Banesto, la desaparición de 110 años de historia

La integración definitiva y total de Banesto en el grupo Santander, al que pertenece desde hace casi dos décadas, supondrá la desaparición de una marca con 110 años de historia, que tuvo un papel esencial en el desarrollo industrial español. Ahora Santander ha optado por prescindir de la imagen de Banesto y poner fin a 18 años de convivencia de las dos marcas comerciales.

Orígenes de capital francés

Banco Español de Crédito (Banesto) nació el 1 de mayo de 1902 con un capital social de 20 millones de pesetas representado por 80.000 acciones con un valor nominal de 250 pesetas. El promotor del banco fue un grupo francés presidido por Gustavo Pereire, administrador de la Compañía de Caminos del Norte de España. A esta iniciativa se unieron Cayetano Sánchez Bustillo y León Cocagne (subdirector del Banco Hipotecario de España) en representación de un conjunto de inversores españoles. No obstante, sus orígenes se remontan a mediados del siglo XIX, cuando una sociedad bancaria española de capital francés decidió constituir la Sociedad General de Crédito Mobiliario Español. La institución, creada por Isaac Pereire, tenía una cartera de inversiones constituida por la cobertura de déficit presupuestario español.

Tras las reformas financieras promovidas por el ministro de Gobernación, Gracia y Justicia, Hacienda, y Ultramar Raimundo Fernández de Villaverde en 1900 y la entrada de capital procedente de las provincias del otro lado del Atlántico, la mayoría de accionistas apostaron por liquidar la sociedad y fundar Banco Español de Crédito.

La primera sede de la entidad se ubicó en el Paseo de Recoletos de Madrid y sus primeras sucursales se abrieron en plazas exportadoras mineras, como eran Almería, Linares (Jaén) o La Carolina (Jaén). En el extranjero, Banesto abrió una sucursal en París, donde también comenzaron a cotizar sus acciones.

La Primera Guerra Mundial trajo como consecuencia que el banco adquiriese las acciones de sus socios franceses en un proceso que culminaría en 1927. Posteriormente, la entidad comenzó una etapa de crecimiento con la apertura de nuevas sucursales y con la absorción de otras sociedades financieras como los bancos comerciales de Valencia, Burgos y Oviedo, el Banco Gijonés de Crédito o el Mercantil de las Américas.

La ‘casi opa’ del banco Bilbao

Años antes de su intervención, Banesto protagonizó otro incidente, del que salió airoso, con el lanzamiento de una opa hostil por parte del Banco de Bilbao, en noviembre de 1986. Días antes de esta operación, el Bilbao había propuesto a Banesto una fusión, que fue rechazada. Banesto era ya en esa época uno de los grandes de la banca española, gracias a la expansión territorial que vivió en los años 70, y que le llevó a abrir oficinas en muchos de los puntos de la geografía española donde no había presencia financiera.

A lo largo de sus más de cien años de historia, Banesto ha protagonizado casi una treintena de fusiones, lo que le permitió absorber a entidades como el Banco de Vitoria, la Banca Coca, la Banca Garrigues Nogues, o décadas antes el Banco de Oviedo, de Burgos, y el Banco Comercial de Valencia.

En sus momentos de máxima expansión, llegó a contar con más de 2.000 oficinas. Hoy en día tiene 1.698, muchas de ellas solapadas con el Santander debido a la convivencia de las dos marcas, que ahora se verán abocadas al cierre.

La gran crisis: Mario Conde

La historia de Banesto y Banco Santander se unió en 1994, cuando la entidad presidida por Emilio Botín se adjudicó en subasta la entidad intervenida meses antes por el Banco de España. El 28 de diciembre de 1993 Banesto vivió el momento más difícil de su historia. Aquel día, el supervisor decidió destituir a todo el consejo de administración, presidido entonces por Mario Conde, quien acabaría cumpliendo pena de cárcel por su gestión al frente de la entidad.

Tras la intervención y la adjudicación al Santander, Banesto vivió una de las juntas de accionistas más largas y complicadas de la historia empresarial española, en las que fueron necesarias ocho horas para que los accionistas aprobaran la operación.

La intervención de Banesto puso fin, no solo a la ascensión meteórica de Mario Conde, entonces considerado un advenedizo de la banca, sino también a la fuerte expansión de la entidad financiera, que llegó a acumular una importante cartera industrial y estar entre los cinco grandes del sector financiero español.

La llegada de Santander

El consejo de administración fue relevado por representantes de los grandes bancos españoles y el ahora consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, fue nombrado presidente de Banesto. En 1994, el Fondo de Garantía de Depósitos adjudicó el 73,45% de la entidad al Santander, que confirmó a Sáenz como presidente. Pagó 313.476 millones de pesetas, unos 1.888 millones de euros. El banco que preside Emilio Botín pagó 762 pesetas por acción. El Banco Bilbao Vizcaya ofreció 667 pesetas por acción y el grupo público Argentaria la valoró en 566 pesetas.

Finalmente, en 1998 el banco presidido por Emilio Botín lanzó una Oferta Pública de Adquisición (OPA) sobre todas las acciones de Banesto, obteniendo el 97% del capital social.

En el año 2002, Alfredo Sáenz fue relevado de su puesto por la hija del presidente del Banco Santander, Ana Patricia Botín, que dejó el cargo en el año 2010 para dirigir la división británica del banco. El actual presidente de la entidad es Antonio Basagoiti, padre del presidente del PP vasco.

Fuente: Elpais.com (17/12/12)

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