Las empresas farmacéuticas están preocupadas. Se han encontrado con que una parte de los médicos con los que colaboran no quieren dar el consentimiento para que se publique su nombre y los pagos que reciben de los laboratorios, debido a las dudas respecto a cómo deben tributar las cuantías que corresponden a actividades formativas (inscripciones a congresos, alojamiento y desplazamiento). Así lo aseguran fuentes de esta industria.De hecho, una organización profesional del sector de la salud ha realizado una consulta sobre este tema a la Dirección General de Tributos, que todavía no ha respondido y cuya contestación es vinculante, según confirman desde Hacienda. La incertidumbre ha surgido ahora porque todos estos desembolsos serán públicos y los médicos dudan sobre qué partidas deben incluir en su IRPF.
La patronal Farmaindustria aprobó en mayo su nuevo Código de Buenas Prácticas, que incluye que a partir de junio de 2018, los laboratorios están obligados a publicar estos pagos. Es una medida que la industria puso en marcha como un avance en transparencia en su relación con el sector médico. Todos los profesionales que colaboren con las farmacéuticas consienten que su nombre y cantidades recibidas sean públicas. Este año ya se ha publicado esa información, pero de momento, las compañías podían ofrecer los datos agregados, sin identificar al facultativo.
Dudas respecto a la formación y congresos
Desde el año que viene será obligatorio identificar a cada profesional y la cuantía de las llamadas “transferencias de valor” en distintos conceptos. La incertidumbre aparece en el capítulo de “actividades formativas y reuniones científico-profesionales”, que la propia Farmaindustria concluye que no es necesario incluir en la declaración de la renta.
Este apartado recoge los gastos de los laboratorios en cuotas de inscripción a congresos científicos y el desplazamiento y el alojamiento para esas actividades formativas. En este caso, las farmacéuticas no pagan directamente al médico, sino que cubren esos gastos. Aunque sí deberán especificar cuánto se han gastado por cada profesional, un desembolso que puede llegar a varios miles de euros en cada caso.
Por ejemplo, si un médico viaja a Chicago (Estados Unidos) a un congreso internacional, el laboratorio paga la inscripción (que es muy costosa en encuentros internacionales), el coste del billete de avión (que probablemente ronde los 1.000 euros) y el alojamiento durante varios días en un hotel de la ciudad. La suma puede superar los 3.000 euros. Si el facultativo participa en varias de estas actividades, la cuantía se multiplica.
La declaración de la renta
El miedo de los médicos se basa ahora en que su nombre y ese pago va a ser público, por lo que Hacienda puede reclamar que esa “transferencia de valor” sea incluida como retribución en especieen la declaración de la renta. Hasta ahora, explican los expertos, dependía de cada profesional incluir el valor de esa formación (incluso solicitar al laboratorio la cifra) y que solo podía ser fiscalizada caso por caso por Hacienda.
Un portavoz de Farmaindustria recalca que estas actividades formativas y reuniones científicas no deben considerarse en ningún caso como retribución en especie y, de hecho, la patronal así se lo ha trasladado “a los colegios profesionales y sociedades científicas”.
La normativa fiscal no cambia
Desde el departamento de Cristóbal Montoro se remarca que la normativa fiscal no se ha modificado, simplemente lo que ha cambiado es la transparencia del sector, ya que esas cuantías serán públicas en las webs de los laboratorios. Y se asegura que Hacienda analiza caso por caso. Actualmente, “cualquier pago por formación que provenga de una empresa distinta a su empleador debe considerarse como pago en especie”, explica Gustavo Gutiérrez, socio de fiscal de Cuatrecasas, Gonçalves Pereira, y por tanto debe incluirse en la declaración de la renta.
La patronal insiste en que si el departamento de Montoro les consulta, en las relaciones habituales con Hacienda, defenderá que la formación “no debe tener penalización cuando ésta es necesaria y cuando los beneficiarios en último término son el paciente y el propio sistema sanitario”, explican desde Farmaindustria.
Una cuestión de 119 millones
El pasado 30 de junio, los laboratorios publicaron los primeros datos de pagos al sector médico, tanto para facultativos como para organizaciones sanitarias y científicas. En total, la industria desembolsó 496 millones, de los que 119 millones se destinaron concretamente a ayudas para que los profesionales sanitarios pudieran acudir a actividades científicas y reuniones profesionales. Respecto a esos 119 millones surgen las dudas de cómo tributar.
Hasta ahora, los nombres de los médicos quedan ocultos, pues los laboratorios pueden ofrecer los datos agregados. Pero a partir de 2018, Hacienda puede conocer cuánto ha recibido (también en especie) cada facultativo, ya que los listados son públicos y estarán disponibles en las webs de las compañías.
En España hay colegiados 240.000 médicos, según la Organización Médica Colegial, pero no se conoce el porcentaje que colabora con la industria farmacéutica en investigaciones o actividades formativas. Aunque se calcula que es un número alto ya que sobre los laboratorios descansa parte de la formación respecto a novedades terapéuticas.
Gustavo Gutiérrez, fiscalista de Cuatrecasas, explica que la Ley del IRPF no recoge explícitamente este caso, porque el legislador entiende que la formación habitualmente la proporciona el empleador y no un tercero. “No tiene sentido cómo está redactada la normativa, porque no es racional que la formación que debe realizar un médico se le considere una retribución”, afirma este experto.
Respecto a lo que ha ocurrido hasta ahora –sin que se publicasen los datos– opina que es muy probable que una gran parte de los médicos no estén incluyendo el valor la formación en su declaración de la renta.
Fuente: Cincodias.com (6/10/16) Pixabay.com
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