Consorcio de Seguros, una solución  exclusiva de España para la DANA

Si no existiera el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), las consecuencias de la enorme y trágica destrucción producida por la DANA estaría provocando situaciones de tensión en los gestores de buena parte de las aseguradoras españolas.

Pero sí existe y eso hace que los directivos de las compañías respiren con cierto alivio, al tiempo que colaboran con el CCS en la resolución y mitigación de los daños a los damnificados por el mayor siniestro en los 70 años de historia del Consorcio.

La entidad se financia con el recargo incluido en las póliza que cubre y  afianza el mercado de seguros, lo que da estabilidad al precio que pagan los asegurados

El coste previsto para el seguro es de 3.500 millones “en una primera estimación que creemos que es ajustada, pero que se actualizará si es necesario”, afirma José Antonio Fernández Pinto, director general de Seguros y Pensiones y presidente del CCS.

El Consorcio asume el pago de todas las indemnizaciones  por los daños provocados por las inundaciones, para lo que cuenta con una hucha de 10.000 millones de euros.

El CCS es una solución made in Spain. En ningún país existe una empresa o institución similar y recibe continuamente a expertos, aseguradores y consultores de diferentes países interesados en conocer su funcionamiento.

Financiación privada

Es una empresa pública que se financia con aportaciones privadas a través del recargo que particulares y empresas pagan en sus pólizas, principalmente automóviles, hogar, multirriesgos y vida riesgo.

El CCS acumula este patrimonio en una reserva para luego hacer frente a grandes catástrofes como la DANA, de forma que el impacto económico no se carga sobre las aseguradoras.

“El riesgo de catástrofes naturales eleva el coste de los seguros y del reaseguro y con la actuación del Consorcio de Compensación de Seguros se consigue un precio asequible. Es un modelo basado en la mutualización”, afirma Fernández de Pinto.

El beneficio es para aseguradoras y asegurados que no se ven presionados por un aumento de los precios de los seguros, algo que muy probablemente ocurría tras la devastadora DANA, con especial incidencia en el ramo de hogar y de automóviles, que comienza a salir de la crisis de resultados generada tras el Covid por el aumento de la inflación y los costes.

El reconocimiento del efecto positivo del CCS es habitual. El último es el informe publicado por S&P el jueves pasado, en el que pronostica que las inundaciones que han afectado con especial virulencia a la Comunidad Valenciana tendrán “efectos limitados” en el sector asegurador porque el CCS mitiga la volatilidad derivada de las catástrofes naturales, al absorber la mayoría de las pérdidas, argumenta esta firma.

Para que el Consorcio indemnice a los perjudicados de una catástrofe natural es necesario que el bien dañado tenga una póliza de seguros y que el perjuicio esté provocado por fenómenos cubiertos por esta institución: inundaciones, terremotos, tempestad ciclónica atípica, en el apartado de eventos de la naturaleza. También cubre los daños provocados por terrorismo y tumultos.

Queda fuera, entre otras cosas, el granizo, que cayó con fuerza en El Ejido el pasado 29 de octubre y que será asumido directamente por las aseguradoras.

Lo mismo ocurrió con la tormenta Filomena que cayó en Madrid en 2021 y que tuvo un coste de 500 millones para las aseguradoras.

Por eso, el sector ha pedido al CCS que aumente su cobertura y la adapte a la situación actual en la que cada vez son más frecuentes las catástrofes naturales.

El Consorcio se hará cargo también del pago de las indemnizaciones por los seguros de vida de los fallecidos por la DANA.

Fuente: expansion.com (9/11/24) pixabay.com

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