A vueltas con la herencia de Perón

last willComo una sombra infinita, la figura del general Perón sobrevuela la historia de Argentina sin detenerse nunca. Tirios y troyanos lo reivindican un día sí y otro también y aquellos que lo denigran, lo hacen a conciencia, con un resentimiento visceral. Ahora, el heredero del general, Mario Rotundo, colaborador y asistente del ex mandatario durante años, acaba de emprender un nuevo juicio multimillonario contra las autoridades locales de Buenos Aires en demanda de los bienes de Perón almacenados en dependencias del banco público de la ciudad.

Desde que en julio pasado la Escribanía General de la Nación presentara ante la justicia el inventario de bienes pertenecientes a Juan Domingo Perón, Rotundo volvió a activar la maquinaria legal que ya puso en práctica en ocasiones anteriores. Ahora cuenta con un registro de bienes concretos que reclamar. El bocado es suculento. Unos 1.000 millones de dólares están en juego, según la Fundación por la Paz y la Amistad de los Pueblos (Funpaz) que preside Rotundo.

En las dependencias del banco hay, o debería haber, de todo: desde el célebre cupé Justicialista de los años 50 a joyas, obras de arte, tapices, documentos personales, ropa de Perón y de su segunda mujer, Eva Duarte, armas pertenecientes al general, regalos de jefes de Estado… Entre lo que debería haber y no hay figura un biombo chino con adornos de nácar, oro y plata de hace 400 años que le regaló Mao Zedong a Evita. Forma parte de ese 95% de bienes que según Rotundo «se han evaporado» del banco. Alguien se lo ofreció recientemente «a buen precio». El ‘propietario’ del biombo chino quería que Rotundo subastara el regalo de Mao y obtuviera no menos de 4,5 millones de dólares. Una ganga. Rotundo no aceptó. Su lucha la encauza en los tribunales. Ahora tiene en marcha varias denuncias contra el Banco Ciudad y tiene previsto emprender en breve una denuncia penal contra todos los directores de ese banco y los alcaldes de Buenos Aires de las últimas décadas. Por pleitos que no quede.

«Sabemos por gente que ha trabajado en el banco que ya sólo queda el 5% de los objetos de Perón; el resto desapareció, hubo gente que cambió zapatos de Evita o corbatas de Perón por otras sin valor alguno; otros objetos se mancharon o se rompieron por falta de cuidados. Pero el banco va a tener que pagar lo que falte», asegura Rotundo en su céntrica oficina de Buenos Aires. Mientras cuenta el relato de su vida por enésima vez, fuma un cigarrillo tras otro. Sólo la tos lo detiene. Cuántas veces habrá contado Rotundo su encuentro «fortuito» con Perón en Puerta de Hierro en enero de 1970. Si la historia suena verosímil o no es lo de menos. Lo cierto es que por una u otra razón, aquel joven de 20 años que llegó a Europa en barco para pasar unas semanas, acabó convirtiéndose en un estrecho colaborador del personaje más célebre de la historia reciente argentina. Y no sólo eso. Con el paso del tiempo, el general acabó nombrándolo heredero de parte de sus bienes. «Mario es químicamente puro», cuenta Rotundo que comentó cierto día Perón ante María Estela Martínez de Perón, más conocida como Isabelita, su tercera mujer. Perón falleció en 1974 y su testamento anduvo sin dueño durante años hasta que Isabelita retomó el contacto con Rotundo en 1990 y le dio la buena nueva: era el heredero de todos los bienes muebles de Perón y Evita. La viuda, por expreso deseo del general, debía transmitirle esos derechos.

Un legado jugoso

Desde entonces, todo han sido pleitos. El legado de Perón es muy jugoso. Rotundo puso todo a disposición de su fundación, a través de la cual ha subastado muchos objetos de la herencia «para realizar obras sociales». En una megasubasta organizada en 2004 en la sucursal de Christie’s en Roma se vendió el sudario de Evita y otros objetos por decenas de miles de dólares. Rotundo se llevó a Argentina los bienes de Madrid (muebles, documentos, cartas, grabaciones…) y desde la década de los 90 viene reclamando todo el patrimonio que le fue expropiado al general y a Evita tras el golpe de Estado de 1955 que derrocó a Perón.

Pero varios dirigentes históricos del peronismo acusan a Rotundo de actuar movido sólo por el dinero y exigen que todos los bienes pasen a formar parte del patrimonio nacional. «Yo, que no soy peronista, me pregunto qué hicieron esos salvadores de la patria durante sesenta años para preservar los bienes de Perón», se lamenta Rotundo.

A sus 64 años, el heredero de Perón no parece tener prisa en recuperar lo que no se haya depredado del legado del general. Sabe que el juicio puede durar diez años. «En algún momento, tendrán que pagar», subraya. Los bienes que podrían quedar todavía en los locales del banco no valen más de 20 millones de dólares, pero Rotundo va a por todo: «Deben pagar por el 100% de lo que en su día se depositó allí, unos mil millones de dólares».

Rotundo enciende otro cigarrillo y lanza el último as que esconde bajo la manga. Ahora que está tan de moda la compra de activos de alto riesgo (Argentina sufre desde hace meses el acecho de los llamados «fondos buitre» sobre su deuda reestructurada), el asistente de Perón no descarta vender sus activos en litigio a inversores extranjeros. «Ya ha habido gente de afuera que se nos ha acercado para ofrecernos dinero a cambio de un porcentaje de lo que salga en el juicio», revela el hombre que acompañó al general en sus últimos años. «Ese dinero lo depositaríamos en una banca ética para financiar proyectos sociales». Pero el juicio promete ser tan eterno como la sombra de Perón.

Fuente: Elmundo.es (24/10/14)

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