Los consumidores españoles en su conjunto tienen contratada con las distribuidoras eléctricas una potencia de 175.000 MW cuando la capacidad instalada que tiene el propio sistema es de 108.000 MW, según datos de REE. A esta diferencia de 67.000 MW inútilmente contratada se une además el hecho de que la punta máxima que los clientes usaron el año pasado año fue de unos 37.000 MW máximo (la punta de ayer fue de 35.000 MW y el máximo histórico, registrado en 2007, no superó los 45.500 MW), lo cual demuestra que los ciudadanos están pagando por 138.000 MW que no han aprovechado nunca, lo que se traduce en un gasto para los usuarios muy superior a los 7.000 millones de euros anuales, que son ingresados por el sistema eléctrico.
Hasta hace pocos años, el tener una potencia contratada superior a la necesaria tenía una importancia relativa, pues el término fijo de la factura no era demasiado costoso. Pero la situación cambió sustancialmente cuando a raíz de la reforma eléctrica aprobada por el actual Gobierno en el verano de 2013, el término fijo se revisó por dos veces (en agosto de ese año y enero de 2014) hasta acumular una subida del 92% para los consumidores domésticos y del 145% para los industriales. Una decisión muy criticada en su momento por desincentivar el ahorro de energía y perjudicar en términos relativos a los clientes de menor gasto frente a los grandes consumidores.
Estos reaccionaron a raíz de las campañas de distintas asociaciones de consumidores (una de ellas con el nombre de bajatelapontencia.com), lo que se tradujo durante más de un año en una bajada importante de los ingresos por peajes del sistema que liquida la CNMC mensualmente. De hecho, la potencia contratada (en la actualidad, los citados 175.000 MW) era muy superior en aquellos años:unos 190.000 MW. Las bajadas se han registrado especialmente entre las pequeñas y medianas empresas y no tanto entre los domésticos.
Pero la diferencia entre la potencia que necesitan los clientes y la que figura en sus contadores es aún muy elevada, si bien, ni el Gobierno ni las empresas ni la CNMC parecen dispuestos a promover bajadas hasta los niveles adecuados, “pues harían un agujero serio a los peajes eléctricos”, opinan fuentes del sector. Este año, según la orden de tarifas de acceso, los ingresos previstos por el sistema suman 16.995 millones de euros, de los cuales, 13.464 millones procederán de los peajes de acceso (que pagan los usuarios en la factura) y, el resto, a aportaciones del Estado de impuestos extraídos también del sector.
Un estudio elaborado por Mirubee, una startup española que comercializa una aplicación para calcular la potencia que necesita cada punto de suministro, dos de cada diez hogares, casi el 25% de los mismos, tiene contratada más potencia de la necesaria, lo cual supone que de los 18,3 millones de hogares que hay en España, según el INE, más de 3,6 millones tienen un contrato inadecuado.
Concretamente, una media de 1,1 kW de más, lo que supondría un ahorro si se recortase de 52,82 euros al año por familia. En dicho estudio de Mirubee destaca el caso de un hogar que con una potencia contratada de 10,35 kW (a partir de 10, por otro lado, el usuario pierde el derecho a disfrutar del precio regulado o PVPC) solo llegaba a consumidor picos esporádicos de 4,8 kW. Lo cual significa que pagaba más del doble de la potencia utilizada, con un derroche mensual de 25 euros.
Cómo calcular los kilovatios adecuados
Cuando el consumidor eléctrico se plantea bajar la potencia contratada, consulta a su distribuidora que, generalmente, la calcula en función de los aparatos eléctricos de la vivienda y ofrecen simuladores en sus webs que no suelen ser muy eficaces. Además, las compañías no suelen tener interés en un cambio del que desisten muchas veces los clientes cuando ven que la bajada de la potencia les puede tener algún coste (hay que hacer cambios en el interruptor o ICP). A quienes tienen un contador inteligente les resulta más fácil averiguarlo pero no así a los viejos contadores.
La comercializadora independiente Holaluz.com suele dar un sencillo consejo:“Si nunca te ha saltado el automático es que tienes margen para una bajada de la potencia”. ¿Pero cuál puede ser esta?
En el mercado hay varias soluciones para medir el consumo eléctrico de cada electrodoméstico por separado. Tal es el caso de Mirubee, una firma española que ha diseñado un medidor que se instala en el cuadro eléctrico de la vivienda y analiza el consumo de cada aparato instantáneamente. A medida que el dispositivo va recopilando esos datos, los envía vía wifi a la app de Mirubee, desde donde el usuario puede comprobar en tiempo real su consumo y permite averiguar la potencia que necesita.
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