Enganches ilegales, pérdidas en el transporte y la distribución… Sea por lo que sea, lo cierto es que la cifra de kilovatios que producen las grandes eléctricas, pero que no logran facturar ha crecido. Desde hace dos años, por la red eléctrica española se están “esfumando” más de 23.000 millones de kilovatios que no cobran las eléctricas, según los últimos datos del informe anual de Unesa, la patronal de las grandes eléctricas, que engloba a Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, HC Energia y E.ON España.
Es una cifra récord. Desde que se pueden consultar las memorias de Unesa la cifra nunca había pasado de 20.000 ó 22.000 millones de kilovatios.
Ahora, las pérdidas de electricidad en la red de transporte, que gestiona Red Eléctrica, y la de distribución, que gestionan prácticamente en su totalidad las cinco grandes eléctricas mencionadas, representa más del 8% de toda la producción disponible. En poco tiempo, estas pérdidas de la red se han incrementado en un punto porcentual. Esos 23.000 millones de kilovatios equivaldrían al consumo de más de siete millones de hogares.
Parte de las pérdidas responde a razones técnicas, por las resistencias físicas que ofrecen los cables y/o transformadores en el transporte y la distribución al paso de los electrones. Pero tradicionalmente a esta fase del negocio eléctrico siempre se le ha atribuido una media de pérdidas de entre el 3% y 4%. Hay que tener en cuenta que España siempre ha sido un país complejo de gestionar eléctricamente.
Las grandes áreas de producción eléctrica (Galicia, Aragón, por ejemplo), están lejos de las regiones con más consumo (Madrid, Cataluña, la costa levantina). El caso más singular es Madrid, que sin producir electricidad es la región que más consume. Cataluña, aunque es una de las regiones con más producción, no tiene suficiente con la que genera.
Con los años, se ha mejorado técnicamente el sistema. Red Eléctrica consigue articularlo cada día para optimizar su funcionamiento y minimizar las pérdidas de transporte. En parte, se ha reducido las necesidades de transporte de electricidad de unas regiones a otras con un sistema más distribuido de producción, que se ha introducido en gran parte por la implantación de las energías renovables. Teóricamente, las pérdidas en transporte deberían haber mejorado. Queda por tanto la pregunta de qué ocurre con el la otra parte de la energía que se esfuma, y cuyo destino es más dudoso.
La práctica de los enganches ilegales, que directamente chupan electricidad de la red si tener contador, no es una novedad en España. Por no hablar de otro tipo de incidencias. Por ejemplo, la existencia de conexiones sin ICP, o Interruptor de control de potencia. Este dispositivo es el que limita la potencia eléctrica que entra en la casa a la que realmente se ha contratado. Equivale a lo que hace muchos años se conocía como los “plomos” de la casa. Cuando se enchufaban más cosas de las que aguantaban los “plomos” estos “se iban”. Es decir, se desconectaban.
Muchos usuarios, ilegalmente, quitan el ICP para pagar a la compañía menos potencia eléctrica de la que realmente están disfrutando. Hasta hay foros en Internet que explican como hacer rudimentariamente el bricolaje sobre el ICP. Las pérdidas de red, en parte, se consideran parte del sistema eléctrico en conjunto, con lo cual, se incluyen como costes de todo el sistema y por lo tanto, lo sufragan todos los usuarios.
Si se descontaran las pérdidas técnicas como algo inevitable, el coste económico que supone el resto de las pérdidas podría superar ampliamente los 1.500 millones de euro
Iberdrola mueve ficha
Iberdrola mueve ficha y pone en jaque a los centenares de defraudadores que cada año hacen tomas de electricidad ilegales, pues le provocan pérdidas millonarias. Durante el pasado año técnicos de la compañía realizaron alrededor de 1.500 inspecciones, a raíz de las cuales abrió expedientes a 500 empresas y vecinos de la comarca del Campo de Cartagena, la zona de la Región donde más delitos de este tipo se destaparon.
La mayoría de los infractores habían manipulado los contadores para evitar que registraran la electricidad consumida o habían realizado enganches ilegales a la red. Fueron descubiertos porque o bien sus equipo de medida de energía tenían un excesivo consumo en relación a la potencia instalada o porque se había hecho un gasto muy bajo con respecto a meses anteriores, algo que llamó la atención a los técnicos de la eléctrica.
Los robos de luz alcanzaron los cinco millones de kilovatios, lo que traducido a precios de venta al público de la energía eléctrica, según las tarifas puesta por la compañía, supone que ésta perdió solo en el Campo de Cartagena más de 700.000 euros.
Equipos de telegestión
Según un portavoz de la empresa, la modernización de los contadores y los nuevos sistemas informáticos instalados en los últimos años permiten detectar mejor el fraude, pero aun así los clientes se las apañan para conseguir burlar los aparatos y robar electricidad de forma impune.
Para hacer frente a los defraudadores, la compañía ha comenzado a instalar en toda España nuevos equipos de telegestión, desarrollados por Iberdrola, en colaboración con los principales fabricantes del sector. Éstos permiten una gestión telemática tanto de lecturas de consumos como de la potencia utilizada. Espera que cuando estén instalados en todo el territorio del Campo de Cartagena el número de robos de electricidad disminuya y mejore por consiguiente el servicio.
En las investigaciones realizadas hasta ahora intervinieron, además de técnicos de la Dirección General de Industria, que tiene las competencias en esa materia, efectivos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil.
Todos los expedientes abiertos conllevaron una sanción administrativa ante la autoridad judicial, ya que esta práctica es un delito tipificado en el Código Penal. Según fuentes de la empresa, todas las sentencias han sido favorables a Iberdrola. La eléctrica avisa de que las conexiones ilegales a la red no solo conllevan una multa, sino que provocan un elevado riesgo para la seguridad de las personas que las realizan.
En caso de robo, y dado que el mismo está tipificado como delito, los registros de energía que se almacenan en los sistemas pueden ser utilizados como prueba en el procedimiento judicial.
Los técnicos de Iberdrola también alertan de que conectarse ilegalmente a la red puede causar averías en las instalaciones, al superarse la capacidad de suministro prevista para una zona determinada. Eso provoca, en la mayoría de los casas un perjuicio para el resto de clientes, debido a sobrecargas en el sistema de distribución.
La eléctrica insiste en que cuando se defrauda energía se perjudica económicamente al resto de los consumidores, ya que la actual regulación asigna las pérdidas de electricidad al cálculo de las siguientes tarifas, por lo que se provoca un incremento de las mismas.
Ofrecimiento dudosos
La compañía hace habitualmente campañas de concienciación para que sus clientes desconfíen de ofrecimientos en los que se asegure una reducción rápida del consumo eléctrico. Avisa de que detrás de ellos puede haber una manipulación de los equipos de medida para evitar que registren correctamente los consumos.
Dado que los equipos registran tanto la alteración de los consumos como la intrusión en los mismos, los importes defraudados, así como los daños en los equipos y la sanción penal que pueda llevar aparejado el delito recae sobre el titular del contrato.
Fuentes: Expansión.com (14/12/12) La Verdad.es (23/06/12)
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