Ari Tulla (Oulu, 1978) llegó a Estados Unidos hace siete años, como directivo de Nokia, con intención de montar un estudio de videojuegos. Uno de los primeros choques para hacerse a la vida en Estados Unidos fue descubrir el funcionamiento de su servicio sanitario. “Hay 1.500 planes distintos y no sabes cuál es el adecuado para ti”, explica. Se planteó tener un bebé y tuvo la sensación de estar haciendo un examen y un gran desembolso al tiempo. Resolver ese problema fue lo que le impulsó a dejar su empresa y comenzar con BetterDoctor, una base de datos con todos los médicos con licencia en EEUU.
“Si tienes dinero, tienes lo mejor de lo mejor en sanidad. Si no, no tanto”, explica. Como finlandés le llama la atención que no exista un seguro universal: “ObamaCare funciona, más o menos, en Boston, pero se tarda casi cinco semanas hasta que te ve un especialista”. Este factor es una de las claves de su proyecto, saber a qué hora un médico cercano puede dar una cita.
Tres años después de comenzar la recolección de datos, el proyecto ha salido a la luz. Cada colegiado tiene una ficha con sus estudios, especialidad y experiencias, a este cocktail le añaden un ingrediente tan polémico como valioso, las recomendaciones. “Lo hacen entre sí y nos parece lógico. Entre compañeros se conocen mejor”, explica Tulla. La ficha se completa con opiniones tomadas de Yelp para saber de qué hora qué hora atienden, si la consulta es agradable, está limpia, hay párking… Así hasta con 200 especialidades.
Aún así existe un riesgo, que se convierta en un sistema de recomendación mutua entre amigos y termine por desvirtuar. Tulla se defiende: “Tenemos un motor de búsqueda, cuando detecta que se da endogamia o una recomendación interesada, corregimos”.
Insiste en que el modelo de negocio se aleja de las aseguradoras. Lo comparan con un ‘Open Table’, servicio de reserva de restauración, para consultas médicas. Es decir, se contacta con el médico, tras comprobar si es como se prefiere. “Pueden escoger, sexo, rango de edad, idiomas, trato más o menos cercano, opinión de facultativos… Por eso lo llamamos ‘better’, mejor médico, pero no ‘best’, el mejor, porque depende de lo que busque cada uno”, matiza. Los usuarios no pagan, bastante tienen con hacerse cargo del seguro, pero sí los médicos que quieran aparecen en forma de anuncio además de en el directorio, que es gratuito. “Para no estar condicionados, solo pueden contratar anuncios aquellos que cuya valoración es elevada y se distingue el anuncio del resultado natural”, explica. Los perfiles de médicos ya superan los 15.000.
Entre las críticas más comunes a los médicos se encuentran dos. La demora en dar cita, de ahí que insistan en que si queda un hueco libre lo pongan en su ficha o lo usen para mandar un mensaje a los que han solicitado cita con urgencia. El otro, la duración de la visita, normalmente, entre cinco y ocho minutos.
De momento, a los inversores parece gustarles. Hace dos semanas cerraron una ronda de financiación de 10 millones de dólares. En total suman 13,1. Servirán para ampliar el equipo, compuesto hasta ahora por 15 personas y mejorar el diseño. Ahora cuentan con una versión que se adapta a diferentes tamaños de pantalla, en el argot ‘responsive’, así como aplicación para iOS. El siguiente paso será lanzarla en Android.
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