Entre otros cambios, las nuevas normas recortarán los plazos para la concesión o denegación de un visado (de 15 a 10 días); obligará, en ciertos, a conceder visados de múltiples entradas y válidos durante tres años; y eximirá de tener que solicitar el visado personalmente a quienes ya han viajado a la UE con anterioridad.
La reforma, según la Comisión, permitirá aumentar hasta un 60% el número de personas que entran cada año en la zona Schengen, según las proyecciones realizadas a partir de seis países de origen (China, India, Rusia, Arabia Saudí, Sudáfrica y Ucrania).
En total, según Bruselas, podría lograrse unos 13 o 14 millones de turistas adicionales, que reportarían un gasto anual de unos 24.000 millones de euros. Ese incremento, según el organismo europeo, podría traducirse en la creación de 1,2 millones de puestos de trabajo en el sector turístico y en otras actividades relacionadas con él.
España podría ser uno de los más beneficiados, pues es el tercero de la zona Schengen que recibe más solicitudes de visado (1,8 millones en 2012), por detrás de Francia y Alemania. Además, Rusia, que se ha convertido en uno de los principales mercados para el turismo español, es el país con mayor número de visados (6 millones), una cifra que podría aumentar si se facilita aún más su concesión.
La propuesta de la CE llega, precisamente, en un momento en que la crisis de Crimea ha puesto en peligro esa afluencia de rusos hacia España, con un ligero frenazo desde principios de año en el incremento de turistas.
“Europa necesita una política de visados más inteligente”, ha señalado la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström, al presentar un proyecto que necesita el visto bueno del Parlamento Europeo y del Consejo de la UE para entrar en vigor. El comisario de Industria, Antonio Tajani, ha añadido que “nuestra propuesta ayudará a la industria turística europea en un momento en que la competencia internacional es cada vez más dura porque un número creciente de países utilizan el turismo como factor de crecimiento”.
Bruselas calcula que las normas actuales de concesión de visados hacen que se pierdan 6,6 millones de turistas cada año, que renuncian a visitar Europa por la dificultad del papeleo. Las dificultades también dañan a los viajes de negocio o las visitas de turismo recurrentes, que tienen mucho más fácil conseguir visados múltiples para entrar varias veces en EE UU o en Reino Unido (que no pertenece a Schengen).
Las normas europeas actuales ni siquiera distinguen entre las personas que solicitan por primera vez un visado y aquellas que lo han hecho repetidamente durante los últimos años, respetando siempre los plazos y condiciones de estancia en Europa que se le concedieron.
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