Los emprendedores españoles se arriesgan tres veces menos que los estadounidenses. Quizás esta falta de empuje se explique porque quienes se atreven a montar un negocio no gozan de gran prestigio en España; su índice de popularidad de es del 48% frente al 73% registrado en Estados Unidos o el 62% en Francia. Sin embargo, esto no es un impedimento para que los jóvenes de entre 18 y 34 años se lancen a la aventura de fundar su propia empresa, y ya representan el 50% del total de emprendedores, según el Libro blanco de la iniciativa emprendedora en España, elaborado por la Fundación Príncipe de Girona en 2011.
Los factores para que la idea penetre en el mercado son imprevisibles y aunque algunos expertos consideran que la experiencia es un factor clave, en España hay emprendedores que sin llegar a los 40 ya facturan tres millones de euros anuales. Es el caso de Daniel Romero-Abreu, un joven que con 23 años fundó la empresa Thinking Heads, una revolución que llevó la figura del manager al mundo de los pensadores. Corría el año 2003 y la idea se le ocurrió leyendo un artículo en una revista de emprendedores titulado Contrata gurús en la red. El reportaje contaba una tendencia en alza en Estados Unidos que consistía precisamente en lo que él montaría después: el negocio de organizar y hacer rentable la participación de intelectuales en eventos nacionales e internacionales. Uno de sus primeros fichajes fue Felipe González, a quien convenció de que a partir de ese momento sería él quien le llevaría el calendario de conferencias, así como el precio y cobro de los honorarios.
“En aquel momento se organizaban ocho millones de conferencias al año en España y no existían agencias de conferenciantes. Ahí estaba mi hueco”, cuenta Romero-Abreu, que ahora tiene 35 años y ya ha organizado más 6.000 conferencias en 30 países con cerca de 90 pensadores de prestigio españoles, latinoamericanos y estadounidenses. En 2006 la empresa empezó a ser rentable y alcanzó una facturación de tres millones de euros. Mientras terminaba Derecho y Empresariales en ICADE, montó el plan de negocio y convenció a su familia para que le prestase dinero. “La primera ronda de financiación siempre viene de tu entorno, es lo que te ayuda a lanzarte pronto al mercado y testar si el producto funciona”.
El presentador Risto Mejide, el filósofo José Antonio Marina, el chef Ferran Adrià, el filósofo José Antonio Marina o la escritora Pilar Jericó son algunos de los clientes de Thinking Heads, que ya cuenta con 35 trabajadores y que ha ampliado el negocio a un servicio de gestión integral de la marca personal. La ventaja de ser emprendedor joven es que no te juegas nada; puedes bajar tu nivel de vida y gastos en muy poco tiempo y eso es muy importante para un emprendedor, apunta Romero-Abreu. “La ilusión es la clave en el mundo de los negocios. El beneficio es la consecuencia de hacer algo bien”.
De los jóvenes que se decantan por el autoempleo, el 74% lo hace para sentirse independiente, el 36% por la libertad de horarios y el 14 % por mejorar los ingresos, según una encuesta elaborada por laFundación Príncipe de Girona en colaboración con la red social Tuenti en la que se permitía responder varios motivos. Con el deseo de llevar las riendas de su profesión y ser dueños de su propio negocio, Javier Mayor, de 34 años, y David Alonso y Javier Goya, ambos de 32, dejaron sus empleos como chefs en restaurantes de alta cocina para montar Triciclo, un local en el madrileño barrio de Las Letras con una gastronomía “de la talla de un estrella Michelín pero a un precio asequible”, cuenta un viernes de noviembre uno de los comensales degustando un postre de chocolate y menta.
Tras su inauguración en junio de 2013, la lista de espera para reservar una mesa en fin de semana supera las tres semanas. En sus platos no se encuentran gelatinas, crujientes ni pompas de aire. Estos cocineros han apostado por ofrecer los productos en su estado natural, con la mínima manipulación posible, porque como ellos dicen “no siempre es obligatorio darle la vuelta a las cosas”. Tampoco quieren vajillas de lujo. Comer en Triciclo cuesta por persona entre 30 y 50 euros. “Nos interesa el producto limpio. Queremos ofrecer sabores que ya has probado pero muy afinados. Para que se nos entienda: nuestro objetivo es sacar el máximo partido a la sopa de ajo”, explica Javier Goya.
En este local se pueden encontrar cada día una docena de platos fuera de carta, sugerencias creadas con productos de temporada. “Todos los días hay algo nuevo. Hoy ha llegado trufa blanca y esta noche la servimos con sopa de cebolla y yema de huevo”, cuenta Javier Mayor. Otra de las sorpresas será un plato de zamburiñas (pequeñas vieiras) con yuzu, un cítrico recién llegado de Japón.
Cuatro meses después de la apertura, ya habían cubierto costes y el negocio no para de crecer con una media de 130 comensales al día. Su inversión en el local fue “humilde”. Picaron piedra, sacaron escombros y pintaron ellos mismos. “No nos consideramos empresarios porque el empresario tipo no friega la plancha ni se pringa en la cocina”, asegura Mayor. Estos chicos tienen motivos para el optimismo; además de haber inaugurado recientemente otro restaurante en la misma calle, Tandem, acaban de regresar de Nueva York, donde junto al chef David Muñoz, del tres estrellas Michelín DiverXo, han representado la gastronomía madrileña durante siete días en innovadores restaurantes de la Gran Manzana, una iniciativa impulsada por la Comunidad de Madrid.
¿Qué tiene un emprendedor que no tengan el resto de los mortales? Para Sira Pérez de la Coba, de 37 años y fundadora de la aplicaciónShot & Shop, el ímpetu de crear algo. Sin inversión en marketing, su iniciativa, lanzada al mercado en septiembre de 2013, ya cuenta con más de 100.000 descargas es dispositivos Android y Apple. Se trata de la primera App que permite localizar en el mercado cualquier prenda de ropa que se fotografíe y comprarla online. El usuario se cruza por la calle con alguien que lleva, por ejemplo, unos zapatos que le gustan. Los fotografía y la aplicación se encarga de buscarlos en una base de datos con 1,1 millón de productos de moda de más de 5.000 marcas a la venta en más de 40 tiendas online.
“De pequeña soñaba con ser científica, con inventar algo útil para la humanidad”, cuenta esta ingeniera de Telecomunicación especializada en visión artificial que antes de montar su propio negocio trabajó para empresas líder del sector tecnológico como Indra o Telvent. Con 35 años estaba desarrollando para esta compañía un sistema con tecnología de visión artificial para detectar pasaportes falsos en los aeropuertos. Ahí le llegó la chispa. “En España tenemos dos de las empresas de moda más relevantes a nivel mundial: Zara y Mango. Aplicar el reconocimiento por visión artificial a la moda era una vía todavía intransitada”. Recientemente ha firmado acuerdos con empresas como El Corte Inglés para ofrecer en sus webs una herramienta para combinar prendas de moda, lo que se traduce en unos ingresos de unos 100.000 euros anuales por compañía. “¿Miedo al fracaso? Eso no existe como tal, la vida es ir aprendiendo. Hacerte un equipo es fundamental; una empresa sin equipo no es nada”. En Shot & Shop ya son 10 trabajadores y próximamente extenderán el negocio a Latinoamérica y Asia.
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