Los movimientos sociales que reclaman al banco central llenar sus reservas de oro han proliferado.
La crisis económica actual ha generado un campo de discusión rico y plural sobre distintos aspectos de la economía. Uno de ellos ha sido el del papel del oro a nivel como activo estratégico para los estados. Muchos expertos han pedido la vuelta al patrón oro en estos meses, otros han reclamado un mayor peso del metal dorado en las arcas de los bancos centrales como un seguro contra la volatilidad de otros activos.
El movimiento popular «Salvar nuestro oro suizo» fue un paso más lejos y llevó al país a un referéndum para obligar al Banco Nacional Suizo (SNB) a elevar y mantener un 20% de su balance en oro. El resultado fue negativo, con un 77% de los votos. Las encuestas ya apuntaban en esta dirección, por lo que su impacto en mercado ha sido nulo, pero si la consulta hubiese sido afirmativa, podría haber generado una fuerte apreciación del oro. Independencia del banco central Este movimiento hundía sus raíces en la defensa de los intereses del pueblo suizo después de años en los que la mayor parte de los activos han sido muy volátiles (también el oro, que casi ha perdido un 40% de su precio en tres años).
El metal precioso acumulado en las cámaras acorazadas significa, para algunos grupos sociales y económicos, el verdadero depósito de valor del país. Esta medida hubiese significado coartar la independencia del banco central, ya que su política monetaria se hubiese visto supeditada a comprar oro en el mercado y a mantener sus reservas en este metal. Uno de los objetivos principales que se ha marcado el SNB en los últimos dos años ha sido mantener el franco suizo intervenido por encima de 1,20 francos por euro. De esta forma, la entidad consigue mantener una divisa débil pese a la fuerte entrada de reservas internacionales al país, que es paradigma de la seguridad financiera.
El banco central ha conseguido mantener este nivel de intervención desde entonces, comprando euros y vendiendo francos cada vez que necesita ajustar el cruce. La entidad tendría que haber abandonado esta política si el referéndum hubiese resultado positivo, ya que hubiese tenido que emplear sus reservas internacionales para comprar oro. La volatilidad del franco suizo de la última semana previa al referéndum muestra cómo la propuesta de obligar al SNB a comprar oro podría haber desestabilizado su divisa y, de forma correspondiente, su economía.
El propio gobernador del Banco Nacional Suizo, Thomas Jordan, protestó por la propuesta: «Es innecesaria y peligrosa, porque bajo el orden monetario actual, no hay ningún vínculo entre la estabilidad de precios y el porcentaje de oro almacenado en las reservas».
¿Para qué volver al patrón oro?
La idea que subyace detrás de esta propuesta es que mantener las reservas del país en oro ayudará a controlar la inflación. Una especie de acercamiento al sistema monetario del patrón oro por el que cada unidad monetaria tiene su equivalencia en oro. Sin embargo, han sido muchos los expertos que han desmontado las bondades de este sistema (aunque todavía tiene partidarios). El expresidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, advirtió en 2012 que «dista mucho de ser perfecto» y argumentó que «cuando rige el patrón oro, es habitual que la oferta monetaria aumente y los tipos de interés bajen en períodos de fuerte actividad económica, justo lo contrario de lo que actualmente haría un banco central».
Uno de los grandes economistas de la Escuela de Chicago, Milton Friedman, criticaba a este sistema por la cantidad de recursos que desperdicia: un coste muy importante del patrón oro era que todo el oro se extraía para meterlo en otro agujero. Guardar el oro en casa La propuesta del referéndum suizo también consultaba a la ciudadanía si repatriar su oro almacenado en Canadá y Reino Unido.
Una iniciativa que no es pionera, ya que países como Alemania u Holanda lo intentaron antes. Berlín intentó repatriar sus 674 toneladas de oro almacenado en París y en la Reserva Federal de Nueva York en 2013 y se dio un plazo de 6 años para lograrlo. Sin embargo, no tardó ni dos años en cancelar el proyecto y rápidamente se dispararon los rumores de que EEUU habría puesto problemas a Alemania para sacar su oro.
Holanda siguió sus pasos, en una operación secreta, planeada en 2014 y ejecutada en noviembre. Holanda consiguió cumplir con su objetivo, aunque es cierto que la cantidad de oro era menor: 120 toneladas que ya descansan en las arcas de Ámsterdam. Durante años, las reservas de oro de muchos países europeos han descansado en las instalaciones de la Fed de Nueva York, construidas a prueba de terremotos y de ataques nucleares.
En concreto, desde la Segunda Guerra Mundial, y ante la situación de tensión geopolítica generada por la Guerra Fría, muchos países europeos, entre ellos Alemania y Francia, decidieron guardar sus reservas del metal en un lugar seguro, al otro lado del océano. Algo parecido puede haber ocurrido este año con las reservas de Ucrania.
Según confirmó hace dos semanas la gobernadora del Banco Nacional de Ucrania (BNU), Valery Gontareva, el 90% de las reservas de oro almacenadas en las arcas de la institución han desaparecido. El diario prorruso Isrka-News publicó en marzo que el país estaba organizando vuelos no registrados con destino a EEUU para transportar el oro, hipótesis que parece confirmarse ahora.
Fuente: Eleconomista.es (2/12/14)
Dejar una contestacion