El éxito del Brexit va a tener consecuencias graves para el fútbol, puesto que afecta al epicentro económico que marca las cotizaciones actuales en su mercado: la Premier. El resto, incluidos el Madrid y el Barcelona, así como la propia Liga española, han observado siempre el crecimiento económico del torneo inglés como un peligro al que no podrían hacer frente en el futuro. El problema es que un derrumbamiento o una restricción tan severa a su mercado puede, asimismo, acabar por devaluar al fútbol en su conjunto, entendido como un producto global.
1. La restricción del mercado laboral
Como consecuencia de la salida de la UE, es el primer inconveniente. Desde la sentencia Bosman, de 1996, no existen restricciones para los futbolistas comunitarios. Pues bien, casi medio centenar de los jugadores que se benefician de ese derecho en la Premier, la segunda división inglesa y las ligas de Escocia o Gales, no podrían hacerlo en el futuro. Sólo en la Premier, serían un 60% de los futbolistas. Las normas actuales para los jugadores extracomunitarios son muy severas, ya que la legislación británica les pide haber disputado entre el 30% y el 75% de los partidos internacionales de sus selecciones, siempre que éstas se encuentren entre las 70 primeras del ranking FIFA. Es una forma de garantizarse que su aportación al torneo es de valor. Del mismo modo, la restricción afectaría a los clubes europeos que tienen contratados a británicos, puesto que no podrían ocupar plazas de comunitarios. Es el caso de Bale en el Madrid, por ejemplo.
2. Prohibido captar talentos europeos
Los desarrollados programas de captación de talentos de los equipos ingleses se verían, asimismo, afectados, porque la legislación de la FIFA en el asunto de menores no se lo permitiría. De hecho, el artículo 19 del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores del organismo mundial sólo permite el traspaso de jugadores menores de edad, pero mayores de 16 años, en el espacio del Espacio Económico Europeo, lo que incluye a Islandia y Noruega, por ejemplo, bajo determinados requisitos vinculados a las circunstancias laborales de sus familiares. Esto quiere decir que casos como los de Cesc o Piqué, que pasaron del Barça al Arsenal y Manchester United, respectivamente, cuando eran menores, no se habrían podido dar. Tampoco el de Bellerín, uno de los internacionales de España que permanece concentrado con la selección en Francia.
3. Menos rentabilidad para la televisión
La Premier basa su poder en sus ingresos por derechos de televisión. El nuevo contrato, cerrado por las cadenas Sky Sports y BT, garantiza al torneo 7.000 millones de euros durante las próximas tres temporadas, más del doble que la Liga española. Por ello, su poder de captación de futbolistas ha llevado a responsables de clubes como José Ángel Sánchez, primer ejecutivo del Real Madrid, a decir que «en unos años seremos como el Ajax». Nuevas iniciativas de un torneo privado, al margen de la UEFA, habían empezado a ponerse en marcha entre clubes europeos. El Brexit, en cambio, abre un nuevo escenario y muchas preguntas a resolver. La primera es si con menos talentos, el atractivo de la Premier será el mismo y, por tanto, valdrá igual en términos de audiencia y derechos. La difusión de la Premier en todo el espacio de la Commonwealth ha hecho que su mercado sea potencialmente muy interesante para las televisiones de pago, pero en un mercado audiovisual, como el asiático, muy iconográfico, donde no es necesaria la fidelidad a un equipo tanto como a los personajes. Fuera de la UE, además, la comercialización audiovisual puede verse, asimismo, afectada porque cambian las reglas. Un pub inglés ganó un juicio, al defender su derecho a ofrecer los partidos de la Premier a través de un canal de televisión griego.
4. Dudas en los futbolistas
El Brexit va a crear dudas en los jugadores que hasta ahora no existían. La primera es si el nivel de los clubes va a mantenerse, por lo que eso implica en términos de competitividad y visibilidad, o, si por el contrario, las ligas británicas van a convertirse en competiciones encapsuladas que no favorezcan su progresión, un hecho clave, entre otras cosas, para ser internacional. También el cambio político genera incertidumbres en términos laborales que pueden afectar a los familiares de los futbolistas. En cuanto al cobro de salarios, no está en entredicho, ya que las cantidades pactadas por los derechos de televisión es a tres años, pero eso no lo es todo en el caso de los jugadores más jóvenes, con toda una carrera por delante. Pueden entender, a partir de ahora, que la Premier no es el mejor lugar. Los salarios de los jugadores ingleses serán objeto, asimismo, de un efecto inflacionista, al ser los que pueden ser contratados sin restricción alguna. Ésa era la razón por la que algunas voces del fútbol inglés, minoritarias, se mostraban a favor de Brexit.
5. Restricción al movimiento de aficionados con sus clubes y ante una Eurocopa por países en 2020
Para los aficionados británicos, los más fieles y mayoritarios en el seguimiento de sus clubes, el cierre de fronteras puede suponer un inconveniente, aunque nada que evite su movimiento, simplemente una restricción más. También lo será de cara a la próxima edición de la Eurocopa, que ya no se disputará en un solo país, sino que rotará por algunas de las principales capitales europeas. Salir o entrar de Gran Bretaña podría implicar más requisitos, una vez concluido el proceso de salida de la UE. En términos de control de los violentos, sin embargo, podría resultar beneficioso.
Fuente: Elmundo.es (24/6/16) Pixabay.com
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