricultores que se han lanzado a su cultivo, sobre todo en la zona de la costa de Málaga y Granada, por el clima cálido que las caracteriza durante todo el año. Según la Encuesta sobre superficies y rendimientos de cultivos 2020, elaborada por el Ministerio de Agricultura, en el país hay 18.892 hectáreas de cultivo de aguacate, el 81% en Andalucía, el 11% en la Comunidad Valenciana y el 7% en Canarias. En el caso del mango, la superficie es menor (5.125 hectáreas), pero el 92% también se concentra en Andalucía.

Para ponerle cara al mayor productor europeo de estas frutas hay que situar el foco en la cooperativa Trops, asentada en Málaga: es responsable, aproximadamente, del 40% del aguacate y el 50% del mango que se produce en España. Esta organización nació en 1979, con cinco agricultores que cultivaban fresas, y actualmente está formada por más de 3.000 socios que se dedican principalmente al cultivo de estas frutas tropicales.

Enrique Colilles, su director general, recuerda que fue a mediados de los 80 cuando los agricultores de la cooperativa decidieron sustituir el cultivo de fresas (que en Málaga ya no era competitivo) por el de aguacates. El mango lo dejaron para la década de los 90. «Cuando empezaron a plantar aguacates, en España no se conocía esta fruta», sentencia.

Lo hicieron tras comprobar que en Francia sí que había una incipiente demanda. Sin embargo, reconoce que «durante muchos años se ha estado malviviendo del aguacate» y no fue hasta la década de 2010 que se popularizó su consumo en Europa a raíz de varias investigaciones sobre sus propiedades que se hicieron en Estados Unidos. También ayudó, según cuenta, el hecho de que empezaron a comercializar el aguacate «listo para comer», lo que animaba al consumidor a comprarlo porque sabía que lo encontraría en su punto perfecto de maduración. Un proceso similar vivió también el mango, que durante años ha pasado desapercibido en los mercados.

Pero no solo en Málaga han sabido ver el potencial de estas dos frutas. En la Comunidad Valenciana también se han adentrado en el cultivo de aguacates. De hecho, muchos agricultores han decidido sustituir el cultivo de naranjas por el de esta fruta. Según datos de la Conselleria de Agricultura, la superficie de cultivo en la región ha crecido un 351% desde 2008. Desde la asociación agrícola Unió de Llauradors i Ramaders (pertenenciente a la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos) aseguran que «en los últimos años, como consecuencia de la crisis citrícola, se está plantado aguacate como cultivo alternativo» . Y es que, lo que empezó siendo un alimento gourmet «se ha convertido en un producto de moda», sentencian.

De España al resto del mundo

Al calor de la demanda de estas frutas, España se ha convertido en el principal productor europeo de aguacate y mango. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en 2019 (último año del que existen cifras disponibles) el país produjo más de 97.700 toneladas de aguacate y 38.200 de mango. Pero muy poco se queda en España, la mayoría se exporta, sobre todo, a países de la Unión Europea, con Francia a la cabeza. Desde la cooperativa Trops, el mayor productor nacional de ambos productos, envían al extranjero el 70% de la producción de mango y el 85% de la de aguacate.

Fuente: Elmundo.es (27/2/21) Pixabay.com

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