Hacienda espera con el mazo en alto a que llegue el 30 de abril. Por un lado, ese día termina el plazo para que los contribuyentes residentes en España puedan declarar todos sus bienes en el extranjero y, por otro, entra en vigor la ley antifraude que hará que cualquier ocultamiento descubierto en territorio foráneo sea imputado al último año no prescrito. Es decir, se concede un periodo de gracia para comunicar todo lo que se tenga fuera antes de que se elimine con todas las consecuencias la prescripción de la evasión fiscal.
La nueva ley prevé penas económicas mucho más duras: multas del 150% de la cuota defraudada y sanciones de entre 5.000 y 10.000 euros por cada dato ocultado
Ello permitirá al Ejecutivo engrosar las arcas del Estado empleando la información facilitada por Hervé Falciani, el informático francoitaliano que copió los datos de 130.000 evasores de todo el mundo que obraban en los ordenadores del HSBC en Ginebra referidos al periodo 1997 y 2007. Con la legislación vigente, todo lo anterior a 2008 está prescrito para el fisco, pero en cuanto se cambie la ley el 30 de abril, la Agencia Tributaria podrá ‘exprimir’ mucho mejor la parte española de la célebre ‘lista Falciani’.
La Agencia Tributaria podrá cruzar las declaraciones de bienes en el extranjero presentadas antes del 30 de abril con las nuevas revelaciones del antiguo trabajador de la entidad financiera, que está colaborando con la Fiscalía Anticorrupción desde hace siete meses para evitar su extradición a la Confederación Helvética. Con las regularizaciones en una mano y la lista de Falciani en la otra, los inspectores serán capaces comprobar la veracidad de las declaraciones, descubrir incoherencias y aplicar unos castigos mucho más duros. Éstos alcanzarán multas por valor del 150% de la cuota defraudada y sanciones de entre 5.000 y 10.000 euros por cada dato no reflejado. Aunque el delito penal sí prescriba, Hacienda siempre podrá pasar el platillo, sin importar cuando se generaron las ganancias patrimoniales.
El listado de 2010
No es la primera vez que Hacienda trabaja con datos de la ‘lista Falciani’. De hecho, en 2010, el fisco francés remitió al Gobierno español la relación de al menos 2.000 titulares de cuentas en Suiza, entre personas físicas y sociedades. Sin embargo, en ese momento sólo 659 ciudadanos regularizaron, entre ellos varios miembros de la familia Botín, que pagaron gran parte de los 250 millones de euros que Hacienda consiguió recaudar entonces, como recordó el pasado lunes en la vista de extradición de Falciani el exsecretario de Estado Carlos Ocaña. Para esos casos, en lugar de abrir una inspección, la Agencia Tributaria optó por hacer simplemente requerimientos formales, algo totalmente excepcional en el procedimiento. De lo que se deduce que cerca de 1.400 evasores identificados entonces no se pusieron necesariamente al día con Hacienda, bien porque había prescrito, bien porque la información era insuficiente, o bien porque estaban en contabilidad A.
Falciani ofreció en septiembre a la Justicia española aflorar cerca de 100.000 millones de fraude fiscal a cambio de no ser extraditado a Suiza
El caso ha vuelto a recibir un fuerte impulso desde el pasado septiembre. A mediados de ese mes, Falciani llegó a un acuerdo con la Justicia española tras el encuentro que agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) mantuvieron con él en la cárcel de Valdemoro (Madrid), donde se encontraba recluido desde su detención el 1 de julio de ese mismo año. Al término de la entrevista, los policías comunicaron al juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco lo hablado con el exempleado de HSBC y su ofrecimiento de colaborar para sacar a la luz cerca de 100.000 millones de euros de fraude fiscal, a cambio de no ser extraditado a Suiza. Tres meses después, y con el visto bueno de la Fiscalía, la Audiencia Nacional acordó ponerle en libertad, entre otros motivos, por la actitud colaboradora del preso.
Su salida de prisión se produjo finalmente el pasado 16 de diciembre y estuvo rodeada de excepcionales medidas de seguridad: ocho policías enviados por el Ministerio del Interior le esperaban a la puerta del centro penitenciario para protegerle. Antes de abandonar el recinto, incluso le invitaron a ponerse un chaleco antibalas, como adelantó Vozpópuli. Desde entonces, Falciani ha permanecido oculto en un lugar desconocido y protegido por el CNI con la única obligación judicial de comparecer cada tres días en la comisaría más próxima a su domicilio y la prohibición de abandonar el territorio español.
Antes de que vuelva a Francia
Su única aparición pública desde entonces se produjo el pasado lunes, cuando compareció en la vista en la que un tribunal decide si se accede a la petición de entrega realizada por parte de las autoridades de Berna. Durante la misma, el exempleado del HSBC volvió a ofrecer su disposición a colaborar con España para acabar con la «opacidad bancaria». Policías, la Fiscalía Anticorrupción y técnicos de la Agencia Tributaria siguen trabajando con él a la espera de conocer el fallo de la Audiencia sobre su extradición. Si finalmente, como parece, se rechaza ésta, las autoridades españolas deberán ‘sprintar’, pues el informático francoitaliano ya ha anunciado que desea volver a Francia, donde le esperan su mujer, su hija y un Gobierno galo deseoso de limpiar su imagen tras el reciente escándalo del ministro Jerome Cahuzac.
La abundante información facilitada por el exempleado del HSBC tardará tiempo en ser procesada y volcada en el sistema de la Agencia Tributaria
Con todo, la novedosa información que está desvelando Falciani tardará un tiempo en ser procesada y volcada en el sistema de la Agencia Tributaria por lo voluminosa (un fiscal francés aseguró el lunes en la Audiencia Nacional que con ella se podría llenar «un tren de mercancias»). Hacienda ya ha firmado acuerdos de intercambio de datos con los principales países europeos, en un intento de seguir estrechando el cerco sobre los evasores. Sin embargo, la ruta tomada por el Gobierno también presenta dificultades: la nueva legislación antifraude reviste una viabilidad jurídica muy discutida, ya que en términos de imprescriptibilidad equipara los delitos fiscales con aquéllos que atentan contra la humanidad. Precisamente lo que ha provocado que ya haya denuncias cursadas en el Tribunal de Estrasburgo y quejas remitidas a la Comisión Europea.
No obstante, los datos aportados no sólo serán útiles para Hacienda. Varias investigaciones de casos de corrupción abiertas en diferentes juzgados españoles esperan que la célebre lista aporte algo más de claridad a sus pesquisas. De momento, su ayuda ya se ha dejado notar en al menos tres de los sumarios abiertos: la ‘trama Gürtel’, la ‘Operación Campeón’ y el ‘caso de las ITV’ de Cataluña, «Falciani es una mina de datos”, destacaba hace unas semanas a este diario un agente que participa en estas pesquisas y que también resaltaba que además está explicando métodos de blanqueo que hasta ahora eran desconocidos por las Fuerzas de Seguridad.
Fuente: voxpopuli.com (18/4/13)
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