Adiós a la ventanilla, hola a los trámites en ‘la nube’

en la nubeSeguro que aún recuerdan cuando había que acudir con la fotocopia de la declaración de la renta a varias ventanillas en varios días diferentes para, por ejemplo, solicitar una beca o cualquier subvención pública. Uno siempre se preguntaba aquello de: “pero es que Hacienda no sabe cuánto gano”. Eso ya se ha acabado, pero, aunque parezca mentira, no hace tanto tiempo. Y es que hasta que el sector público no ha tenido que reducir sus gastos de manera drástica, acuciado por un déficit y una deuda galopantes, parece que la implantación de la administración electrónica podía esperar.

Sin embargo, la necesidad de ahorrar y el hecho de que España siempre fuese señalada en los estudios internacionales como uno de los países donde era más complicado, entre otras cosas, crear una empresa han acelerado la transformación. Así, para numerosos trámites se ha pasado de las tradicionales ventanillas y el vuelva usted mañana a una administración abierta las 24 horas, siete días a la semana y 365 días al año.

Algo tan sencillo como comunicar un cambio de domicilio hoy puede ser resuelto entrando en una dirección de internet de la Administración General del Estado: https://cambiodomicilio.redsara.es. A partir de ese momento, será la Administración la encargada de informar a todos los organismos por usted: Agencia Tributaria, Tráfico, Seguridad Social, Dirección General de la Policía, entre otros. Se ahorra de este modo que el contribuyente deba comunicar su nueva dirección a cada uno de esos u otros organismos.

Fuentes de Hacienda sostienen que mientras el coste medio de un servicio de manera presencial es de unos 80 euros, si el trámite se realiza de forma telemática, es de apenas cinco euros. Esta espectacular reducción de costes explica que en los últimos dos años, ciudadanos y empresas hayan ahorrado 16.600 millones de euros.

Y aunque esa cifra se antoja abultada, lo cierto es que para llegar a ella se han tenido en cuenta los ahorros de tiempo que se obtienen, que como es lógico se traducen en dinero. Así, de un tiempo medio de 16 días para hacer que los cambios y notificaciones lleguen a su destino, se pasa a un espacio de apenas unos segundos. Además, del coste que solía conllevar la gestión ante un mostrador y el papel de los métodos tradicionales, se ha pasado a una transacción que solo cuesta unos 10 céntimos, puesto que desaparecen labores como el empaquetado, los servicios postales, archivos, fotocopias o sellados.

Por lo tanto, toda la documentación que ya obre en poder de la Administración, desde un título académico, el volante de empadronamiento, pasando por estar al corriente de pago con la Agencia Tributaria o los certificados que emiten los registros civiles y con el consentimiento previo del ciudadano, será remitida de manera telemática allí donde corresponda, por ejemplo, si se solicita una subvención pública. Es la llegada de lo que podría denominarse la Administración en la nube o la e-Administración.

¿Qué trámites concretos se pueden realizar ya de manera plenamente electrónica? Quizás los más conocidos sean la declaración de la renta, la búsqueda de trabajo o el reconocimiento de las prestaciones por desempleo. Pero también es posible ya crear una empresa con plenas garantías jurídicas, presentar una denuncia ante la Policía Nacional, declarar el IVA por parte de empresas y autónomos, solicitar la situación de los pagos a la Seguridad Social o pedir una beca. Asimismo, se puede obtener el certificado de vida laboral, nacimiento, matrimonio o defunción, consultar los datos catastrales de inmuebles rústicos o urbanos e incluso solicitar formar parte del programa de vacaciones para mayores dentro del programa social de turismo destinado a personas mayores.

Esta transformación ha empezado ya a dar sus frutos. En un reciente informe de la ONU, España ha pasado a ocupar este año el puesto 12 en el mundo (antes el 23) por el grado de implantación de la administración electrónica. En el uso de los servicios públicos, se ha mejorado desde el puesto 31 al 19.

Se acaban las facturas en los cajones

Dentro de la extensión de la e-Administración, uno de los hitos más importantes es la implantación de la factura electrónica. Con ella, se constituye un punto único de la Administración General del Estado en internet para la remisión de facturas de proveedores a organismos del sector público.

Pretende ser un registro contable único que destierre de una vez por todas la práctica hasta hace muy poco habitual de guardar facturas en el cajón sin control (baste recordar las deudas pendientes que tenían las administraciones, que hubo que pagar con los planes de pago a proveedores).

“Se mejora de este modo el control interno de la facturación, se reduce el fraude fiscal y se fomenta la transparencia en las cuentas públicas, según el plan de erradicación de la morosidad”, recuerdan desde Hacienda. Cada factura ahorra 3,48 euros, 0,70 al emisor y 2,78 al receptor.

Fuente: Cincodias.com (10/10/2014)

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