El Himalaya es más seguro gracias a Carlos Martínez, médico español especializado en medicina de emergencia de alta montaña. Desde 2011 ha acompañado al alpinista Carlos Soria en todas sus expediciones y los nepalíes se rifan sus servicios.
Martínez, sevillano, se mudó a Granada hace diez años. «Me fui allí por la montaña. Me especialicé en medicina deportiva. Hice un máster en emergencias y trauma grave y empecé a trabajar en el 061, dando servicios a ambulancias y helicópteros», explica Martínez a Expansión. Su formación y especialización continúo ampliándose, con medicina de alta montaña y expediciones.
«Vine a Nepal a hacer un voluntariado en un hospital del valle del Khumbu. Fui al campo base del Everest. Allí conocí a Carlos Soria y a otro grupo de españoles. Hubo un accidente del equipo español y yo coordiné la parte médica. Carlos bajó estupendamente de esa cumbre y cuando consiguió el patrocinio de BBVA empezó a contar conmigo. Desde entonces, en 2011, le he acompañado a todas las expediciones».
No sólo Soria se ha convertido en su paciente más fiel. Su trayectoria y su buen hacer han conquistado a las agencias más grandes de organización de expediciones en Nepal, que se rifan sus servicios y le piden que se quede más tiempo. Para ellos Martínez es el Doctor, en mayúsculas.
«Existen médicos que vienen al Himalaya a escalar. Pero no hay muchos que vengan a la montaña para hacer de médicos y no para subir a las cumbres. Y los pocos que sí lo hacen, se quedan en el campo base -la zona más baja que una expedición levanta en una montaña antes de atacar cualquier cumbre-. No escalan 7.000 metros para atender a un paciente».
El botiquín
Martínez es un hospital andante. «Tengo un botiquín con las medicinas necesarias para tratar la parte genérica de las patologías que puede sufrir cualquier viajero. También traigo soluciones específicas para la altura. Y diferentes elementos para prestar soporte vital, algo ya más avanzado, por si surge algún problema de gravedad. De momento no los hemos tenido que utilizar nunca y esperemos que siga así».
En su caja se puede ver abundante material de cura pensando en congelaciones, así como medicación intravenosa y aparatos de monitorización, casi todos vinculados a la medicina de cuidados intensivos, que es a lo que se dedica principalmente. Martínez puede realizar aquí mismo análisis de sangre o de control de peso y tiene los resultados básicos en menos de un minuto. De hecho, ya ha realizado un análisis a todos los miembros de la expedición BBVA Carlos Soria, en Katmandú, antes de partir hacia el valle del Khumbu.
Impresiona ver cómo introduce tu sangre en un aparato que no llegará a medir ni 50 centímetros y en pocos segundos tiene tu líquido rojo distribuido en una tarjeta de plástico que parece una carretera llena de calles. De ahí, la información va directa a una pantalla que sólo él sabe interpretar, pero que te explica con una claridad y un sentido didáctico dignos del mejor profesor de escuela.
Vivos que se dan por muertos
Al estar en las distintas cordilleras del Himalaya, Martínez no sólo presta atención médica al equipo de Soria, sino a cualquier habitante local que se cruza en su camino o a los miembros de otras expediciones de alpinistas. «Congelaciones tengo que tratar todos los años. También me encargué de una víctima de una avalancha, al que se le dio por muerto y después se vio que estaba vivo. Subí a por él con tres sherpas a 7.300 metros de altura. Básicamente lo que más me encuentro son patologías de altura, como edema pulmonar o edema cerebral», explica Martínez, que recuerda con cariño cuando tuvo que atender a una nepalí y ayudarla a dar a luz.
El médico, que en España trabaja para el 061 y tiene una clínica de medicina deportiva, se prepara a conciencia para estar en las mejores condiciones físicas antes de venir a Nepal. «Todas las semanas entreno dos o tres días por encima de 3.000 metros. Intento dormir en algún refugio por encima de 3.000 metros antes de venir», señala Martínez mientras come un trozo de pizza y minutos antes de tener que atender a la periodista que firma el artículo por la diarrea del viajero. Doy fe que el Doctor te pone buena en nada y que derrocha dedicación y amabilidad a raudales. Además de elegir la dieta por ti, adapta su ritmo de escalada al tuyo.
Martínez y el resto de la expedición están ya a más de 2.000 metros de altitud en el valle del Khumbu, a las faldas del Everest, en la primera fase de un periodo de aclimatación antes de atacar la cumbre del Annapurna, (la Diosa de las Cosechas, 8.091 metros), la décima cumbre más alta del planeta entre los 14 ocho miles.
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