Un total de 350 parejas de novios que celebraron su boda en un conocido restaurante de Pruvia (Llanera), un pequeño municipio asturiano de unos 14.000 habitantes, han sido citados a declarar como testigos por el hostelero en el juicio que se celebra desde el pasado lunes contra este empresario acusado de fraude fiscal.
La fiscalía considera que este hostelero facturó parte de los banquetes de boda en b, según ha adelantado este martes La Nueva España. La Agencia Tributaria considera que el hostelero facturaba a los novios que celebraban el día de su boda una parte de los comensales porque la otra parte la cobraba en negro para no declararlo ante el fisco. Ahora el Ministerio Fiscal considera que incurrió en delito fiscal, cuando la cantidad defraudada supera los 120.000 euros.
El Ministerio Fiscal citó como testigos a 13 parejas que celebraron su boda en el restaurante entre 2007 y 2008, años que se investigan. Antes de iniciarse el juicio que se iba a celebrar en el Juzgado de lo penal número 2 de Oviedo, del que es titular el magistrado Francisco Javier Rodríguez Santocildes, los abogados del hostelero alegaron que la muestra de novios escogidos por la fiscalía no era representativa por lo que propusieron citar a todas las parejas que se habían casado en el restaurante durante la época investigada: 170 parejas en 2007 y otras 180 parejas en 2008, según explica a este diario Álvaro Vidal Herrero, letrado del empresario.
El magistrado concluyó que efectivamente «la prueba es necesaria desde el punto de vista de la defensa, ya que se le está acusando de que recibió sobreprecios respecto a las cantidades declaradas y, por tanto, deben declarar los clientes a los que se refieren» las hojas que sirven de base a la acusación, según recoge el diario asturiano.
La decisión adoptada por el magistrado podría alargar el juicio en el que se ha personado el Ministerio Fiscal en nombre de la Agencia Tributaria. Inspectores de Hacienda registraron el restaurante y hallaron en los ordenadores escandallos con las reservas de las mesas de cada una de las celebraciones de boda. En base a esta información el fisco estimó que el propietario del local había cometido fraude fiscal.
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