El nuevo mundo de inversiones que ha abierto la irrupción de los criptoactivos en los últimos años ha obligado a Hacienda a adaptar sus tradicionales instrumentos de medición y control al creciente mapa de operaciones digitales. En lugar de específicamente regular la tributación de monedas y otros activos virtuales, el ministerio ha ido aclarando su encaje en el atlas de la fiscalidad ya conocida, hasta fijar una hoja de ruta común para inspectores y contribuyentes. La supervisión fiscal de las criptomonedas ha entrado ya, sin embargo, en la cuenta atrás hacia la revolución que supondrán las nuevas declaraciones informativas que la Agencia Tributaria comenzará a exigir el próximo año, propiciando un destape general de la operativa y los saldos de criptos durante el actual ejercicio.
Hasta la fecha, las claves sobre la fiscalidad de las monedas virtuales y otros criptoactivos las había ido apuntalando la Dirección General de Tributos, que en respuesta a medio centenar de consultas vinculantes recibidas desde 2015 ha aclarado la tributación aplicable en tres decenas de diferentes supuestos. Así, por ejemplo, el departamento dependiente del Minsiterio de Hacienda ha dejado claro que, fuera de los ámbitos profesionales, la venta de monedas virtuales debe computarse como ganancia o pérdida patrimonial en el IRPF. A tal efecto, el año pasado se creó una casilla específica para consignar el resultado de estas operaciones, que rellenaron 50.000 declarantes (35.000 ganaron 759 millones de euros y 15.000 perdieron 77 millones).
En paralelo, el saldo en criptomonedas forma parte de la fortuna sujeta al Impuesto de Patrimonio, lo que llevó a 1.275 declarantes a revelar la posesión de 911,9 millones en monedas virtuales.
En este marco, la Agencia Tributaria ha ido aumentando exponencialmente la presión sobre los contribuyentes para que declaren sus criptomonedas, remitiendo avisos de que tiene conocimimiento de sus activos a 14.800 ciudadanos en 2021, 233.000 en 2022 y 328.000 de la Campaña de la Renta todavía vigente.
El verdadero cambio de paradigma, sin embargo, está al llegar. En paralelo a la estrategia reseñada, el Ministerio de Hacienda anunció el año pasado que ultimaba la creación de tres nuevas declaraciones informativas obligatorias específicas sobre criptomonedas, los modelos 172, de saldos en monedas virtuales; 173, de operaciones con las mismas, y 721, sobre las radicadas en el extranjero.
Plazos
Aunque su intención era aprobarlas antes de que culminara 2022, para poder arrancar 2023 exigiendo la información referente a aquel ejercicio, la sobrecarga de trabajo que supuso para el ministerio crear los nuevos impuestos a grandes fortunas, banca y firmas energéticas entre otras medidas, impidió culminar el trabajo a tiempo obligando a retrasar todo un año el destape fiscal sobre las criptos. Modificado el calendario, sin embargo, Hacienda ha seguido trabajando para que desde enero de 2024 se exija finalmente a inversores y empresas intermediarias someterse a este nuevo striptease fiscal.
Fuente: expansion.com (21/6/23) pixabay.com