Es muy probable que si está leyendo este artículo en el trabajo o en su casa tenga algún pósit (así lo recoge el Diccionario de la Real Academia Española) pegado a su ordenador personal o de trabajo. Estas pequeñas cuartillas con adhesivo en uno de sus lados se han vuelto parte esencial del material de oficina (y del hogar) de todo el mundo. Ni las alarmas de teléfonos móviles o tabletas han conseguido relegar a un segundo plano la utilidad de este invento.
1968. El doctor Spencer Silver, mientras trabaja como científico sénior en el laboratorio de investigación de la corporación 3M, descubre un adhesivo reposicionable único. Comparte su idea con otros científicos de 3M tratando de descubrir alguna aplicación para él.
1974. Art Fry, otro científico de 3M, mientras cantaba en la iglesia, cansado de colocar el marcador en su libro de himnos, soñaba con adherirlo de alguna manera para que no se cayera. Entonces recordó el adhesivo del doctor Silver y su sueño empezó a convertirse en realidad.
1980. Las notas pósit se lanzaron en EE UU con enorme éxito. Más de 500 consejeros delegados del Fortune expresaron su aprecio por este producto.
1991. El adhesivo se coloca alternativamente arriba y abajo para facilitar el dispensado de las mismas. Nacen las notas pósit en zigzag o Z Notas.
Llegar hasta él no fue sencillo. Pocos productos tan pequeños y aparentemente banales encierran tanta tecnología como este. Circula una leyenda urbana según la cuál el pósit surgió cuando una secretaria dejó una hoja sobre una barra de pegamento y al ir a dejarla en otro lado se quedó pegada.
La historia es buena, pero falsa. Así lo aseguran desde 3M, la multinacional en la que se originó el producto. Corría el año 1968 cuando Spencer Silver, científico de la compañía, dio con un adhesivo con un pegamento de varios usos, único hasta la fecha. Concretamente, descubrió las microesferas, que retenían la capacidad adhesiva pero permitían que el adhesivo se despegara con facilidad de las superficies al no fijarse firmemente a ellas. Fue una época dorada para esta especialidad de la química industrial, ya que la firma Henkel inventó un año más tarde la primera barra de pegamento del mundo.
Tuvieron que pasar cinco años hasta que el descubrimiento del doctor Silver se tradujera en un invento práctico. La versión oficial cuenta que fue a Art Fry, otro científico de 3M, a quien se le ocurrió asociar el adhesivo a un papel. Cada miércoles por la noche, mientras practicaba en el coro de su iglesia, usaba pequeños trozos de papel para marcar los himnos que iban a cantar en el próximo servicio. Pero los domingos encontraba que todos se habían caído. Necesitaba un marcador que se adhiriera al papel sin dañar las páginas. Entonces recordó el adhesivo del doctor Silver. El proyecto acababa de tomar forma.
“Yo pensé que lo que teníamos delante no era simplemente un marcador de páginas”, asegura Fry de acuerdo con un documento de 3M que rememora el hallazgo. “Habíamos encontrado una nueva forma de comunicación”. Fry decidió que los propios empleados de 3M fueran su terreno de prueba. Envió a toda la compañía las nuevas notas adhesivas y dejó que las usaran durante un tiempo. Recibieron muy buenos informes.
La empresa, campo de pruebas
Tras ese test, el departamento de marketing se puso manos a la obra. Se decidió poner el producto directamente en las manos de los consumidores, optando por regalar muestras de manera masiva. Se bautizó la operación como Boise Blitz, en referencia a su lanzamiento en Boise, Idaho. Fue un éxito. El 90% de las personas que las probaron dijeron que estarían dispuestas a comprarlas. Años más tarde, el doctor Silver confesaría que, como muchas de las innovaciones rompedoras, el pósit era un producto que nadie pensó que necesitaría… hasta que lo usaron y se hizo imprescindible.
La irrupción en el mercado de los pósits se produjo en 1980. Su acogida también fue buena entre los ejecutivos: hasta 500 consejeros delegados estadounidenses escribieron comentarios muy favorables sobre la revolución que abría este producto y la originalidad de la idea.
Sus aplicaciones fueron creciendo de forma espontánea. Marcaba libros, pero también se empezó a utilizar para que los trabajadores se dejaran mensajes en la oficina y, cuando se introdujeron variedades cromáticas, para ordenar archivos y documentos de forma sencilla y muy visual. También provocó cambios en el funcionamiento de las compañías: las sesiones de brainstorming nunca fueron lo mismo tras la popularización de este producto. Sus efectos también se dejaron notar en la vida privada: las listas de la compra y las tareas del hogar dieron el salto a este nuevo soporte.
Pasados 35 años desde su nacimiento, hoy los pósits están disponibles en más de 150 países. Existen más de 4.000 productos derivados de esa idea. Este sistema de notas aparece en películas, arte pop o mosaicos, y forma parte de la vida cotidiana de millones de personas. Silver se confiesa abrumado por el éxito de su idea. “El solo hecho de que hayan explotado como un producto es más de lo que jamás habría podido desear”. Parece que sí que funcionó.
Un fuerte pegamento de apariencia frágil
Uno de los secretos del éxito de pósit es que su adhesivo es tan poderoso como fácil de despegar. En 3M cuentan que una nota pósit colocada en la parte delantera en un avión que despegó de Las Vegas llegó a Mineápolis después de resistir velocidades de 800 kilómetros a la hora y temperaturas de -48 grados.
También aseguran que una familia que tuvo que dejar su casa debido al huracán Hugo, que azotó Estados Unidos en 1989, dejó una nota pósit en la puerta de entrada a su casa. Lo curioso es que permanecía allí tres días después, mientras que los ocho árboles que había alrededor no lograron mantenerse tan bien.
La resistencia de los pósits también se ha puesto a prueba en el mundo de la moda. Para la celebración del 20 aniversario del producto, la diseñadora Ilze Vitolina creó una línea de vestidos en los que se colocó notas de distintos colores.
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