Pedir consejo al anfitrión sobre qué plato escoger, nunca empezar a comer hasta que lo hace el anfitrión y abordar el negocio en cuestión cuando se termine el postre son algunas de las normas.
El protocolo en una comida de trabajo se asemeja mucho a las normas básicas de educación y, sin embargo, a diario se infringen muchas reglas. ¿Está seguro de cómo actuar en cada momento? ¿Qué hacer con el móvil? ¿Cuándo salir a fumar? ¿Cuándo abordar el tema que le interesa? ¿Y cuándo pagar la cuenta?
La directora de la asesoría de imagen Qué me pongo, Montse Guals, recuerda algunas de las normas. Primero: las tarjetas de visita se intercambian antes de sentarse a la mesa. Siguente paso: la silla se bordea por la derecha y la servilleta se coloca sobre las piernas doblada por la mitad. Los codos, fuera de la mesa, sólo se apoyan los antebrazos y las manos deben estar siempre visibles, a excepción de la cultura árabe y la inglesa.
Se recomienda pedir consejo al anfitrión sobre qué plato escoger y nunca pedir mayor cantidad ni de un precio superior a lo que elija él.
El pan no debería tocarse hasta que se ha servido la comida y nunca se empieza a comer hasta que lo hace el anfitrión. En el segundo plato y el postre deberá esperarse a que toda la mesa esté servida, aunque en este caso ya no es necesario que el anfitrión dé permiso para empezar. La consabida frase de que en el segundo plato no se espera a los demás es pura leyenda urbana, dice Gual, que ayer ofreció una de sus sesiones de consejos básicos en el Hotel Claris de Barcelona.
Si quien invita a comer pide vino deberemos acompañarle, aunque sólo nos mojemos los labios. Las normas de protocolo indican que en una comida de trabajo sólo se abordará el negocio en cuestión cuando se termine el postre. Levantarse para fumar está terminantemente prohibido.
La cuenta se pagará siempre con tarjeta de crédito porque el invitado no tiene por qué saber cuánto ha costado. Y nunca debemos pelear por pagar: es mejor un «gracias, la próxima vez invito yo».
Categóricamante prohibido
Levantarse al baño o a fumar. Durante una comida nadie debería ausentarse de la mesa.
Hablar de negocios antes del postre. No se debería entrar en materia hasta la hora del café.
Dejar el móvil sobre la mesa. Los teléfonos deben silenciarse y guardarse en un sitio no visible.
Quitarse la americana. Un hombre nunca se quitará la chaqueta en la mesa.
Pagar en efectivo. Se usará tarjeta de crédito para que el invitado no sepa cuánto ha costado.
Ofrecer comida del plato. Si se quiere compartir un plato se pedirá que se parta en la cocina.
Empresarios de otras culturas
Japoneses: En Japón se da mucha importancia a las tarjetas de visita. Se deben coger con las dos manos y mantenerlas a la altura del corazón. Además, en la cultura empresarial japonesa está mal visto tratar de negocios el primer día, en el que sólo se hablará de la empresa en general.
Árabes: La mano izquierda nunca se apoyará en la mesa, se esconderá en el regazo. Eruptar después de comer es signo de que la comida ha sido de nuestro agrado y, por tanto, es recomendable.
Chinos: Se considera de mala educación pedir cubiertos en un restaurante chino.
Fuente: Expansión (21/3/2012)
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