En el más reciente ejemplo de los esfuerzos de Silicon Valley por transformar la economía tradicional, los inversores están dedicando millones de dólares a startups que quieren revolucionar un negocio que en Estados Unidos mueve 700.000 millones de dólares: el transporte de mercancías por carretera.
Una serie de nuevas empresas compiten para convertirse en el «Uber del transporte por carretera», aprovechando los smartphones de los camioneros para conectarlos rápidamente con operadores de las inmediaciones que quieren distribuir sus bienes. Pretenden reinventar una industria fragmentada que ha dependido por mucho tiempo de intermediarios, fundamentalmente agentes de transporte que conectan a camioneros con sus clientes.
El interés de Silicon Valley en el transporte por carretera se ha acelerado en los últimos meses. Por ejemplo, Trucker Path, una start up con sede en San Francisco, dice que busca alcanzar una valoración de 1.000 millones de dólares el año que viene. La empresa más joven, Convoy, ubicada en Seattle, anunció el martes el cierre de una ronda de financiación de 2,5 millones de dólares, aportados por serie de inversionistas que incluyen nada menos que a Jeff Bezos, fundador de Amazon; Marc Benioff, fundador de Salesforce.com; Pierre Omidyar, fundador de eBay, y el cofundador de Uber Technologies, Garrett Camp.
«Nunca he visto una oportunidad de mercado más grande», dijo Hadi Partovi, uno de los primeros inversores de Facebook, Airbnb y Dropbox, que también están invirtiendo en Convoy.
Partovi y los demás apuntan a una industria que el año pasado generó 700.000 millones de dólares en ingresos. En comparación, indicó que la mayoría de las start up tienen como objetivo mercados de entre 1.000 millones y 2.000 millones de dólares.
Grandes obstáculos
Las nuevas empresas se enfrentan a grandes obstáculos, incluyendo el poco apetito por el riesgo de los distribuidores y la aversión de los camioneros a la tecnología. Los analistas dicen que las nuevas aplicaciones pueden ser eficaces para organizar entregas locales, que representan solo una fracción del total del mercado de transporte por carretera.
«Los camioneros son muy reticentes a adoptar las opciones tecnológicas disponibles hoy día», afirma Jack Atkins, analista de transporte con el banco de inversiones Stephens. «Hay un montón de piezas a tener en cuenta y no veo cómo una aplicación creada por un participante ajeno a la industria» pueda llegar a tener un efecto disruptivo en un mercado tan complejo como éste, indica.
Estas nuevas empresas están apuntando tanto al transporte de grandes cargas como a envíos más pequeños, desde un palé a una caja grande.
Convoy, cuya designación corporativa es Greypoint, dice que hace posible que empresas que buscan enviar mercancías a nivel local pidan un transportista a través de su sitio web, obtengan un precio inmediatamente y hagan el seguimiento del envío en tiempo real. Convoy fija el precio, basándose en una fórmula.
Mike Williams, director de cadena de suministro global de World Vision, una organización humanitaria cristiana, asegura que en los dos meses que lleva operando con Convoy normalmente logra conectarse con un camionero en cuatro o cinco minutos, mientras que antes le llevaba horas conseguirlo a través de un corredor. Williams dice que la rapidez es clave para ellos porque muchos de los 3.000 envíos que la organización hace anualmente (artículos como ropa, muebles y suministros médicos y educativos) se deciden en el último momento.
Al menos otras siete start up apuntan a un mercado similar. Entre ellas están KeyChain Logistics, Transfix and Trucker Path, que recaudó 20 millones de dólares en julio.
El objetivo de Cargomatic, con sede en Los Ángeles, es llenar el espacio vacío en los camiones conectando empresas que desean enviar sus mercancías a determinado lugar con camioneros que estén viajando en esa dirección. Esta compañía de dos años de antigüedad cuenta con 58 empleados y 12 millones de dólares de financiación. Según su presidente ejecutivo, Jonathan Kessler, en lo que va del año ha facilitado decenas de miles de envíos en Nueva York y Los Ángeles.
Kessler afirma que Cargomatic pretende aplicar al transporte local los principios de la «economía compartida» de Uber y Airbnb. «Esto significa lograr que los camiones estén llenos la mayor parte del tiempo y que tomen rutas más cortas para recoger los envíos», manifiesta.
Dan Lewis, de 34 años y presidente ejecutivo de Convoy, dice que la compañía otorga más poder a las pequeñas empresas transportistas y a los camioneros independientes, dándoles acceso directo a un flujo constante de clientes.
«No se puede tener un millón de pequeñas empresas de camiones sin intermediarios, pero éstos están cobrando tarifas considerables sin añadir mucho valor», asegura. La tarifa promedio de estos intermediarios, agrega Lewis, ronda el 20%, mientras que la de Convoy varía, pero es siempre inferior al 20%. Esto hace que sea mucho más eficiente y que los camioneros puedan ganar más por cada trabajo que realizan.
XPO Logistics, una empresa de servicios que incluye intermediación de carga, está invirtiendo millones de dólares en tecnología. «Muchos aspectos de corretaje de transporte serán en última instancia transformados por la tecnología, pero nosotros seremos probablemente el disruptor» y no la víctima de la disrupción, dijo Bradley Jacobs, presidente ejecutivo de la firma.
Los camiones de carga no son el único sector de la industria de logística en transformación. Para el envío de pequeños paquetes, tales como las entregas de comercio electrónico, Uber y otros están tratando de robarle el negocio de entrega a domicilio a los gigantes FedEx y United Parcel Service. Para los envíos más grandes y de larga distancia hay start up como Roadie, que quiere atraer a los estudiantes universitarios y a otros viajeros ofreciéndoles ganarse un dinero extra entregando algunos paquetes de camino a su destino.
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