El teletrabajo no solo ha demostrado que no es necesario estar presencialmente en una oficina para desarrollar un trabajo, sino que también ha abierto muchas opciones para solucionar problemas tan importantes como la conciliación familiar, la contaminación ambiental en las ciudades o la falta de infraestructuras en los territorios.
En ese escenario, los teletrabajadores y los nómadas digitales se han convertido en un activo clave a la hora de recuperar población en zonas rurales. Ollolai es una pequeña población en el centro de la isla de Cerdeña vende casas a los nómadas digitales que quieran mudarse por solo 1 euro.
Una casa, 1 euro. Mucho antes del cambio de paradigma que supuso la llegada de la pandemia global, Ollolai, una pequeña población de 1.200 habitantes en el centro de la isla de Cerdeña (Italia) ya puso en marcha una serie de programas para incentivar la llegada de nuevos habitantes para una zona que vivía una constante sangría demográfica que estaba vaciando de población las zonas rurales de la isla. Una de esas medidas fue ofrecer casas por un solo euro simbólico.
En un primer momento la oferta puede ser inmejorable. Sin embargo, la propuesta tiene letra pequeña. Las casas de Ollolai habían sido abandonadas y necesitaban algunas reformas y debían ser rehabilitadas, por lo que el precio ya no es tan atractivo e implicaba invertir algunos miles de euros antes de poder vivir en ella en un periodo inferior a tres años. Aun así, es una buena oferta por una casa para teletrabajar en un entorno privilegiado.
Después de la pandemia, el objetivo son los nómadas digitales. Con la llegada del teletrabajo muchos profesionales pudieron deslocalizarse y trabajar desde cualquier parte del mundo incrementando el número de nómadas digitales. 1.112 de estos nómadas digitales provenientes de todo el mundo respondieron a la llamada de Ollolai y se interesaron por una de las 200 casas que el consistorio ponía a disposición de los teletrabajadores.
«Su presencia revitalizará un país que ofrece naturaleza, tranquilidad, comida sana, tradiciones y una comunidad acogedora. También quiero recordarles que somos una de las cinco ‘zonas azules’ del mundo» declaraba Francesco Columbu, alcalde de esta localidad a Clarín. Las zonas azules son zonas específicamente reconocidas a nivel global por su estilo de vida saludable y la longevidad de sus habitantes.
Despoblación y nómadas digitales en España. En España también están surgiendo este tipo de iniciativas para atraer a nómadas digitales hacia los territorios más despoblados. Organizaciones como Pueblos Remotosbuscan conectar a estos nómadas digitales con iniciativas de emprendimiento local para promover el tejido empresarial en el ámbito rural.
La Red Nacional de Pueblos Acogedores está formada por distintas poblaciones de toda España con menos de 5.000 habitantes que se han unido para ofrecer incentivos a la llegada de nómadas digitales creando una red de alojamientos e infraestructuras adaptadas a las necesidades de conectividad de los nómadas digitales.
La legislación es más favorable. Tras implementarse el teletrabajo, muchos empleados abandonaros las grandes en busca de espacios más abiertos y precios más razonables, aunque sin salir de sus respectivos países. Algo que, ahora, con la vuelta a la oficina que están iniciando muchas empresas, les está suponiendo un gran problema.
Sin embargo, para quienes han podido mantener su puesto en remoto, se ha abierto un nuevo escenario con un marco legal que regula e incentiva la figura de los nómadas digitales. En España, esa legislación se puso en marcha con la aprobación de la Ley de Startups y ha facilitado que destinos como Málaga se posicionen como destinos preferidos por los nómadas digitales incluso por delante de las grandes ciudades.
Fuente: Xataka.com (5/9/23) pixabay.com